Análisis de Aggelos (PC, Switch, PS4, Xbox One)
Resulta muy curioso lo de la saga Wonder Boy, concretamente la parte de Monster World (el primer Wonder Boy, recordemos, es un juego mucho más directo, así como la tercera parte de recreativa). Ha pasado de ser una leyenda en su momento, con cuatro entregas bastante seguidas (y un montón de versiones para unas tantas plataformas), a ser olvidada durante el mismo tiempo en que a la gente se le llenó la boca con el vocablo "Metroidvania", cuando varios juegos de esta subsaga (podemos considerar que el primero, Wonderboy in Monster Land, no lo es), ya usaban la mecánica de exploración, retorno y apertura de zonas que usan tanto Metroid como Castlevania: Rondo of Blood y derivados.
Y la última parte de esta historia viene ahora, en la que un montón de desarrolladores (la mayoría franceses, pero algún español y brasileño hay en el proceso) deciden que como ni SEGA ni Westone están por la labor ni de continuar ni de recuperar la saga, pues hacen su propias versiones. La primera anunciada (y que en principio aparece este verano) es Monster Boy, que en su momento era una secuela de Flying Hamster.
La que primera apareció es A Lenda do Heroi, un juego brasileño que tenéis en Steam y que lanzaron hace tiempo dos youtubers de ese país. Pero fue con Wonderboy: The Dragon’s Trap, el bellísimo remake de Omar Cornut y Ben Fiquet, cuando se acabó de disparar la popularidad de esta olvidada, por increíble que parezca, saga.
Aggelos es uno de esos proyectos que lleva en desarrollo desde hace tiempo. Antes de que pudiésemos jugar a Lenda do Heroi ya podíamos probar la demo de este juego en Itch.io, obra de un desarrollador francés que, sin ningún tipo de rubor, tiene de nombre "artístico" Wonderboy Bobi.
Nos encontramos con un juego en el que al principio podemos hacer dos cosas: saltar y dar mandobles con nuestra espada. Al poco de empezar ya empieza a revelarse la trama. Nuestro protagonista rescata a la princesa del reino, y acude raudo a devolverla a la seguridad del castillo, lo que acaba revelando un complot para abrir una brecha entre nuestro mundo y el mundo de la oscuridad. Antes de llegar hasta allí ya nos habremos encontrado que estamos ante un juego que, puestos a comparar con la saga Wonder Boy, sería como Monster World III, esto es, la entrega que apareció tanto en Master System como en Mega Drive (y en PC Engine CD bajo el nombre The Dynastic Hero), pero con bastante más acción.
Para evitar los planes de nuestros enemigos tendremos que conseguir dominar las cuatro fuerzas elementales: Fuego, Aire, Tierra, Agua. Iremos lográndolo a medida que encontremos unos anillos en los diferentes templos, donde nos otorgarán varias habilidades. Algunas de ellas son muy útiles para avanzar en la partida (por ejemplo, poder nadar o convertir a los enemigos en plataformas), mientras que otras nos vendrán muy bien para derrotar enemigos.
Pero además de los anillos, nuestro protagonista puede mejorar sus habilidades de varias maneras: La más sencilla es derrotando enemigos, pues subirá de nivel. A base de derrotar enemigos también conseguirá dinero, y con ese dinero puede comprar mejoras para su arma y armadura. Y además mientras avance la partida puede conseguir unos pergaminos que le permiten hacer movimientos que no se pueden hacer anteriormente. Dadas estas posibilidades, cuando llevemos unas pocas horas de haber iniciado la partida nuestro protagonista pasará de ser un humilde caballero que golpea con una pequeña espada, a un completo guerrero que es capaz de dominar todo tipo de registros y combinaciones. Incluso se han permitido el lujo de crear una especie de portal (realmente es un ataque), lo que nos hace pensar en determinados momentos que han dejado flotar la imaginación de manera poderosa.
Esto se puede ver en el extenso mapeado, y en la gran variedad de enemigos, donde conforme vayamos avanzando la partida cada vez veremos una diversidad mayor, e incluso algunos de estos enemigos son bastante sorprendentes, como una tortuga que se esconde para soltar balas de cañón, o cierto homenaje a Wonder Boy: The Dragon's Trap. En general, los enemigos tienen cierta IA superior a otros juegos del estilo, y dispararán cuando más nos molesten, o darán el salto para caer fuera del alcance de nuestra arma.
Todos estos son detalles que marcan un avance notable respecto a las mecánicas utilizadas por cualquier juego que se haya podido ver en dicha saga en 8 bits. En cambio, por algún motivo que resulta extraño, el arte, por mucho que digan lo contrario en la promoción del juego, está más pensado en lo visto en Master System, que lo que se pudo disfrutar en Mega Drive con la tercera y la cuarta entrega de Monster World. No es nada grave, ya que las paletas de las consolas de SEGA a partir de la Mark III son bastante agradables, pero hasta que no veamos enemigos grandes y animaciones trabajadas podría pasar perfectamente por Monster World II o III, y de hecho hay algunos escenarios que directamente parecen parte de estos juegos.
A nivel sonoro sí que se nota cierto avance, aunque tampoco nos pensemos que estamos hablando de algo por encima de lo normal. Las composiciones son correctas, y por así decirlo están entre lo que podría hacer una Master System con chip FM (la unidad nipona) y una Mega Drive. Vamos,que en este caso sí podemos hablar tranquilamente de 8-16 bits. Son temas que pegan muy bien con lo que vemos en pantalla, con una variedad considerable, y que se ven acompañados de unos sonidos que funcionan perfectamente. Eso sí, los textos están en inglés. No es demasiado grave, pero algo sí que puede molestar a los que no dominen dicho idioma.
Conclusiones
Aggelos es un muy buen juego, que ha pasado de ser un trabajo de aficionado a un juego profesional tal vez de manera demasiado acelerada, con algunos fallitos más o menos molestos en su lanzamiento. Por lo demás, Aggelos es muy recomendable, con un buen aspecto visual y sonoro, y muchísimos detalles que lo hacen muy disfrutable. Esperemos que Wonderboy Bobi se anime a hacer una secuela algún día, o a acabar EON, su homenaje a Shadow of the Beast.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado Kartridge.