Análisis Levelhead, un divertido plataformas con editor (PC, Switch, Android, iPhone, Xbox One)
Si bien poco más se puede exprimir del género de las plataformas 2D, especialmente popular en los 8 y 16 bits, los juegos independientes siguen buscando alguna vuelta de tuerca que los haga interesantes y más frescos que toda esa inmensa oferta de hace dos décadas. Una de estas ideas la presentó Media Molecule en la pasada generación con LittleBigPlanet, que llevaba por bandera el lema "juega, crea, comparte": diseñar nuestros propios niveles y jugar a los que hacían otros usuarios. Varios títulos han llevado esto al extremo –Dreams, de nuevo de Media Molecule sin ir muy lejos- o lo han simplificado para que las herramientas no sean excesivamente complejas y cualquiera pueda crear su nivel en pocos minutos. Levelhead es uno de estos casos y, aunque detrás no tiene el atractivo de una licencia como Super Mario Maker, resulta ideal para quien busque un juego de plataformas con editor.
Entre el juego y el editor
Levelhead de Butterscotch Shenanigans nos ofrece diversión doble: la del juego de plataformas clásico y la del editor. Nos centraremos primero en el modo "historia", campaña o como queramos llamarlo, que consiste en repartir paquetes por la galaxia.
Sí, somos GR-18, un pequeño robot repartidor que debe enviar unas pequeñas cajas a los clientes, que se traduce en avanzar por los niveles, conseguir una caja –que puede estar en cualquier punto de la fase- gracias a nuestro brazo robótico extensible y alcanzar el final de la zona. Hay casi 100 niveles prediseñados, así que incluso tomado como un plataformas indie ya da bastante entretenimiento, con desafíos que van desde los puzles –mover cajas, rebotadores, abrir compuertas- hasta los saltos con precisión de pixel, grandes reflejos y mucha habilidad.
El control es preciso y, si bien la originalidad es justita –el jugador ya conocerá los mecanismos de decenas o centenares de juegos-, cumple sobradamente con lo que se puede pedir a un plataformas 2D, desde enemigos tontorrones –pero colocados estratégicamente para fastidiar- a cuchillas, bolas con pinchos, plataformas que desaparecen al saltar sobre ellas, potenciadores… El ritmo varía mucho, y de esos pequeños puzles pasaremos a saltos mucho más milimétricos, como los que podríamos encontrar en Super Meat Boy; advertimos que ciertas fases se pueden hacer algo frustrantes. Lo bueno es que su núcleo jugable –el de conseguir una caja antes de llegar al final- invita a explorar, a recorridos no lineales, donde tu preciado objeto se encuentra detrás de un montón de trampas.
Pero esta historia –que nos llevará aproximadamente 10 horas, aunque seguramente nos dejaremos algunos coleccionables por el camino- es sólo una parte de Levelhead. El verdadero potencial del título es su editor, suficientemente sencillo de aprender para que, al igual que Super Mario Maker, es cuestión de seleccionar bloques, enemigos o compuertas, y colocarlos en un mapa cuadriculado. A medida que jugamos se consiguen nuevos elementos de creación, y con apenas unas opciones se modifica por completo la estética del nivel, su música y el clima, aunque esto nos ha parecido algo corto de variantes. Cierto, no es el editor más profundo que existe –se le escapan algunas funciones que echarás de menos si te lo tomas en serio- ni podrás complicarte la vida con sistemas de lógica o hacer algo para lo que no está previsto, como otros géneros –aunque sí ciertas variantes, tipo juegos de pinball-, pero creemos que hace muy bien aquello que se propone, que no es otra cosa que hacer intuitiva la tarea de diseñar los niveles. Cuestión diferente es que sean divertidos, pero ahí ya entra la inspiración de cada uno.
Para desarrollar nuestro nivel basta con seleccionar bloques de una decoración concreta y Levelhead ya irá uniendo las superficies. Lo mismo sucede con algunos tipos de objetos, que colocando varios juntos obtienes uno de mayor tamaño. Hay interruptores para controlar algunos eventos, por ejemplo hacer que aparezcan ítems, posibilidad de crear muros secretos, en definitiva, todos esos trucos que conoces del género y tan accesibles como pulsar en iconos y arrastrarlos al lugar deseado. Puedes tener listo un prototipo en apenas unos minutos, y probarlo instantáneamente para ver aspectos a mejorar.
Obviamente, el siguiente paso al de crear es compartir, descubrir las mejores creaciones y conseguir seguidores. Cuando subes un nivel pasan al departamento de márketing, donde puedes promocionar tu nivel –o el de otros usuarios- si juegas al resto de creaciones de la comunidad, y una vez son jugados suficientes veces, pasan a una torre con filtros y descripciones que dan una idea de lo que vamos a encontrar –su dificultad, el estilo de juego, etc-. Es una manera de destacar los mejores niveles, o al menos los más populares, para que no queden inundados entre los experimentos más básicos con los que todos empezamos a crear en el editor. No obstante, sí nos habría gustado mejores herramientas en el buscador o leer comentarios de otros jugadores, tal y como se ha hecho en otros títulos similares.
Si es divertido crear, e incluso diseñar niveles para un máximo de cuatro jugadores en local, también lo es intentar batir récords en los niveles más exitosos. No es necesario diseñar el metroidvania más trabajado del mundo, a veces vale con un mapa entretenido que enganche a aquellos que quieren practicar su habilidad con un speedrun. Por supuesto, todos los niveles están disponibles en cualquier plataforma en las que se lanza Levelhead –independientemente del origen- y, aunque lo hemos jugado en PC, el editor se maneja sin problemas con el pad –si bien con ratón es todo mucho más ágil-.
Plataformas retro
Como se puede apreciar en las imágenes, Levelhead apuesta por gráficos cartoon que le dan una estética cercana a los 16/32 bits, aunque sin las restricciones técnicas de estos sistemas. Sí nos habría gustado un poco más de variedad en los ambientes –se corre el riesgo de que todas las creaciones sean un poco monótonas- o alguna estética un poco más personal, pero la verdad es que hemos visto niveles muy bien diseñados y decorados. En cuanto a las creaciones de los jugadores los resultados son un poco más irregulares, pero como suele suceder en estas situaciones, el tiempo irá colocando los niveles en su lugar y las mejores fases –por originalidad, diversión y trabajo- terminarán por destacar. La música acompaña bien e incluye todos esos sonidos que podríamos esperar en el género.
Conclusiones
Aunque quede un poco por debajo de los ejemplos citados, Levelhead es un buen plataformas y, sobre todo, una excelente introducción al diseño de niveles con el que cualquiera, independientemente de su edad o experiencia, puede empezar a hacer sus pinitos creando fases de una manera muy simple y visual. Quien no tenga interés en invertir tiempo con el editor todavía puede encontrar multitud de niveles que amplían la duración del juego, si bien el buscador es un poco engorroso y se hace difícil encontrar algo concreto. Si tu sueño siempre ha sido el de crear un videojuego, y encuentras otras opciones demasiado complejas, seguramente Levelhead sea lo que buscas.
Hemos realizado este análisis en PC con un código que nos ha proporcionado Butterscotch Shenanigans.