Análisis de Kill the Bad Guy (PC)

En los últimos años, los juegos de puzles han visto grandes innovaciones, en un género que parecía haberse quedado atascado tras sus años de gloria. El título que hoy nos ocupa no es precisamente uno de los que más destaca en su propuesta, pero quizás sí en su puesta en escena. Kill the Bad Guy no os marcará de por vida, pero quizás sí que consiga atraparos durante un buen puñado de horas. Os contamos por qué.

Mata al malo

Kill the Bad Guy tiene una premisa tan sencilla como ésta: matar al malo de turno. Antes de cada partida, el juego nos explica en un breve texto –en castellano– quién es nuestra víctima, y por qué nuestra asociación secreta debe eliminarlo sin dejar rastro.

Así, tendremos que utilizar todo lo que tengamos a mano para trazar el plan perfecto que acabe con su vida, ya sea atropellándolo con un coche, lanzándole un piano encima o explotando una tubería a su lado.

Pero antes de que os imaginéis un Watch Dogs, tenemos que advertiros que se trata de un juego bastante esquemático y sin demasiada libertad, lo que merma bastante parte de su encanto. De hecho, los primeros niveles prácticamente tienen una única solución, y a posteriori la mayoría de los puzles pueden resolverse más con variables que con diferentes posibilidades. En ese aspecto nos ha decepcionado un poco, ya que al ver los vídeos nos pareció un juego con mucho potencial, que se queda un tanto a medias a la hora de desarrollarlo.

Trazando el plan

Tras la presentación, tenemos ante nosotros un escenario con una serie de objetos y un rival a aniquilar. La ruta de éste está predeterminada pero podemos modificarla con los elementos que haya disponibles para guiarlo por donde más nos convenga. De manera paralela, tendremos que ir preparando el resto de elementos que desemboquen en el letal desenlace. Esto puede ser: arrancando un coche, uniendo la cuerda y el piano, o abriendo el gas para luego acercar una llama y que explote.

Como decíamos anteriormente, nos ha decepcionado un poco que sobre el papel parezca que hay multitud de opciones, pero a la hora de pasar a la acción, realmente no hay tantas. Muchas veces, los elementos con los que se supone que tenemos que interactuar están más para despistar que para ayudarnos, y nuestro objetivo no es tanto ser creativo como tener la perspicacia de distinguir los útiles y los que no lo son. Con esto no queremos decir que sus mecánicas no funcionen, sino explicar que no tenemos un juego de "puzle abierto" donde nosotros creamos nuestro plan.

Una de las claves, eso sí, es que todo tiene que parecer un accidente. Ni los transeúntes ni las cámaras, ni la policía pueden vernos ejecutar el plan, por lo que tendremos que actuar en el momento y en el lugar adecuado para pasar desapercibidos. Todo se controla en "modo dios" con el ratón, por lo que el riesgo a evitar es que el accidente se "active" ante ojos ajenos.

Exprimiendo la situación

Una vez explicado que su propuesta pasa más por solventar una situación que por crearla, tenemos que comentar que Kill the Bad Guy está diseñado para rejugar cada fase en varias ocasiones. Además de matar al malo, tendremos un objetivo secundario –del que se nos informará con una pista–, intentar conseguirlo a la primera pasada del enemigo, recoger su diente –que sale disparado al morir– o encontrar el pasaporte oculto en el escenario.

Esto es algo que se agradece bastante, ya que sus 60 niveles (más seis ocultos) pueden no dar demasiado de sí. Claro que, como desafíos opcionales, quizás no atraigan a todos por igual. De todos modos, nos parece que Kill the Bad Guy puede dar bastantes horas de diversión, al menos entre cinco y seis, aunque, obviamente, la habilidad de cada jugador para resolver cada nivel será determinante en este aspecto.

Sobre los aspectos técnicos, como veis en la imagen, tampoco hay mucho sobre lo que hablar. Gráficamente es un juego muy simplista, aunque nos parece que funciona muy bien en este aspecto y que encaja con lo que busca ofrecer. Lo mismo sucede con el sonido, donde predomina un tema principal de rap –que tiene su aquél– y algunas composiciones en la línea de las películas de espías de hace una década. Ambos son correctos, pero sin demasiados alardes.

Una buena idea con más potencial del que desarrolla

Kill the Bad Guy nos ha gustado, pero nos ha dejado con la sensación de no haber desarrollado todo su potencial. La idea de generar accidentes para matar al malo de turno nos ha parecido original, pero creemos que habría sido más atractiva y adictiva si el jugador tuviese más libertad a la hora de crear su plan que "limitándose" a resolverlo. Faltaría más, ésta es la propuesta de los desarrolladores, y funciona perfectamente como tal.

Si el precio no se os va de las manos, o si lo pilláis de oferta, Kill the Bad Guy es sin duda un juego muy interesante, más por su envoltorio que por su propuesta, ya que en el fondo es un juego de puzles sin demasiadas sorpresas. Comentar también su aspecto social, que nos permite compartir nuestras muertes a través de redes sociales, además de integrarse en Twitch para los aficionados al streaming. Con una duración razonable, multitud de logros y con la capacidad de sacarnos tanto sonrisas como gruñidos de frustración, no creemos que Kill the Bad Guy decepcione a nadie, aunque tampoco consiga convertirse en ningún referente.