Análisis de Batman: Arkham Knight (PC)
Nota: a la espera de ver qué ocurre con la versión de PC, que incluso ha sido retirada de la venta, el juego se queda sin nota momentáneamente.
Batman probablemente sea uno de los superhéroes mejor tratados de toda la historia.
Si bien el Hombre Murciélago pasó por una etapa muy oscura en la que se infantilizó al personaje y sus aventuras a niveles realmente preocupantes, tanto en las viñetas como en la televisión con la famosa serie de los años 60, no es menos cierto que tras volver al buen camino en el mundo del cómic, casi todas sus adaptaciones a otros medios y formatos se han convertido en éxitos rotundos, llevando el género de superhéroes a otro nivel.
Las dos primeras películas de Tim Burton son ya un clásico y consiguieron atrapar a multitud de espectadores que nunca antes se habían interesado por el mundo de los tebeos (las dos que vinieron a posteriori de Joel Shumacher mejor haremos como que nunca existieron, al igual que sus Batpezones), la serie de animación de los años 90 desprendía calidad y buen hacer en cada uno de sus fotogramas, trayendo al universo de Batman personajes tan interesantes y queridos como Harley Quinn y la trilogía basada en el personaje que Christopher Nolan llevó a la gran pantalla está a años luz de cualquier otra cinta de superhéroes que se haya hecho hasta la fecha.
Pero el éxito del Caballero Oscuro no solo ha estado relegado a las viñetas, el cine y la televisión, ya que a lo largo de los años ha sido uno de los héroes mejor parados en el mundo de los videojuegos, con varios títulos para el recuerdo (lo que no quita que también se hayan lanzado auténticas basuras basadas en el personaje). Sin embargo, no fue hasta el 2009, con una por aquel entonces desconocida Rocksteady lanzando al mercado Batman: Arkham Asylum, cuando el personaje creado por Bob Kane consiguió dejarnos sin aliento y reclamar su lugar de honor en el Olimpo del ocio electrónico.
El título llegó totalmente de tapado, sin que nadie esperara nada de él viendo la mayoría de precedentes de videojuegos basados en licencias que teníamos, por lo que su impacto fue doble, ofreciéndonos un auténtico juegazo que no solo mostraba un total respeto por el Murciélago y su universo, sino que realmente conseguía meternos en su piel para que nos sintiéramos como si de verdad fuéramos Batman. Y en lo jugable tampoco se quedó precisamente atrás, ya que no hay más que ver la enorme cantidad de juegos que han aparecido desde entonces copiando las bases de su sistema de combate.
Eso sí, Arkham Asylum era un juego con una estructura más o menos lineal y muy guiada (aunque con ciertos toques de Metroidvania en lo que respecta a la búsqueda de secretos), lo que nos llevó rápidamente a imaginar cómo sería recorrer toda Gotham en un juego con esta misma calidad y con la posibilidad de usar el Batmóvil para ello, una mera idea que por sí sola conseguía elevar sin control nuestros niveles de hype.
Batman: Arkham City se aproximó a ese ideal, dando el salto a los juegos de mundo abierto a la vez que llevaba la saga a un nuevo nivel, y Arkham Origins aportó entre poco y nada a la misma (aunque nos lo pasamos muy bien con él), pero no ha sido hasta el día de hoy cuando Rocksteady por fin nos ha permitido cumplir ese sueño gracias al juego que nos ocupa en este análisis: Batman: Arkham Knight. O lo que es lo mismo: la conclusión que pone el broche de oro por todo lo alto a una de las mejores series de videojuegos de los últimos años.
Yo soy la Venganza
Lo primero que nos gustaría dejar claro es que Batman: Arkham Knight no es el mejor juego para empezar en la saga. Es el final de una trilogía (si obviamos Batman: Arkham Origins) y por lo tanto, se da por sentado que hemos jugado a Asylum y City. No en vano, la primera imagen que veremos es un gigantesco spoiler del final de la segunda parte y el título no para de referenciar los hechos de los juegos anteriores, de modo que estaréis muy perdidos se decidís empezar por aquí.
Ya que hablamos del argumento, decir que esta vez nos enfrentaremos a Espantapájaros, quien ha amenazado con liberar su gas del miedo por todo Gotham, motivo por el que la ciudad es evacuada rápidamente, dejándola totalmente a merced de los criminales y los supervillanos más buscados del universo del Caballero Oscuro. Eso sí, ni Batman ni la policía están dispuestos a renunciar a Gotham, convirtiendo sus calles en el campo de batalla de una guerra abierta.
Y hasta aquí os vamos a contar, no sin antes mencionar que la trama principal tiene mucho ritmo, no paran de suceder cosas y sabe cómo mantener nuestro interés despierto desde el primer y hasta el último minuto, aunque si ya estáis curtidos en las historias del personaje, probablemente os veáis venir muchos de sus giros y sorpresas, tal y como nos ha pasado a nosotros.
Sin embargo, donde realmente brilla el juego es en su narrativa: simplemente perfecta. La historia está contada con un gusto exquisito y se profundiza más que nunca en el personaje de Batman y su estado mental, hasta el punto de llevarnos a estar tan metidos en la mente de Bruce Wayne que no sabremos si las cosas que nos muestran en pantalla son reales o no. Además, el uso de la cámara y la forma de presentar cada secuencia (tiene unas transiciones entre vídeo y jugabilidad tan naturales que muchas veces os quedaréis quietos y sin hacer nada pensando que estáis viendo uno, cuando en realidad os toca jugar) vuelven a llevar la saga un paso más allá.
Nos gustaría muchísimo hablaros sobre la genialidad de cierto recurso narrativo que se ha utilizado para la ocasión, pero sería estropearos una de las grandes sorpresas del juego, por lo preferimos que lo descubráis por vosotros mismos, ya que es de lo mejor de toda la aventura y una de las cosas que más la engrandecen.
Soy la Noche
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, comentar que, en esencia, volvemos a encontrarnos con la misma fórmula de siempre sin apenas novedades realmente reseñables y de peso. Por lo tanto, tendremos una gran ciudad para explorar con total libertad (esta vez es todo Gotham) y por la que nos moveremos con mucha fluidez gracias a los diferentes gadgets de nuestro héroe y a sus diversas posibilidades de acción, como el uso del gancho para llegar en un segundo a las zonas elevadas o la posibilidad de planear. Todo esto ahora se ha potenciado y refinado, con nuevas animaciones automáticas que facilitan la interacción con el entorno y un control de vuelo simplificado, de modo que moverse por el mapa sigue siendo un auténtico placer.
Por otra parte, el sistema de combate apenas ha sufrido cambios, por lo que seguiremos teniendo la posibilidad de realizar espectaculares cadenas de golpes tan solo con dos botones: uno para atacar y otro para realizar contraataques. Sobre esta base, si mantenemos un buen timing a la hora de pulsar los botones podremos realizar golpes críticos, así como los nuevos contraataques de lanzamiento que se ejecutan al contraatacar moviendo el stick hacia la dirección en la que se encuentra el enemigo justo en el instante en el que nos vamos a llevar un golpe.
Evidentemente, tampoco falta el botón de esquiva y el uso de gadgets durante las batallas para darle algo más de interés en los enfrentamientos, aunque la variedad llega gracias a los nuevos enemigos a los que tendremos que hacer frente en esta entrega que, sumados a los que ya vimos en sus predecesores, nos obligarán a tener en mente una gran cantidad de pequeñas estrategias para derribarlos. Por ejemplo, ahora se han añadido unos médicos capaces de electrificar a sus compañeros para que no los podamos tocar, aunque también pueden levantar a sus aliados caídos, por lo que probablemente querréis acabar con ellos en primer lugar.
Las animaciones durante los combates es otro punto que se ha mejorado, haciendo que repartir mamporros sea más espectacular, fluido y natural que nunca, llegando incluso a interactuar con nuestro entorno para realizar nuestros golpes. Eso sí, también es cierto que las peleas nos han resultado mucho más fáciles que en City y Origins, ya que apenas hemos muerto en el nivel de dificultad Difícil, algo que se debe principalmente a lo permisivos que son ahora los tiempos de reacción para los contraataques y a una IA que no es especialmente brillante a la hora de decidir cuándo atacarnos y cuándo no.
Una de las novedades más promocionadas del juego ha sido la posibilidad que tendremos ahora de luchar en pareja junto a otro personaje y cambiar el control de uno a otro en cualquier momento, algo que en la práctica se queda en una mera anécdota, empezando porque el control durante los combates es prácticamente el mismo independientemente de a quién manejemos. Para cambiar de un héroe a otro nos bastará con pulsar un botón, aunque si rellenamos una barra de energía a base de golpes podremos ejecutar a un enemigo usando un ataque combinado entre los dos personajes.
Eso sí, los momentos en los que vamos acompañados por otro héroe (o villana, según cómo queráis considerar a Catwoman) están predefinidos por el argumento y por la misión en la que nos encontremos, por lo que solo se limitan a unas pocas secuencias muy concretas a lo largo de toda la aventura. Como decimos, se trata de un añadido que no pasa de ser una mera anécdota, aunque tenemos que reconocer que estos pocos combates son muy espectaculares y gratificantes de ver.
Otro pilar básico de la saga Arkham y que no falta en esta ocasión lo tenemos en el sigilo, probablemente el aspecto más potenciado y mejorado, ofreciéndonos muchas más posibilidades de acción para atemorizar y acabar con nuestros enemigos, como las espectaculares incapacitaciones por intimidación, permitiéndonos derrotar en una secuencia muy espectacular de tres a cinco rivales en un abrir y cerrar de ojos si conseguimos pillarles por sorpresa.
Además, ahora nuestros rivales son más listos que nunca, tienen nuevas armas y gadgets para detectarnos, y no pararán de fastidiarnos para obligarnos a estar constantemente en movimiento y variando nuestras tácticas, ofreciéndonos algunas de las situaciones más interesantes que podréis disfrutar a lo largo de la aventura. Eso sí, seguimos teniendo pequeños "trucos" que nos facilitarán la vida si nos sabemos aprovechar de las debilidades de la IA enemiga, aunque ahora nos darán más guerra.
De esta forma llegamos a la que es la gran novedad de Arkham Knight: el Batmóvil. Su control nos ha parecido muy bien resuelto y nos ha sorprendido lo rápido e intuitivo que resulta controlarlo, así como su gran agilidad. Pero que esto no os engañe, el vehículo insignia de Batman sigue siendo todo un tanque todoterreno capaz de arrasar con todo a su paso, ya sea en modo coche o en modo de combate.
Además, tendremos que darle usos muy inteligentes para resolver situaciones y puzles de todo tipo, ya sea pilotándolo nosotros directamente o por medio de su función de control remoto. ¿Que nos acorralan en un sitio en el que no hay salida posible? Llamad al Batmóvil para que arrase con todo. De hecho, cuando combatamos a pie, si tenemos cerca el vehículo nos darán la oportunidad de realizar ejecuciones conjuntas con él que son tan espectaculares como suenan.
El gran problema lo tenemos en que combatir a bordo del Batmóvil nos ha resultado una experiencia bastante aburrida, ya que básicamente todo se limita a esquivar las trayectorias de los ataques enemigos (estas se muestran con unas líneas blancas cuando no nos van a dar y rojas cuando estamos en medio) y disparar cañonazos, mientras nos asedian auténticas hordas de drones no tripulados. Las primeras batallas son divertidas, pero cuando llevemos unas cuantas horas no tardarán en volverse muy monótonas y repetitivas. Y ya os avisamos que no hay pocos combates de este tipo.
Pero, sin duda, lo peor de todo lo tenemos en las secciones de "sigilo" a bordo del mítico vehículo. Sí, habéis leído bien: hay un buen número de momentos en los que tendremos que sorprender a una serie de drones por la espalda para acabar con ellos, ya que de otro modo son inmunes. Por desgracia, son momentos muy lentos, aburridos, mal planteados y que desentonan con el nivel que se ha conseguido en el resto del juego.
En cuanto a los contenidos y al desarrollo de la aventura, comentar que las misiones están todas muy bien planteadas y resultan bastante interesantes, ya sean de la trama principal o secundarias. De hecho, hay varias de estas últimas que en un principio pueden parecer poco elaboradas, pero que cuando avanzas en ellas te das cuentan de que esconden mucho más de lo que aparentan y tienen un buen guion detrás.
Lo que sí que nos ha encantado es que a pesar de tener muchísimas cosas para hacer, incluida la titánica tarea de conseguir los más de 240 trofeos de Riddler, el mapa no se mostrará repleto de iconos indicándonos que hay cosas para conseguir. En vez de eso, en Rocksteady han tenido la genial idea de implementar un menú en forma de rueda con cada uno de los coleccionables y tramas secundarias, por lo que si queremos seguir una misión opcional concreta (o la principal) nos bastará con seleccionarla en esta interfaz para que nos aparezcan los indicadores pertinentes y sepamos a dónde tenemos que ir.
Además, el estudio se las ha apañado para darnos muchos incentivos para que no pasemos de las misiones secundarias, ya que por cada objetivo que cumplamos recibiremos un punto de mejora que luego podremos invertir en reforzar nuestras habilidades y gadgets de formas muy útiles, aunque probablemente lo que más nos animará a realizarlos será el hecho de que es necesario completar el juego al 100% para poder ver el final de la saga, una tarea que pasa fácilmente de las 30 horas de juego, pudiendo alargarse incluso hasta las 40, frente a las 12-15 horas que dura la historia principal.
Antes de terminar con todo lo relacionado con su apartado jugable, nos gustaría señalar la decepción tan grande que nos hemos llevado con los jefes finales, probablemente de los peores de la saga, con unas mecánicas muy simples, no demasiado bien planteadas y que al final nos harán sentirnos como si estuviéramos combatiendo a un enemigo normal, pero más poderoso y resistente.
¡Soy Batman!
A nivel gráfico el juego es todo un espectáculo y Gotham ha sido recreada con un cuidado y mimo enorme, ofreciendo edificios y estructuras muy diferentes, elementos de todo tipo y una increíble cantidad de detalles que acaban por darle una estética recargadísima y una ambientación de primer nivel. Los modelados de los personajes tampoco se quedan atrás (aunque los secundarios menos importantes tienen margen de mejora), donde destaca, cómo no, el propio Batman. Mención especial también a sus animaciones, ya sea combatiendo o moviéndose por la ciudad.
Todo esto también es aplicable al Batmóvil, con un modelado prácticamente perfecto y con un conseguidísimo efecto de transformación cuando pasa de un modo a otro. La iluminación también ayuda a ofrecer momentos de gran belleza y muy espectaculares y el juego que se realiza con la cámara en algunas escenas nos ha parecido una auténtica virguería técnica (no damos más detalles para ahorraros spoilers, pero os aseguramos que os vais a llevar más de una sorpresa). Si tuviéramos que ponerle alguna pega, solo se la podríamos encontrar a algunas texturas no demasiado brillantes que nos recuerdan que estamos ante el veterano Unreal Engine 3 una vez más.
En resumidas cuentas, Batman: Arkham Knight es justo lo que le pedíamos a la nueva generación de consolas: títulos que luzcan nítidos, espectaculares y que se muevan de forma fluida y sin tirones. Sí, no alcanza los 60 fps, pero con lo robusta que se muestra la tasa de imágenes por segundo en todo momento y lo bien que se ve, poco podemos achacarle, al menos en consola.
Y si decimos esto último es porque la versión de PC ha resultado ser un desastre de los que marcan época, con una conversión indigna del juegazo ante el que estamos. ¿Sus problemas? Una optimización nefasta que pone a prueba incluso a los equipos más potentes para poder hacer funcionar el juego a de forma fluida, límite de 30 imágenes por segundo como máximo (a menos que trasteemos con los archivos .ini del juego, aunque no os lo recomendamos por la experiencia que hemos tenido), ausencia de efectos como el de mojado sobre las superficies o el de oclusión ambiental, un DRM que dificulta la lectura del disco duro y que solo consigue que los defectos del Unreal Engine 3 queden más patentes que nunca, y una alarmante falta de opciones de configuración de vídeo.
Nosotros hemos conseguido hacerlo funcionar de forma más o menos estable a 30 fps en un i7-2600k, con 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica NVIDIA 980 GTX, aunque en el momento que quitábamos el límite de 30 fps raro era el momento en el que mantenía los 60. Además, aparecían nuevos problemas, como texturas que tardaban mucho más de lo normal en cargar. Y los efectos de NVIDIA Gameworks lo mejor será que los desactivéis, que tampoco aportan demasiado y consumen una enorme cantidad de recursos actualmente.
Finalmente, en lo que respecta al sonido, tenemos una potente banda sonora que, como ya es costumbre en la saga, se mantiene casi siempre en segundo plano y ambientando de forma sobresaliente cada uno de nuestros pasos por Gotham, con algunos temas realmente buenos, especialmente en las secciones de sigilo. Y mucho ojo con la nueva remezcla del tema principal de la serie. Los efectos también mantienen un buen nivel y son tan variados como contundentes.
En cuanto al doblaje español, por lo general es realmente bueno y casi todos los personajes que aparecieron en anteriores entregas mantienen a sus actores habituales, es decir, voces muy famosas y conocidas del mundo del cine y la televisión. Por desgracia, adolece de algunos fallos, como ciertas interpretaciones y elección de voces muy cuestionables (ese Nightwing...) o la falta del distorsionador de voz que tiene un personaje muy importante cuando lo escuchamos por radio y que paradójicamente sí lo tiene cuando nos lo encontramos en persona.
Conclusiones
Batman: Arkham Knight es, tal y como dijimos al principio del texto, el broche de oro a la que ha sido probablemente la saga de videojuegos basada en un superhéroe más importante de todos los tiempos, ofreciéndonos una buena jugabilidad, muchos contenidos, una narrativa de la que solo saben hacer gala los mejores, una historia interesante y un respeto total por el Caballero Oscuro y todo el universo que le rodea. Y todo ello encima potenciado por un apartado audiovisual de primer nivel y de nueva generación.
Quizá su mayor pecado sea lo poco que evoluciona la fórmula habitual de la serie, con novedades más o menos anecdóticas en su mayoría y otras que podrían haber estado mejor, como la inclusión del Batmóvil, que sin ser una mala mecánica, no está a la altura del resto, al menos cuando no lo utilizamos para resolver puzles.
A pesar de ello y de la ausencia de un impacto real como sí tuvieron Arkham Asylum y City (este ya nos esperábamos que fuera a ser así de bueno), el juego sabe sobreponerse a todo ello para no aburrir en casi ningún momento y tenernos pegados a nuestro televisor o monitor de principio a fin. A fin de cuentas, ¿quién puede resistirse a convertirse en Batman y salvar Gotham de los criminales que la asolan?