Análisis de X-Men Orígenes: Lobezno (NDS)
Como corresponde cada vez que sale a la luz una película de éxito susceptible de convertirse en videojuego, las consolas y plataformas de ordenador reciben su dosis de acción fílmica, con mayor o menor acierto, dependiendo éste no tanto de la calidad de la película en cuestión, sino de la habilidad de los desarrolladores del título para crear un juego que cumpla con los cánones de calidad que cualquier jugador podría esperar a estas alturas. La industria del videojuego avanza a pasos de gigante, sin duda de manera mucho más veloz que la del cine, y por muy seguidor de una película o serie fílmica que uno sea, lo que un aficionado a los videojuegos espera de una adaptación es que sea divertida, técnicamente a la altura de las circunstancias y, por supuesto, jugable.
El problema es que, en ocasiones, la película parece ser una mera excusa para crear cualquier cosa, ya que por lo visto los desarrolladores de videojuegos deben pensar que un seguidor acérrimo de determinada película comprará el videojuego de la misma, tanto si éste es bueno como si acaba resultando un producto mediocre. De alguna manera, esto mismo es lo que pasa con la adaptación a videojuego de X-Men Orígenes: Lobezno, al menos en lo que respecta al formato portátil. Si bien las versiones para consola doméstica han resultado ser adaptaciones muy notables de la película de la factoría Marvel, de reciente estreno y aún en la cartelera de la mayoría de los cines, las ediciones portátiles de la misma no han sido, ni mucho menos, tan afortunadas.
Un producto muy limitado...
Por otra parte, cabe resaltar las diferencias notables que se desprenden de las limitaciones con las que cuenta la portátil de Nintendo, ya que de lo que tratamos en el presente análisis es, precisamente, de la edición del juego para la misma.
Si bien en el resto de consolas (incluyendo la portátil de Sony) se ha optado por un juego tridimensional de acción y aventura, con movimientos libres de nuestro personaje por escenarios de tamaño considerable, en Nintendo DS se ha optado por una solución mucho más modesta, aunque, por otro lado, comprensible, dadas las mencionadas limitaciones de la plataforma en cuestión: en esta ocasión, nos enfrentamos a un juego de plataformas de corte bastante clásico, con muchas dosis de acción y de "yo contra el barrio" de corte clásico, con modelados y escenarios en tres dimensiones (modestas, eso sí), aunque con una direccionalidad y movimiento restringidos a la bidimensionalidad, ya que únicamente podremos movernos en los planos horizontal y vertical de unos escenarios, por otro lado, de mucho menor tamaño.
La historia del juego parte, sin duda, de la película del mismo nombre, aunque en este caso las licencias que los desarrolladores se han tomado respecto al filme son aún mayores que en el resto de versiones, dado que el recorte de escenas, personajes y escenarios respecto a las ediciones para otras plataformas es aquí mucho mayor, y de mucha más importancia, ya que la sensación que nos queda al ir avanzando por el juego es que no acabamos de enterarnos demasiado bien de que va todo el asunto. De esta manera, el juego acaba formando una imagen bastante burda y un tanto difusa del guión de la película, lo cual, por otro lado, no está tan mal, ya que a los jugadores que no hayan visto el filme no se les desvelará nada especialmente importante del mismo. Pero sin duda, esto no juega a favor del título en sí, ya que el jugador tiene la sensación de estar pasando de un nivel a otro sin tener demasiado claro a dónde le va a llevar todo ello.
Sistema de juego
El juego, por otra parte, no contiene mucho más aparte de un corto modo historia, aderezado por un limitado número de trofeos (que podremos ir consiguiendo realizando combos de un determinado número de golpes, eliminando un número determinado de enemigos, etc.), diseños de arte y trajes para nuestro personaje desbloqueables, a los cuales podremos acceder a medida que vayamos cumpliendo los requisitos correspondientes. Pero aún así, todo ello no justifica un número indeterminado de partidas sucesivas, repitiendo una y otra vez los niveles del juego para conseguir desbloquear todo el contenido adicional.
La acción del juego acaba siendo repetitiva demasiado pronto, aunque nuestro personaje vaya consiguiendo nuevos ataques y habilidades de los que podremos dar uso a medida que avancemos en el juego. La repetición de las mismas escenas una y otra vez en los diferentes niveles del juego, sumada a la clonación sin medida del limitado repertorio de enemigos que veremos durante la acción del juego provocarán pronto nuestro hastío y rechazo, lo que aún nos hará plantearnos más seriamente volver a jugar al juego una vez lo hayamos completado. Es una lástima que la duración del juego sea tan corta, así como el hecho de que no contemos con ningún modo de juego alternativo, o incluso algún modo multijugador que nos hubiera permitido alargar la vida (y aumentar la diversión) del título.
Por otra parte, contaremos con enemigos de mayor tamaño a los que deberemos de eliminar en algunas escenas del juego, aunque éstos mismos (aparentemente, enemigos finales o de mitad de nivel) aparezcan posteriormente una y otra vez a lo largo de sucesivos niveles, cosa que hace que los enemigos más poderosos acaben perdiendo parte de su gracia (y encanto). Los niveles, por otro lado, contarán con una duración considerable, si tenemos en cuenta la duración total del juego (de unas cuatro o cinco horas, a lo sumo), aunque se dividirán en diferentes sub-niveles, cada uno de ellos con diversos puntos de control esparcidos por los escenarios para que podamos abandonar la partida en casi cualquier momento, aunque no hayamos acabado el nivel en el que nos encontremos completamente. E
Nuestro héroe contará, de nuevo, con su poder de regeneración mutante, el cual permitirá que se regenere nuestra barra de salud a medida que pase el tiempo sin que recibamos ningún impacto. En algunos casos, nuestros enemigos nos facilitarán mucho el recuperar toda la energía perdida durante sucesivos ataques, ya que la limitada inteligencia artificial de los mismos en ocasiones hará que se queden quietos como pasmarotes en su sitio y no vengan a por nosotros en caso de que nos alejemos. Por otra parte, contaremos con la barra de furia, situada debajo de nuestra salud, la cual rellenaremos a medida que vayamos atacando a nuestros enemigos, y que podremos utilizar mediante el botón L de nuestra consola, dándonos la opción entonces de atacar sin piedad a nuestros enemigos, trazando líneas con nuestro lápiz táctil, líneas que se traducirán en enormes zarpazos que ocuparán toda la pantalla superior de nuestra consola, en la cual, todo hay que decirlo, se desarrollará la acción del juego.
Apartado técnico
Los gráficos del juego, ciertamente, sorprenden al principio por el tamaño considerable de los modelos de personaje, e incluso por las animaciones con las que éstos cuentan, sobre todo en el caso del protagonista del juego, Lobezno, así como en los enemigos finales de mayor importancia (y, generalmente, también de mayor tamaño). Pero a medida que avancemos en el juego, la repetición de personajes y escenarios se hará patente, y paulatinamente iremos cayendo en la decepción, dado que, aparte de las novedades en el repertorio de ataques y habilidades de nuestro personaje, poco más nos ofrecerá el juego que realmente nos sorprenda.
Por otro lado, el apartado de sonido del juego cuenta con una banda sonora bastante resultona, aunque para nada entraría entre las mejores del género. Músicas intensas y frenéticas acompañan un juego dominado por la acción, aunque, tal y como pasa con la acción en sí, la música acabará haciéndose repetitiva a lo largo del juego y, por tanto, cada vez menos interesante. El catálogo de efectos de sonido es pequeño y utilitario, y aunque el juego cuenta con alguna que otra expresión o exclamación por parte de los enemigos de mayor calibre, así como por parte de nuestro protagonista, los diálogos hablados son totalmente inexistentes.
La jugabilidad es muy clásica, aparte de alguna que otra función asignada a la pantalla táctil de nuestra consola, como el funcionamiento de los menús o la invocación y utilización del Modo Furia de nuestro héroe. Por otra parte, la dificultad endiablada de algunas de las escenas del título, incluso en los estadios más tempranos de la aventura, parece muchas veces totalmente fuera de contexto. Pese a todo, el juego es mínimamente divertido, al menos durante las primeras horas, aunque una vez lo completemos seguramente no tendremos ninguna gana de volver a jugarlo y quede relegado al olvido.
Conclusiones
Como decíamos al principio del presente análisis, la edición de Nintendo DS de X-Men Orígenes: Wolverine es un producto que, pese a contar con el respaldo del éxito de la película homónima, ha acabado resultando ser bastante mediocre. Una lástima, porque seguramente tanto la película como el personaje hubieran dado mucho más de sí, como de hecho ha ocurrido en las versiones para consola doméstica del mismo juego...