Análisis de Dead Cells (PC, iPhone, PS5, Switch, Xbox One, PS4)
Ya lo veníamos avisando desde que tuvimos el placer de probarlo por primera vez gracias a su versión de acceso anticipado en Steam, pero nos cuesta dejar de alabar el gigantesco trabajo que han hecho en Motion Twin con Dead Cells, uno de los candidatos más serios a convertirse en el indie del año y todo un imprescindible para los amantes de los roguelite y la acción y las plataformas bidimensionales.
Maestría roguevania
La premisa de esta aventura es tan simple como arriesgada: combinar la jugabilidad y mecánicas de un metroidvania con la estructura y los elementos típicos de un roguelite.
Dicho así, la mezcla puede no sonar demasiado atractiva, ya que las salas cuidadosamente estudiadas y diseñadas de los primeros no parecen casar demasiado bien con la aleatoriedad intrínseca de los segundos, aunque os podemos asegurar que el estudio francés ha sabido dar con la tecla para conjugar estos subgéneros de la mejor forma posible y crear algo único, con personalidad y que funciona a las mil maravillas.
Así pues, tenemos una aventura de acción y plataformas en 2D con mapas relativamente grandes que podemos explorar a placer para encontrar todo tipo de secretos, mejoras para nuestro personaje, armas, artefactos e incluso habilidades que nos permitirán alcanzar zonas que en un principio son inaccesibles.
Eso sí, solo tenemos una vida para pasarnos el juego, de modo que si morimos nos tocará volver al punto de partida, lo que a su vez provocará que el diseño de los niveles cambie por completo, obligándonos de este modo a explorarlo todo nuevamente en busca de las salidas y de las piezas de equipo que nos ayuden a sobrevivir a esta odisea.
Ya os vamos avisando que es un título muy desafiante y con un nivel de dificultad bastante elevado, aunque lo suficientemente bien medido como para que no resulte ni muy frustrante ni injusto. Aquí rara vez moriremos por haber tenido "mala suerte" con la disposición de elementos y enemigos, por lo que casi todos nuestros fracasos serán únicamente culpa nuestra.
Esto es algo importantísimo en un juego de estas características, ya que al plantearnos un reto desafiante y equilibrado, consigue "picarnos" para que siempre queramos intentarlo una vez más. Cada muerte supone una valiosa lección, y con casi total seguridad, en nuestra siguiente partida jugaremos mejor y desarrollaremos nuestras habilidades casi sin darnos cuenta, mejorando poco a poco como jugadores, lo que se traduce en una sensación muy satisfactoria a medio y largo plazo.
Además de jugar mejor, el título también busca ayudarnos con un sistema de progresión muy interesante y bien medido que nos permitirá desbloquear diferentes mejoras permanentes de cara a nuestras próximas incursiones, como que podamos mantener cierta cantidad de oro al morir, que nuestra poción tenga más usos por zona o incluso que empecemos la partida con un arma aleatoria de entre todas las que hayamos desbloqueado.
Para ello, simplemente nos bastará con reunir una serie de células (se consiguen matando enemigos y en algunos depósitos) e invertirlas en la "tienda" de uno de los personajes que nos encontraremos en las secciones de descanso que hay entre los mapas principales. Evidentemente, a medida que avancemos también encontraremos nuevos servicios en los que invertir estas células, las cuales se quedarán guardadas una vez que las usemos, por lo que, al final, hasta la peor de nuestras partidas nos hará progresar un mínimo y no la sentiremos como una pérdida de tiempo.
Volviendo a lo que es el diseño de niveles, cabe destacar que todas las habitaciones y secciones que visitaremos están elaboradas "a mano", por lo que el componente aleatorio del juego solo se ocupa de mezclaras y ordenarlas de diferentes maneras para que el camino no sea siempre el mismo.
Esto es algo que se nota muchísimo, ya que el diseño de todas ellas está cuidadísimo y muy estudiado para ofrecer situaciones muy interesantes, desafiantes y estimulantes en lo jugable, sin perder en ningún momento ese "equilibrio" que tantas veces hemos mencionado en lo que llevamos de análisis. Puede resultar raro decir esto de un título de carácter roguelite, pero Dead Cells no deja nada al azar.
No en vano, hay un buen número de secretos y eventos que siempre están en el mismo lugar y que nos servirán como puntos de referencia para orientarnos a lo largo de los gigantescos mapas que tendremos que recorrer. Además, estos "puntos fijos" tienen su recompensa asociada, ya sea en forma de ítem clave, de un plano para desbloquear una nueva mejora u objeto en la tienda, o incluso de una habilidad permanente para poder acceder a nuevos lugares en nuestros próximos intentos.
Aunque a lo largo de una partida no nos dejarán volver a un mapa anterior, el "backtracking" tan característico de los metroidvania está muy presente a pesar de no plantearse de forma tradicional. Tal y como hemos dicho, existen ciertas habilidades permanentes (es decir, que una vez obtenidas no las perderemos ni muriendo) que nos permitirán acceder a nuevos lugares a los que previamente no podíamos llegar, animándonos a que rejuguemos constantemente esta odisea para inspeccionar nuevamente cada área en busca de nuevos secretos.
Lo mejor de esto es que esto también nos abrirá rutas completamente nuevas, donde quizá podamos obtener más mejoras y nuevos secretos. Estamos ante un juego que no deja de abrirse ante nosotros para darnos multitud de posibilidades de avance. ¿Vamos por la ruta que ya nos conocemos para intentar llegar hasta el final o exploramos ese nuevo mapa que tanto nos cuesta pero que seguro que esconde grandes recompensas?
Por si fuese poco todo lo comentado hasta el momento, cada región cuenta con sus propias peculiaridades, trampas, monstruos únicos e incluso formas de avance (por ejemplo, tener que encontrar unas llaves para abrir unas puertas que bloquean nuestro camino), haciendo que su desarrollo siempre sea muy variado y entretenido.
Otro detalle que nos ha encantado es la implementación de las puertas a contrarreloj. A lo largo de nuestro periplo nos encontraremos con unos portones que solo podremos abrir si conseguimos llegar hasta ellos a tiempo. El cronómetro comienza a contar desde el mismo momento en el que empezamos una nueva partida y salimos de la primera zona segura, lo que nos pondrá en la tesitura de si jugar avanzando a toda prisa para llegar hasta ellas y hacernos con sus jugosas recompensas o, por el contrario, pasar de estas puertas y avanzar lentamente, procurando equiparnos y fortalecernos para garantizar nuestra supervivencia en los compases más avanzados.
Son dos formas muy diferentes de afrontar nuestro viaje, pero igual de satisfactorias y divertidas, así que ya dependerá de nosotros escoger una u otra según los objetivos que nos queramos marcar en cada incursión.
Todo este gigantesco trabajo de diseño caería en saco roto si la jugabilidad no estuviese a la altura, cosa que, por suerte para todos, no es el caso. Más bien al contrario, ya que los controles responden a la perfección, permitiéndonos saltar, esquivar y golpear con muchísima fluidez y naturalidad gracias a la altísima movilidad de nuestro héroe.
El sistema de combate nos permite equiparnos un arma principal en cada mano, así como dos artefactos que podremos usar para colocar trampas, torretas, lanzar granadas o incluso desatar ciertos poderes. La variedad de armas es altísima, tanto cuerpo a cuerpo como a distancia, todas ellas tienen sus características y peculiaridades únicas a la hora de manejarlas y además cuentan con una ingente variedad de modificadores pasivos aleatorios que pueden afectar a nuestra forma de jugar.
Con estos cuatro ítems, se ha conseguido crear un sistema de combate repleto de posibilidades, especialmente si somos capaces de crearnos una build durante las partidas que esté repleta de sinergias que fortalezcan nuestros combos. Por ejemplo, podemos tener una espada que prenda fuego a los enemigos y un arco que duplique su daño al impactar sobre rivales que estén ardiendo. Todo esto, sumado a los desafiantes rivales que saldrán a nuestro paso, nos acabará obligando a usar todos nuestros recursos y a explotarlos al máximo si queremos sobrevivir, haciendo de cada enfrentamiento una experiencia muy estimulante y divertida en la que nuestros reflejos, habilidad y estrategias lo serán todo.
De igual modo, no todo será pelear, ya que existen multitud de secciones puramente plataformeras y repletas de letales trampas que nos pondrán constantemente a prueba y que tampoco se quedan atrás en lo que a diseño se refiere. Y claro, todo ello aderezado por ese componente de exploración que tanto nos cautiva de los mejores metroidvania.
Ya que hemos hablado sobre los enemigos, queremos destacar a los imponentes jefes finales a los que tendremos que abatir en unos duelos largos, duros, tensos y muy mecánicos que nos han recordado enormemente a lo visto en los Souls de From Software. Tienen unos patrones de ataque muy definidos que van cambiando y ganando en complejidad a medida que les bajamos la vida, evitando así que nos podamos relajar ni un solo segundo, pues los errores se pagan muy caros. Creednos, vais a necesitar mucha paciencia y habilidad para abatirlos.
Para rematar todo este dechado de virtudes tenemos un apartado audiovisual simplemente sobresaliente. El pixel art del que hace gala en todo momento es realmente espectacular, con unos fondos cuidadísimos, unos personajes muy detallados y una animaciones fluidas y naturales como ellas solas. Y todo esto arropado por un diseño artístico fascinante y con mucha personalidad.
En nuestro caso, la versión que hemos utilizado para analizarlo es la de Nintendo Switch y cabe destacar que rinde y se ve de maravilla, tanto en sobremesa como en consola. El único problema que hemos detectado ha sido un extraño salto en la imagen que ocurre ocasionalmente. No es nada especialmente grave por la poca frecuencia con la que ocurre, pero si nos sucede en un momento muy delicado puede ganarnos un buen disgusto.
Finalmente, del sonido solo podemos aplaudir su fantástica banda sonora, la cual da una considerable importante a la guitarra española para crear una atmósfera única y épica que ambienta a la perfección nuestras peripecias. De hecho, los loops de cada tema son bastante largos y las melodías no hacen más que ganar fuerza e intensidad con el paso de los minutos, coincidiendo con el aumento de las dificultades para sobrevivir que nos encontraremos a medida que progresamos en cada zona, consiguiendo conjugar a la perfección imagen, sonido y jugabilidad en un todo que funciona con la precisión de un reloj. Los efectos siguen la misma línea: muy variados y de calidad.
Conclusiones
Llevamos meses jugando a Dead Cells gracias a su versión de Acceso Anticipado para Steam, y todavía sigue sorprendiéndonos en cada partida con nuevos secretos, eventos y descubrimientos que desconocíamos. Es un juego tan grande, con tantos contenidos, tan bien diseñado y estudiado, con una jugabilidad tan adictiva y con un apartado audiovisual tan atractivo que nos resulta imposible cansarnos de él, convirtiéndose automáticamente en uno de nuestros juegos favoritos de este año. Todo un imprescindible que no deberíais dejar escapar.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Nintendo Switch que nos ha facilitado Evolve PR.