Análisis de Freedom Planet (PC)
Es curiosísimo el mundo de los videojuegos, sus altos y sus bajos. Tan pronto la prensa decide que eres el mejor, y te apoyan constantemente, como de repente desaparecen y no quieren saber nada de ti en el momento más importante, porque están muy ocupados atendiendo eventos, porque hay juegos más gordos que el tuyo al que hay que hacerles caso, o porque están de vacaciones.
Esto ya lo hemos visto en juegos como Enemy Mind, que tras aparecer en todos los medios habidos y por haber previamente a su lanzamiento, de repente nadie lo analiza.
Y algo parecido ha pasado con este Freedom Planet.
Y lo cierto es que ambos juegos merecen nuestra atención. A la hora de hablar del que nos ocupa, os lo podemos resumir como "imaginaos que unos amigos con cierto talento a la hora de realizar videojuegos , armados de Multimedia Fusion (el mismo motor con el que se han hecho juegos como los Noitu Love, Knytt Stories o Heart Forth, Alicia), le echan 3 años para hacer un juego basado en Sonic, pero con sus toques personales".
Esto es, básicamente, Freedom Planet. Un juego que si hubiera aparecido en los 90 sería elevado a los altares, y que ahora, si bien todo aquel que lo juega suele tenerle cierto aprecio, ha pasado relativamente ignorado para la crítica, por la razón que sea. Dicho esto, vamos a obviar las relaciones entre este título y la situación de la industria, y nos vamos a centrar en si os lo aconsejamos o no, y de qué va.
Freedom Planet es un juego de plataformas en dos dimensiones donde manejamos a dos (o tres) personajes femeninos de forma animal (un tanto sui géneris), en su pelea por defender su tierra de un ataque alienígena.
Elegir a este personaje es importante, y además no te deja cambiarlo a lo largo de la aventura, con lo si empezamos con Lilac (el dragón) o Carol (la cánida, o algo, que no conocemos muchos animales de este tipo de color verde), ya tendremos que seguir con ese mismo personaje a lo largo de todo el juego. Esto, que realmente no es un problema demasiado grande, sí que podría estar mejor planteado, de manera que una persona pudiera disfrutar de uno u otro personaje sin tener que empezar partida nueva.
Además, fuera del modo aventura, podemos manejar también a Milla, una especie de roedora que nos otorga más variedad a la hora de jugar. Porque ciertamente, cada personaje, básicamente, es un mundo.
Lilac, que viene a ser el personaje básico, es el más rápido, capaz de transportarse a grandes distancias gracias a su movimiento especial, y lo cierto es que es en quien están pensados principalmente los diferentes niveles del juego. Carol es otra cosa. No es que sea lenta, pero está más preparada para el combate, y como sorpresa especial tiene la posibilidad de conducir una moto, algo que nos recuerda a Alex Kidd, y que otorga mayor variedad aún al juego. Finalmente, Milla es completamente distinta, con una especie de escudo que le sirve para cubrirse y devolver disparos, y la posibilidad de planear en el aire gracias a sus orejas.
Con estos personajes nos metemos en una cantidad de niveles bastante importante. Con un tamaño muy grande (un nivel normal nos puede durar media hora, más o menos, siempre que vayamos a explorar y no nos lo sepamos de antemano), los niveles están construidos de una manera que recuerda mucho a Sonic, especialmente el segundo. Fases muy largas a lo ancho, pero también con posibilidades de ser recorridas a diferentes alturas, lo que es un trabajo importante, y nos permite experimentar la misma fase de varias maneras.
Además, los niveles son bastante diferentes entre sí (y a la vez, recordando mucho a la aventura del erizo… con sus propias diferencias). Valles, templos, ciudades orientales, naves aéreas, acuáticas, bases llenas de fuego, una jungla, una zona helada, en fin, cualquiera que haya jugado bastante a juegos de plataformas en 2D reconocerá las diferentes inspiraciones del juego, pues se basa en casi todos los tópicos típicos de los juegos de principios de los 90. Pero algunas, como la ciudad, están tan bien hechas que demuestra que aún se puede hacer algo nuevo en un sistema tan manido como éste.
Y ese es otro punto a tener en cuenta. Cada nivel está lleno de detalles, mecánicas, enemigos, jefes finales, que nos alegrarán al verlos por primera vez. Hay mucho amor en todos ellos, mucho esfuerzo, demostrando que sus autores quieren realmente realizar un juego como los que nos gustaban hace unos años, y se nota que han hecho los deberes.
Esto es especialmente notable en el caso de los jefes finales, pues poseen una gran variedad de movimientos, no sólo a la hora de hablar de rutinas, sino también de las diferentes animaciones, estados, ataques. Una verdadera gozada muy bien realizada.
Con todo, hay algunos puntos donde, tal vez, ese exceso de amor, o tal vez de falta de práctica a la hora de desarrollar videojuegos, les ha pasado factura. Un punto que se ve afectado a esto es la historia. Es demasiado larga, cual juego de rol japonés medio, pero aplicado a un título de plataformas donde la principal característica es la velocidad de sus personajes. Como veis, un sinsentido.
Otro punto mejorable es la composición de menús y tipografías. No somos especialmente exigentes en este aspecto, pero se ve muy claramente que no han tenido ningún tipo de gusto a la hora de realizarlo. Lo mismo que en el caso anterior, recuerdan a los juegos de rol para las consolas de 16 bits. Y hemos avanzado un pelín desde entonces.
Pero aparte de estos dos puntos, y si obviamos que evidentemente no es un juego con un presupuesto enorme ni con la ambición de poner al límite vuestros ordenadores actuales, Freedom Planet está técnicamente muy bien. Personajes, animaciones, fondos, y especialmente enemigos, están realizados con muchísimo gusto. La música es animada, y para sorpresa nuestra, casi todo el juego está doblado (al inglés), lo que es un esfuerzo titánico para un grupo de desarrollo como éste.
Dicho esto, este juego creemos que funcionaría especialmente bien en una plataforma como PlayStation Vita, pero si tenéis un PC, y os queréis regodear en un juego que haría sonreír a los fans de SEGA y Treasure a partes iguales, Freedom Planet es muy recomendable.