Análisis Forager, un nuevo y adictivo juego de supervivencia (PC, Switch, PS4, Xbox One, Android, iPhone)
Desde que Minecraft se convirtiese en un fenómeno –que aún hoy goza de tirón- multitud de videojuegos se han inspirado en alguno de sus aspectos, como la obtención de recursos para crear nuevos materiales, construcción y ligeros toques de supervivencia. Hay títulos que han apostado por una clara inspiración incluso en el estilo gráfico –Portal Knights- mientras que otros han cogido ciertos elementos y lo combinan con nuevas temáticas y géneros. En definitiva, evolucionan la idea original.
Forager es un título independiente que vuelve a tomar este desarrollo pero lo adapta a su propio estilo, que la propia HopFrog describe como un cruce entre Stardew Valley, Terraria y Zelda, o lo que es lo mismo, exploración, artesanía y agricultura, más una pizca de combate. A simple vista no muy original, pero está lo suficientemente pulido como para mantenernos enganchados durante mucho tiempo.
A picar rocas
La primera impresión es quizás lo más flojo del juego, y no tanto por sus gráficos, que son bastante bonitos y coloridos, sino porque no hay ningún tipo de historia que de contexto a la situación.
Simplemente, somos un personaje que está en una isla solitaria, acompañados de un pico, algunos árboles y rocas. A modo de pequeño tutorial el juego nos indica nuestro primer objetivo, construir un horno o fragua.
Como bien supondrán muchos jugadores, la construcción de un telar o cualquier edificación necesita materiales, por ejemplo ladrillos. Y estos ladrillos a su vez se consiguen con materias primas extraídas del entorno: acercarse a una piedra, golpear y transformar el mineral. Es muy similar a cualquier juego del estilo, pero adaptado a la vista superior de un Zelda clásico.
No es desde luego el mejor comienzo para atraer nuestro interés -puede confundirse con un simple juego de navegador-, pero Forager ofrece mucho más.
Ampliando horizontes
Además del sistema típico de artesanía o crafting hay otras mecánicas, como un ciclo de noche y día, un inventario limitado –ampliable con mochilas-, enemigos –el combate es bastante simple, pero el juego no pide más- y un sistema de alimentación, pues con el esfuerzo se agota una barra de alimento que será necesario reponer con frutos o, por ejemplo, peces cazados con una trampa.
Pero si quieres empezar a ver todo el potencial, con la subida de niveles podrás adquirir nuevas habilidades en diferentes tareas –industria, granja, economía, magia-, ya sea para mejorar la variedad de objetos para crear, cultivar o fabricar nuestra propia moneda. Es similar a un progreso en árbol, y cada usuario es libre de profundizar más en el aspecto que prefiera. Lo bueno de Forager es que todos estos sistemas y opciones de progreso nos dan muchísimas opciones de adaptar el juego a nuestro gusto; quizás te decantes por los aspectos de granja y cuidado de animales, la parte de exploración, en mejorar tu economía o hacer más efectivo tu equipamiento. Si lo deseas ese aburrido pico inicial puede estar envuelto en fuego.
Con dinero podremos adquirir nuevos terrenos que amplían la isla, lo que significa más posibilidades de conseguir recursos, trabajar en más equipamiento y estructuras. Ese angustioso islote inicial se irá expandiendo rápidamente con nuevas aventuras, misiones y peligros en islas que traen nuevas ambientaciones, personajes, puzles o más tipos de recursos. En este sentido encontramos incluso mazmorras –otro de los guiños a Zelda- con sus propios retos, secretos y tesoros.
Aunque no comete ningún fallo grave a lo largo de aproximadamente 15 horas para superar la mayoría de objetivos, no todo es brillante en Forager. La dificultad en general es bastante cómoda, demasiado para quienes busquen un reto. El combate no es el foco de atención y es una lástima que no se haya desarrollado más la inteligencia artificial –enemigos con movimientos predecibles- o la dificultad del combate y las mazmorras, porque podría hacer el juego más redondo y desafiante.
De hecho conociendo nuestras prioridades también es fácil de encontrar abundantes recursos. Al principio esto tiene sentido: cuando apenas tienes unas pocas islas conectadas, los árboles y frutos deben reponerse cada poco tiempo, pero con el juego más avanzado es raro encontrarse con escasez de algún producto.
También muchas de las misiones que encontraremos con ciertos personajes son bastante genéricas, principalmente de recadero o peticiones de construcción, intercambio de un objeto por un regalo. Dado que el juego tampoco aspira a contar una historia, ni grande ni pequeña, entra dentro de lo esperable, pero podría presentar algo más interesante.
Pese a esto, hay que admitir que Forager es adictivo. El ciclo de cosechar, talar o picar, ampliación de terreno y creación de nuevas construcciones que requieren a su vez más material es tan entretenido como siempre, y es probable que una vez tengas el juego avanzado te cueste mucho dejarlo a medias. Además su ritmo pausado lo hace perfecto para jugar en cualquier rato; nunca hay sobresaltos y siempre hay algo que hacer o alguna mejora que conseguir. El progreso es la principal jugabilidad.
Colorido ‘pixel art’
No es precisamente el pixel art más detallado que hemos visto, pero hace bien una cosa: la sencillez de los gráficos se agradece, y más a la resolución del juego. En todo momento puedes identificar el tipo de roca –con los minerales que te va a proporcionar-, las plantas o enemigos. Quizás un poco más de decoración no le vendría mal, pero lo cierto es que cuando empezamos a construir mucha maquinaria en una isla se agradece que apueste por un diseño más práctico que llamativo.
Probablemente la música sea algo más olvidable; no es mala, pero pasa rápidamente a un segundo plano. Teniendo en cuenta el tiempo que vamos a pasar con el juego y la poca variedad de sonidos –el ruido de talar árboles y demás-, se echa en falta un poco más de impacto.
Más mejoras en camino
Forager se ha convertido en un pequeño éxito independiente con más de 150.000 copias vendidas en PC, y HopFrog ha prometido –escasos días después de su lanzamiento- una serie de mejoras que merecen destacarse, porque alguna cambia drásticamente la ambición del título y reduce problemas que hemos encontrado en la versión actual.
En mayo llegan nuevos modos, efectos climáticos y otras mejoras en cuanto a interfaz. En verano se promete un modo difícil con nuevos enemigos, jefes y combate mejorado, junto con una nueva ambientación temática, lo que permitiría disfrutar más de la parte de acción.
También aceptará mods, facilitando que la comunidad añada sus propias islas temáticas, objetos, estructuras y más. Finalmente en invierno –finales de 2019 o principios de 2020- se añadirán nuevas tierras, objetos y un modo multijugador. Forager podrá ser muy diferente a lo que es hoy en los próximos meses.
Conclusiones
Forager dista mucho de ser un juego para todos los jugones. El poco reto que hay –al menos ahora-, ese desarrollo lento y que gran parte de la aventura consiste en crear nuestras propias metas en cuanto a expansión y producción, lo convierten en un juego que enganchará al público aficionado a simuladores de este tipo, pero no tanto para quien busque una aventura de acción o rol al estilo clásico.
Sin embargo dentro de su estilo funciona y muy bien, incluso mejor que otras propuestas mucho más vistosas en gráficos y presupuesto. La clave: una idea simple y divertida.
Hemos realizado este análisis con un código que ha proporcionado Humble Bundle.