Análisis de Final Fantasy XIII-2 (PC)
Continuando con el lanzamiento en PC de los juegos que componen Fabula Nova Crystallis Square Enix publica ahora el segundo de la trilogía, Final Fantasy XIII-2, que se puso a la venta originalmente en consolas de la pasada generación a principios de 2012. Se trata de una subsaga polémica, con sus puntos fuertes y débiles, que se ha distanciado a ciertos jugadores clásicos de Final Fantasy, pero hay que reconocer que también ha enganchado a generaciones más jóvenes sobre todo por la figura de Lightning, una fémina de armas tomar que es protagonista incluso cuando no tiene ese papel, caso de XIII-2.
Final Fantasy XIII-2 no es la primera secuela de un Final Fantasy numérico y por tanto la noticia de su desarrollo no fue tan inesperada como la de Final Fantasy X-2 en su momento. Sí suponía en cambio una clara respuesta a las críticas sobre la linealidad de XIII, lo que recuerda un poco a las decisiones que se tomaron con la historia de Yuna, Rikku y Paine. De Fabula Nova Crystallis es posible que recordemos a XIII-2 como el más equilibrado de los tres, aunque eso tampoco significa que esté exento de limitaciones, nuevos problemas o que por tratarse del eslabón intermedio su narrativa se resienta un poco: es necesario jugar antes a XIII para disfrutarlo plenamente, y no cierra esta mitología. Por suerte, Lightning Returns llegará próximamente a PC, un episodio aún más abierto en cuanto a mapeado y creación de misiones –y también, aspectos que no nos gustaron tanto-.
Final Fantasy XIII-2 abre con Lightning en el trono del Valhalla luchando contra Caius en un combate muy igualado, aunque no es ella la heroína de esta historia. Noel, un nuevo personaje, aparece en este lugar y se encuentra con Lightning, que le da un encargo: encontrar, proteger a su hermana Serah, y cambiar el futuro apocalíptico que está a punto de suceder. Los saltos entre dimensiones paralelas son una de las características de esta secuela, y cuando Noel, que nació 700 años después que la época de Serah, se encuentre con ella descubrirá que comienzan a aparecer paradojas que distorsionan la línea temporal. Así comienza un viaje buscando aquellos objetos que no pertenecen a su tiempo, conociendo nuevos personajes clave y encontrando a otros conocidos.
Es recomendable jugar a Final Fantasy XIII, pero no absolutamente necesario. El trasfondo de estos juegos no es fácil de seguir y más en las primeras horas que hay constantes menciones al Nido, la conclusión de la anterior historia y pocas introducciones a los personajes que regresan. Por otra parte, al tratarse de una nueva pareja de protagonistas –Serah no era jugable en XIII, aunque sí una parte importante del argumento- es una secuela con un nuevo tono, menos serio que el visto cuando Lightning lidera un grupo.
Las paradojas temporales ayudan a dar variedad de entornos a visitar, desde campos y bosques a ciudades futuristas, con la posibilidad de visitar un mismo lugar en diferentes periodos. Cada territorio es una rama de la historia, en lugar de ir a ellos de manera lineal y ordenada como se hacía en XIII. Square Enix –aquí en colaboración con tri-Ace- ha limado poco a poco ese eterno pasillo que era XIII en buena parte de su recorrido, y aunque XIII-2 no tiene una historia o personajes tan cuidados, ni el planteamiento de viajes por el tiempo es muy original para el género, compensa esas carencias con una sensación de más control sobre las decisiones.
Hay gestos pequeños pero importantes para esta apariencia de mayor libertad, por ejemplo el sistema de diálogos que permite elegir comentarios y respuestas en determinadas situaciones, la existencia de minijuegos y personajes no controlables con los que charlar y recibir misiones secundarias. Se da por hecho que un juego de rol tiene esto, pero estuvo ausente de XIII –la falta de ciudades y bullicio, excepto en un punto concreto, se hizo notar-. Os recomendamos leer el análisis original que se detiene más en todas las cuestiones jugables.
Por otra parte hay cambios que no acabarán de gustar a todos los jugadores. Con el objetivo de hacer el juego más peliculero, o viendo el vaso medio lleno, por hacer interactivas las cinemáticas que normalmente no lo eran, XIII-2 introduce secuencias QTE –pulsación de botones- con ocasionales alternativas para cambiar el rumbo de un combate épico. Si decidimos jugar con teclado es un poco más engorroso que con pad, porque nunca sabes cuándo necesitarás machacar la letra D o apartar la mano del ratón para pulsar retroceso. No hay opción de cambiar la configuración de las teclas.
El combate, que era uno de los puntos fuertes del original, se mantiene en líneas generales intacto. Cada clase o rol de los protagonistas, que se van mejorando en el Cristarium, está orientado a una tarea –golpes físicos, defensa, magia, curación- y como acceso rápido existen formaciones que adaptan al grupo de una manera concreta. A medida que se avanza no basta con atacar continuamente, se necesita cambiar constantemente de estrategia según el ritmo del combate. También hay que admitir que el sistema utilizado peca de mucha automatización y, si no te gustaron las batallas de Final Fantasy XIII, las secuelas no se desvían mucho de ese camino.
Sí es diferente que en XIII-2 no hay un grupo amplio de integrantes, sino que Serah y Noel se pueden acompañar de algunos monstruos derrotados -no todos-. Estos monstruos tienen su propio sistema de evolución, e incluso contamos con la posibilidad de fusionarlos para conseguir combinaciones más fuertes. Su uso no es anecdótico, sino que se comportan como un personaje más, con su propio árbol de evolución y usando también el sistema de roles.
Otra novedad respecto a XIII es un sistema de combates semialeatorio. Mientras en aquel los enemigos estaban siempre en pantalla y visibles desde la lejanía, ahora aparecen cerca de nuestra posición al explorar el terreno, aunque no llevan automáticamente a la lucha, pues hay posibilidad de esquivarlos como se haría en XIII o Lightning Returns. Dependiendo del color del área que nos rodea sabremos el grado de atención del monstruo –si es verde, se empieza el combate con ventaja-.
La adaptación es bastante conservadora. A diferencia de un juego actual de consola llevado a PC como es Metal Gear Solid V Ground Zeroes, Square Enix no ha revisado el trabajo original para hacer cambios, ni en lo jugable ni en los aspectos gráficos más allá de las ventajas que puede ofrecer un PC sobre las viejas consolas. Sí se ha añadido la mayoría de contenido descargable, aunque éste no sea demasiado importante y se limite principalmente a apariencias para los protagonistas. Para quienes prefieran las voces originales una buena noticia: hay selector de audio entre doblaje inglés y japonés.
De inicio ya se contemplan los ajustes gráficos, bastante reducidos si los comparamos con otros títulos, así que no estamos en el caso de la salida de Final Fantasy XIII que llegó limitado a 1280x720 –un parche oficial se ha corregido después-. XIII-2 permite ajustar la resolución, aliasing y la calidad de las sombras. La mejoría sobre PlayStation 3 y Xbox 360 se nota sobre todo en la calidad de imagen que se puede conseguir, más limpia y sin dientes de sierra, pero por lo demás, se mantienen las mismas texturas, modelados y efectos, que no es que sean malos, más bien al contrario; aún sorprende lo que consiguió la desarrolladora en máquinas de hace casi una década y gran parte del mérito está en la dirección de arte, que hace de XIII-2 una superproducción audiovisual.
No obstante no va todo lo fino que podría o debería, es posible ver pequeños tirones en el juego con un equipo que corre como la seda la adaptación de Ground Zeroes. Para alcanzar 60 imágenes por segundo –y no constantes- es necesario un equipo relativamente potente, más de lo que se necesitaría si el juego fuese nativo de ordenador, culpa de que originalmente no se planteó este lanzamiento en PC o de un trabajo algo superficial. Es una adaptación buena pero no perfecta.
Conclusiones
Final Fantasy XIII-2 como juego sabe rectificar algunos de los errores jugables de XIII y trae novedades que sientan bien a la trilogía. Tampoco es un giro de 180º respecto a la fórmula inicial y comete diferentes errores por la falta de un argumento coherente –o lineal- y los protagonistas son bastante flojos, da la impresión de estar jugando con un par de secundarios a la sombra de la carismática Lightning. Sin embargo, los puntos fuertes prevalecen sobre los retrocesos, y si bien no cambiará la opinión de aquellos que rehúyan todo lo que tiene que ver con Fabula Nova Crystallis, al menos se muestra como el episodio más sólido de los tres.
La versión para PC es correcta, debuta en mejores condiciones que Final Fantasy XIII y con lo mínimo en opciones que se puede pedir a una conversión de este tipo. Un lanzamiento pensado más para quienes no pudieron disfrutarlo en consolas que para incentivar una nueva compra.