Análisis de Big Brain Academy (NDS, Wii U)
Hace todavía pocas semanas que salió a la venta en las tiendas europeas Brain Training, el primer entrenador mental de Nintendo DS, juego que abrió la veda a toda una serie de títulos similares dando el pistoletazo de salida a múltiples propuestas que han surgido, también, desde otras compañías y la recuperación de proyectos que no acabaron de cuajar en el mercado en su momento. Sea como fuere, quizás por su interfaz táctil, quizás por su obstinada búsqueda de un público diferente al habitual, el género del entrenador mental ha triunfado en la portátil de Nintendo y se ha convertido en un nuevo estandarte del software de entretenimiento.
Puede parecer extraño que Big Brain Academy sea un lanzamiento tan próximo al del anterior juego de este estilo, pero todo parece indicar que Nintendo ha decidido apostar muy fuerte también en Europa por este estilo de juegos diferentes que enmarca dentro de la llamada Touch Generations, apuestas especiales poco habituales en el mercado, que, sin embargo, han logrado calar con gran éxito entre el público poco habitual y, también, entre jugadores tradicionales.
Con todo, cuando jugamos a Big Brain Academy tenemos la sensación de que es un título menos ocasional que el original Brain Training, incitando al jugador a mejorar sus resultados continuamente, mientras que resulta, a su vez, más accesible, y un reto mayor gracias a su planteamiento más cercano al de un juego de puzles que al de un simple instructor matemático (una impresión que tienen muchos jugadores al enfrentarse, al menos la primera vez, a Brain Training).
Por sus pruebas y diseño de producción, el juego que nos ocupa es más juego, más redondo en este sentido, y proporciona una experiencia jugable más completa y satisfactoria para jugadores tradicionales que el anterior título.
Puede parecer destinado a gente más joven, y quizás sea así, la verdad, pero su objetivo sigue siendo el mismo: realizar ejercicios mentales a través de pequeños juegos. Lo cierto es que su planteamiento, mucho más visual, con una interfaz más propia de un videojuego (simple, sí, pero videojuego) alejada de las secuencias matemáticas, sudokus, y ejercicios de lectura de Brain Training, lo hace mucho más tentador para jóvenes adolescentes, si bien su público potencial real sigue siendo el mismo: adultos. Su toque desenfadado no debe engañarnos, ya que es, como el otro, un título destinado a un público que sabe lo que busca, y no es, en este caso, dar saltos con Mario o matar enemigos con Samus Aran, sino probarse a sí mismo su estado cerebral, cuantificado en este juego por el "peso".
Su estética, insistimos en ello, es desenfadada y puede, de hecho, recordarnos a la de los exámenes de lógica que se suelen (o solían, vaya usted a saber) plantear en educación primaria para hacer una primera clasificación de los niños en función de su potencial intelectual. Este estilo se mantiene inalterable a lo largo de las quince pruebas que presenta Big Brain Academy, y quienes tengan en su mente el estilo simplista de la saga Wario Ware ya saben a qué se van a enfrentar en este apartado. Es una opción lógica, ya que es un apartado visual poco o nada intimidatorio, casi inocente por completo, a la par que sencillo y menos agresivo que los ya citados números y textos de aspecto serio y formal de Brain Training.
Con cinco categorías diferentes que nos ayudarán a mejorar rutinas mentales como pensar analíticamente, memorizar, calcular, identificar y pensamiento más abstracto, cada una cuenta a su vez con tres actividades o áreas, dando el total de quince pruebas diferentes. Así, se nos lanzarán pruebas como deducir qué objeto pesa más a través de tres imágenes con diferentes objetos en balanzas (pensamiento deductivo, en definitiva). Para calcular, se nos darán problemas matemáticos básicos, o juegos con el valor de las monedas, siempre de manera muy visual e intuitiva. Para memorizar tendremos que recordar imágenes o sonidos, y luego asociarlos a sus elementos. En el pensamiento analítico tendremos que llevar a cabo ejercicios como calcular cuántos cubos hay en la imagen y similares. Finalmente, en identificar, tendremos que adivinar qué objeto es el que se nos presenta en pantalla.
Como hemos dicho, nuestros resultados se cuantifican en cuanto al peso del cerebro, y, por tanto, cuanto mayor sea, mejor estaremos en cuanto a habilidades mentales. Tendremos, en consecuencia, que entrenar las cinco zonas que plantea el juego para aumentar el global del peso, además de recibir información sobre qué tipo de pensamiento se nos da mejor, por ejemplo.
Para incentivar al jugador más allá del reto general del peso cerebral, se presenta una clasificación con tres medallas (bronce, plata y oro) que entran en los estándares de objetivos planteados en los videojuegos en cuanto a rendimiento, convirtiendo la clasificación también en un sistema arcade de puntuación, algo que resultará satisfactorio para no pocos jugadores y, sobre todo, no creemos que pueda disgustar a nadie. De este modo no se tratará sólo de obtener más peso cerebral, sino de plantearse objetivos más a corto plazo e inmediatos en su realización, esto es, superar las marcas establecidas para lograr esas medallas y no enfrentarnos, únicamente, a nuestra necesidad de autosuperación.
Por otro lado, la verdad es que el juego no plantea tan bien como en Brain Training el tema de superarse a uno mismo, ya que no almacena los cambios que tenemos de un día a otro (os recordamos que en Brain Training tenemos unas gráficas que podemos consultar para ver nuestra progresión o regresión a lo largo del tiempo), quizás por eso de hacerlo algo más sencillo en este sentido de cara al jugador medio y, también, conformar un producto más desenfadado.
En cualquier caso, siempre nos quedará el multijugador, más completo que en el otro juego, con opción para enfrentarnos hasta un total de ocho jugadores (incluso con una única copia del título), y que resulta, en definitiva, más satisfactorio y apasionante que el ejercico de 30 operaciones matemáticas que se nos ofreció en Brain Training. Es este otro de los puntos en los que Big Brain Academy muestra una mayor vocación como videojuego más de puzles que de entrenador mental. Y, todo sea dicho, nos encanta.