Análisis de Pokémon Mundo Misterioso: Exploradores del cielo (NDS, Wii U)
Estamos acostumbrados a que cada cierto tiempo la factoría Pokémon nos deleite con alguno de los títulos de las diversas series protagonizadas por los simpáticos monstruos luchadores coleccionables. Si bien la saga principal de la franquicia -saga de la mayor relevancia en las consolas portátiles de Nintendo desde la aparición de las series Pokémon Rojo y Pokémon Verde en la vetusta GameBoy monocroma- es la más conocida, y la que mayor número de seguidores atrae, desde hace unos años, con la aparición de la Nintendo DS, ha aparecido otra serie paralela de aventuras en las que ya no controlamos a un entrenador de Pokémon, como ha ido pasando hasta ahora en los títulos más característicos de la marca, si no a los propios Pokémon, cosa, a todas luces, mucho más suculenta para los aficionados al universo de la franquicia.
Pokémon Mystery Dungeon (Mundo Misterioso por nuestras tierras) ha sido el nombre otorgado a esta serie desde su nacimiento, ya que la experiencia de juego es, de hecho, la de los clásicos juegos de rol y mazmorras de la era de las plataformas de ocho bits. La primera entrega de la serie apareció para Nintendo DS y GameBoy Advance, mientras que la segunda apareció en dos títulos casi idénticos entre sí ya únicamente para la portátil de doble pantalla. De hecho, la única diferencia entre ambos títulos eran los Pokémon que podíamos recoger en las diferentes mazmorras de cada juego, cosa que, por supuesto, daba pie a que todos los apasionados coleccionistas de Pokémon se lanzaran en masa a hacerse con el título lo más rápidamente posible para ponerse a jugar y competir contra otros usuarios de la consola.
Los títulos que adornaban ambos juegos eran Exploradores del Tiempo y Exploradores de la Oscuridad, No obstante, dado el éxito de ventas de todo producto de la famosa marca, era de esperar que aún se nos obsequiara con otro título complementario de aquéllos dos (como, ciertamente, estamos acostumbrados a que pase en todo lanzamiento de la franquicia, véanse las recientes ediciones Perla, Diamante y Platino de la saga principal).
Así nació el presente título, Pokémon Mundo Misterioso: Exploradores del Cielo, fruto de una mezcla de contenidos de sus dos precedentes, con algún que otro añadido para justificar su compra en caso de que el jugador ya hubiera disfrutado previamente de los juegos anteriores. Aún así, cabe decir que la saga Mundo Misterioso nunca ha sido excelente en sus contenidos, tanto a nivel técnico como en lo que se refiere a su experiencia de juego. De nuevo, nos encontramos ante un juego idéntico a las ediciones de Exploradores del Tiempo y Exploradores del a Oscuridad, como cabía esperar, pero ciertamente los desarrolladores del juego podrían haber pulido alguna que otra aspereza para conseguir un producto más redondo que los títulos mencionados, bastante regularcillos de por sí, y haber lanzado al mercado un juego que hubiera justificado realmente la compra de una tercera edición del mismo título.
Más de lo mismo, otra vez
Por el contrario, nos encontramos ante un juego que repite, de principio a fin, la misma historia de sus predecesores, con su mismo guión inconsistente, insulso y tremendamente largo, y un montón de mazmorras creadas aleatoriamente, en las que deberemos de enfrentarnos contra hordas de Pokémon de comportamiento violento, mazmorras que, lamentablemente, pronto se volverán tediosas y repetitivas, dada la poca variedad de contenidos con la que cuenta la aventura. ¿Y qué encontraremos como novedad, entonces? Algunos personajes nuevos para seleccionar desde el inicio del juego, como Shaymin, Riolu o Phanpy, así como la inclusión únicamente como compañeros de equipo a los Pokémon Meowth y Munchlax, así como ocho nuevas mazmorras, lo que nos dará un total de sesenta y nueve de ellas para superar en caso de querer completar el cien por cien del juego.
El problema es que las mazmorras continúan siendo insulsas y prácticamente desprovistas de características que las diferencien realmente unas de otras, aparte de los Pokémon que ronden en el interior de cada una de ellas o de algunos detalles del colorido o el diseño de los fondos. Pero nada realmente notable, ya que, gráficamente, el juego sigue pareciendo más un título de la era de las dieciséis bits que de la presente generación, con modelos de tamaño minúsculo y escenarios prácticamente desprovistos de detalles o adornos, por no decir la casi total ausencia de objetos a recoger. Eso sí, Pokémon encontraremos durante nuestras incursiones, y en grandes cantidades. De hecho, podremos, como en los títulos anteriores de la serie, lograr que algunos de ellos nos acompañen en nuestro equipo de exploración, aunque eso no dependerá de nosotros, sino de la decisión (aleatoria, claro) de la máquina. Por tanto, el número de combates que debamos entablar con un tipo de pokémon hasta que uno de ellos decida unirse a nuestro grupo puede ser ingente, poniendo, de esta manera, a prueba nuestra paciencia.
La mayor parte de las nuevas mazmorras las encontraremos en los cinco episodios especiales del juego, una serie de aventuras secundarias que profundizarán en las historias de algunos de los personajes del juego, como Wigglytuff o Sunflora. El problema es que deberemos de jugar de nuevo a toda la aventura principal para desbloquearlos, cosa que los que ya hayan jugado a las dos entregas anteriores quizás vean con cierto reparo. Ciertamente, dada la longitud del juego (unas treinta horas de aventura, más o menos), cinco episodios adicionales nos saben a poco, sobre todo teniendo en cuenta de que deberemos de volver a completar la aventura para jugarlos, en caso de que ya hayamos disfrutado de alguna de las entregas anteriores. De hecho, podrían haberse cambiado algunas de las mazmorras del juego por otras, o incluso haber variado un tanto el guión, de manera que la aventura se nos antojara un tanto diferente a los títulos anteriores.
Apartado técnico
Por no decir que podría haberse mejorado mucho el apartado gráfico y sonoro del juego. Si bien el juego cuenta con algunas escenas cinemáticas con cierta gracia, las cuales nos mostrarán los graciosos diseños de los Pokémon más carismáticos, aparte de un colorido muy adecuado para la aventura que nos ocupa, se echan de menos un mayor número de animaciones por personaje, así como un mayor tamaño en los modelos de los diferentes Pokémon del juego. Por otra parte, los diálogos se sucederán mediante imágenes estáticas acompañadas de sus correspondientes recuadros de texto, cosa que ayuda a acentuar el carácter retro del juego.
Y es precisamente este carácter el que ambienta todas las mazmorras del juego, ya que, como ya hemos mencionado, los gráficos parecen sacados de un juego de hace veinte años. Eso sí, la jugabilidad funciona, pues es sencilla y directa, como la de los juegos de rol y mazmorras de toda la vida, y no nos tendremos que comer demasiado la cabeza durante la acción del juego, aunque deberemos de tener cuidado de no dar ningún paso en falso ni mover a nuestros Pokémon sin pensar, no fuera que nos viéramos rodeados por una horda de furiosos enemigos que nos hicieran trizas en un par de rondas. Todo funciona de la misma manera que en los títulos precedentes de la serie, como un gran tablero de ajedrez en el que cada movimiento y ataque de nuestros héroes se considerará un turno, turno que los enemigos aprovecharán para mover y atacarnos, a su vez.
Contaremos, de nuevo, con todos los ataques y movimientos especiales de nuestros queridos monstruos de combate, aunque el repertorio de animaciones para los diferentes ataques no es excesivo, por lo que nos acabará pareciendo que todos son iguales entre sí. El número de mazmorras es ingente, y cada vez que caigamos derrotados en una de ellas deberemos de esperar a que alguien nos rescate, a través de la demanda de ayuda mediante la conexión a internet de nuestra consola (o mediante la conexión local de la misma, junto a otro usuario del juego que nos ayude a salir del paso), o comenzar desde el principio, habiendo perdido parte de nuestro poder adquisitivo y nuestros objetos. En fin, nada nuevo aparte de lo ya visto en las ediciones anteriores de Pokémon Mundo Misteriosos.
Por otro lado, la música es exactamente la misma que en las anteriores entregas, por lo que nada ha cambiado desde entonces. Seguirán sonando las melodías pegadizas y repetitivas mientras deambulemos por las diferentes mazmorras del juego, así como mientras indaguemos por los diferentes escenarios exteriores adscritos al club de exploradores o a la ciudad en la que nos encontraremos (en la que, claro está, podremos comprar objetos, conocer compañeros de equipo, embarcarnos en nuevas misiones, etcétera, de la misma manera que lo hacíamos en los títulos anteriores). Los efectos de sonido serán bastante funcionales, y en ocasiones un tanto molestos, sobre todo los más chirriantes, aunque no lo suficientemente diferentes entre sí como para ayudarnos a diferenciar unos tipos de Pokémon de otros.
Por último, cabe mencionar que, si bien el control mediante los botones y la cruceta funciona correctamente, no podemos decir lo mismo del control táctil, poco preciso y bastante incómodo de utilizar. De hecho, en este aspecto podría haberse mejorado mucho el control del juego, mejorando la experiencia jugable a través de una mejor implementación de las funciones táctiles de la consola. Lamentablemente, no ha sido así.
Conclusiones
No parece haber ninguna razón para hacerse con Pokémon Mundo Misterioso: Exploradores del Cielo en caso de que ya hayamos jugado a alguna de las dos anteriores ediciones del juego, aparte de la inclusión de cinco nuevos episodios con algunas mazmorras más (muy similares, eso sí, al resto de mazmorras del juego) y al añadido de algunos personajes exclusivos. Eso sí, en caso de que no tengamos especial interés por alguno de los personajes que nos ofrece la nueva edición de la segunda entrega de Mundo Misterioso, con haber jugado a alguna de las dos entregas anteriores nos podemos dar por satisfechos, ya que el juego no amplia ni mejora en ningún aspecto la aventura original, cayendo en la reiteración de contenidos muy rápidamente y sin pulir ninguno de los aspectos técnicos más flojos de las ediciones originales del juego.