Análisis de Feral Rites (PC)
La semana pasada desarrolladoras de cierto renombre como 4A Games (Metro 2033), Turtle Rock Studios (Left 4 Dead, Evolve) y Ready at Dawn (The Order: 1886), anunciaron juegos exclusivos para Oculus Rift, la realidad virtual de Facebook. Se nota que la compañía de Mark Zuckerberg está tirando de chequera para arropar a su dispositivo de realidad virtual de juegos interesantes, ya que parece que las grandes productoras todavía no están muy por la labor de apostar decididamente por esta tecnología, como estamos viendo estos días con el lanzamiento de PlayStation VR.
Los creadores de Ratchet & Clank, Insomniac Games, fueron de los primeros en subirse al carro con el interesante Edge of Nowhere, y ahora nos traen su segundo juego exclusivo para Oculus Rift, titulado Feral Rites, que nos ha recordado a algunas aventuras de acción que disfrutamos en los tiempos de PlayStation 2, como los primeros God of War o The Mark of Kri, título que fue reeditado hace unos meses para PlayStation 4.
La ambientación de Feral Rites también nos ha recordado mucho a la The Mark of Kri, con influencias de la cultura polinesia, y se desarrolla en una isla en la que controlamos a un guerrero (o guerrera) que se tiene que vengar de la muerte de su padre a manos de un hechicero maligno, en un planteamiento argumental que también recuerda un poco al de God of War, con una historia relativamente elaborada, aunque fatal contada y poco interesante.
Estamos ante una aventura de acción en tercera persona en la que combatiremos a toneladas de enemigos, pero donde también hay lugar para algunos puzles, nunca demasiado complicados, y cierta exploración de los escenarios, para encontrar mejoras y algunos coleccionables. Acabaremos visitando cinco escenarios diferentes, que son como pequeños "mundos abiertos", y además de ir completando los objetivos que nos marca la historia, hay diferentes motivos para perderse explorando, e incluso alguna que otra misión secundaria.
El combate es el de un hack and slash de manual, con golpe normal y fuerte que combinándolos hacemos combos, una acción para esquivar, otra para detener los golpes que si sincronizamos bien nos permite realizar contraataques, y también podemos mandar a los enemigos al aire para continuar los combos, o clavarlos en diferentes trampas de los escenarios. Si vamos eliminando enemigos sin ser golpeados conseguimos puntos, y cuando obtenemos cierta cantidad podemos realizar ejecuciones, que además de ser muy espectaculares y violentas, nos rellenan la vida y el poder mágico.
El llamado poder espiritual es importante, ya que nos permite transformarnos en bestia, un poderoso tigre erguido sobre sus dos patas que tiene sus propios golpes y habilidades, y que va consiguiendo nuevas acciones a lo largo de la aventura. También nos transformamos en un tigre más tradicional, con el que podemos recorrer los escenarios a toda velocidad, pero que no tiene más utilidad.
Derrotando enemigos y encontrando cofres, obtenemos unas monedas que sirven para mejorar las estadísticas como el daño y la defensa, tanto de nuestra forma humana como animal, y además podemos comprar diferentes piezas de equipo, que a su vez también podemos mejorar, con dinero y encontrando recursos en los escenarios.
El desarrollo de la aventura es muy tradicional, y para no perdernos siempre podemos pulsar un botón que nos marca el camino hacia nuestro siguiente objetivo, aunque nada nos impide que nos perdamos explorando y encontrar secretos. Combatir contra oleadas de enemigos, luchar contra algún jefe final más desafiante, resolver puzles muy sencillos y ciertos amagos de plataformeo, son los que vamos a encontrar en esta aventura de acción, que en las primeras horas resulta bastante entretenida.
Pasado este tiempo, el juego comienza a mostrar sus carencias y se hace un tanto repetitivo. El sistema de combate, aunque cumple, no es lo suficientemente robusto ni complejo ni preciso para aguantar el paso de las horas, y los nuevos tipos enemigos que van apareciendo no cambian demasiado las cosas, por lo que el tedio llega inevitablemente. Lo salvan de la quema los toques aventureros, el tener que explorar y conseguir algún objeto, y resolver algunos acertijos que, aunque están lejos de ser brillantes, le dan ese toque de variedad que necesitan este tipo de aventuras.
El juego se puede terminar en unas diez horas aproximadamente, se puede jugar en tres niveles de dificultad diferentes, y hay algunos coleccionables y misiones secundarias para estar entretenido si lo quieres exprimir. Para lo bueno y para lo malo, recuerda a esas aventuras de acción de los 128 bits que nacieron al calor de God of War, lo que sorprende un poco en pleno 2016, encontrarse un juego tan arcaico, a la par que disfrutable.
Como ya ocurrió con Chronos de Gunfire Games, que nos gustó bastante, o Edge of Nowhere de la propia Insomniac, parece que se han empeñado en demostrarnos en Oculus Rift que los juegos con cámara en tercera persona también pueden funcionar muy bien en la realidad virtual, y estos son buenos ejemplos. Feral Rites también se ve muy bien, tiene un apartado gráfico muy competente y vistoso, pero hace un peor uso de esta perspectiva en un entorno de realidad virtual.
Al igual que en Chronos, utiliza puntos de cámara fijos, y desde estos somos nosotros los que miramos a donde queremos, moviendo con nuestra cabeza la cámara. Esto suele funcionar, pero en Feral Rites se han hecho un poco de lío, y dependiendo desde donde entremos a una zona, se sitúa la cámara en un punto u otro, lo que genera algo de confusión al moverse entre diferentes estancias. Los escenarios tienen unas líneas azules en el suelo que nos indican cuándo vamos a cambiar de perspectiva, pero estos cambios son un tanto bruscos, y generan bastante confusión a veces. La idea no es mala, y genera situaciones muy vistosas, pero estaba mucho mejor ejecutada en Chronos.
Queríamos por último hablar del sonido, en especial de la extraña música, con ritmo electrónicos e incluso de hip hop, que no pegan nada con la ambientación del juego. No recordamos en mucho tiempo una banda sonora tan mala en relación a lo que estamos viendo en pantalla, es como si se hubieran equivocado al coger las pistas de sonido, que pertenecieran a otro juego. Como el resto de exclusivos que hemos probado hasta el momento en Oculus Rift, el juego está completamente traducido, con voces en español de América, algo lógico, teniendo en cuenta la lenta implantación de esta tecnología en España, y lo que le queda.
Una aventura entretenida, pero poco memorable
Feral Rites es una aventura entretenida, que nos ha recordado a ciertos juegos que abundaban mucho más hace 15 años, en la llamada generación de los 128 bits. El sistema de combate no es lo suficientemente complejo ni preciso como para aguantar el paso de las horas, y esto hace que la aventura se resienta. Y los puzles, la exploración o el escaso plataformeo, tampoco son demasiado elaborados como para destacar dentro del género. Pero a poco que te gusten este tipo de aventuras de acción, se disfruta si no eres muy exigente, y la realidad virtual le da ese plus visual que llama mucho la atención, en un juego que técnicamente no es muy ambicioso, pero sí muy vistoso.
Es el segundo juego de Insomniac exclusivo para Oculus Rift que lanzan este año, y todavía queda un tercero, The Unspoken, que saldrá en diciembre. Imaginamos que es un acuerdo que beneficia a las dos partes: el estudio californiano está consiguiendo un dinero relativamente fácil, y Facebook está arropando a su dispositivo de realidad virtual de un mayor catálogo. Pero quizás para el bien de la realidad virtual, de las propias Oculus Rift, y del prestigio de Insomniac, hubiera sido mejor lanzar un único juego, elaborado y notable, que dos (que pueden ser tres) simplemente correctos y bastante olvidables. En cualquier caso, otro buen ejemplo de que no todos los juegos de realidad virtual tienen que ser en primera persona.
Hemos escrito este análisis gracias a un código que nos ha proporcionado Insomniac Games. El ordenador en el que lo hemos jugado es un CoolPC de Coolmod.com, cedido por NVIDIA, que tiene las siguientes características:
- GeForce GTX 980 Ti 6GB
- i7-6700K 4GHz
- 16GB de RAM