Análisis de Blood Roofs (iPhone)
¿Hay espacio para la innovación en un género harto explotado? Nosotros creemos que sí. No es fácil, pero creemos que, a poco que una desarrolladora presente un elemento diferenciador en alguno de los apartados de su aplicación, siempre habrá espacio y momento para el asombro, el aplauso y el cálido abrazo del éxito. Quizás el mayor problema, venga derivado por el clima acomodaticio que tienen muchas apps, franquicias y sagas en iOS y la App Store, sintiendo el lógico respaldo del público, y con ello, sintiéndose obligados a responder de cara a esos mismos usuarios.
Blood Roofs, de Gamesmold, nace como punto intermedio entre estos conceptos -títulos que continúan con una determinada tendencia y títulos que intentan romper con la misma tónica imperante-, ofreciéndonos un endless runner o carrera infinita bastante típico, pero con la garra y el suficiente atino en diversos apartados -gráfico, sobre todo- como para considerarlo único y original, pero es su falta de cuidado en el desarrollo jugable, lo que lo acaba lastrando.
Saltando de tejado en tejado
Blood Roofs, es una app endless runner, donde deberemos correr por escenarios infinitos, intentando llegar lo más lejos posible, esquivando obstáculos y enemigos y batiendo, por el camino, tantos retos como podamos y seamos capaces.
En Blood Roofs, encarnaremos a Jake, un héroe a la vieja usanza -con látigo, pecho al descubierto y pantalones ajustados-, que se verá envuelto en una constante carrera y huida en pos de salvar a una despampanante y aguerrida superviviente, Catherine.
De esta manera, y mientras sostenemos a la pistolera de Catherine entre nuestros musculosos brazos, saltaremos y correremos de tejado a tejado, y de azotea a azotea, en las alturas de una ruinosa ciudad que está siendo invadida por una serie de peligrosas y demoniacas criaturas.
Como cualquier otra app parecida, en Blood Roofs correremos a una velocidad determinada -incuestionable e imposible de cambiar o aminorar-, siendo nosotros los únicos artífices de elegir la dirección de nuestro héroe, girando o inclinando el teléfono o tablet de la manzana a placer. De esta manera, marcaremos la dirección de Jake, el aventurero protagonista, y nos moveremos por el delimitado escenario que se irá recreando ante nuestros ojos.
Obviamente, y como os podéis imaginar, el escenario de Blood Roofs está plagado de tejados, azoteas, balcones y enormes puentes que se elevan sobre una ciudad infestada de criaturas peligrosas y ávidas de sangre. De nuestra sangre. Los escenarios no serán generados de forma aleatoria -como en otros títulos actuales- si no que permanecen de la misma manera en cada partida, con lo que aquí, sí que os recomendamos que memoricéis en la medida de lo posible los recorridos y obstáculos.
Y os explicamos: en Blood Roofs, podemos también disparar a casi cualquier criatura que se nos ponga por delante al mismo tiempo mientras corremos -aunque técnicamente, lo hará Catherine o la persona que hayamos elegido rescatar-, evitándonos tener algún que otro encontronazo con cualquier de los demonios invocados por el terrible culto que reina en la ciudad. A su vez, Jack es capaz de desbloquear y utilizar poderes especiales -mediante las monedas que obtenemos durante el juego-, como rayos únicos, turbos y demás. La verdad es que nos harán falta, ya que los enemigos irán creciendo en poder y presencia, contando los malvados entre sus filas con enormes jefes finales, con sus propias rutas, ataques y habilidades especiales.
Blood Roofs también ofrece cierta variedad de situaciones, como saltos especiales, carreras desde ángulos de cámara distintos y la posibilidad de elegir "damisela en apuros" a rescatar. Por ejemplo, en Blood Roofs encontraremos hasta tres tipos de chicas para salvar -más un reloj enorme que cargar-, siendo una de ellas una sirena. Cada una cuenta con un hándicap o un problema extra -por así decirlo- como peso extra o la falta de disparo, pero que a su vez, también nos brindarán poderes especiales únicos. Eso sí, no serán "baratas" o fáciles de conseguir. El título de Gamesmold es un juego difícil, de complicado desarrollo -y muy descompensado.
Es decir, nos encontraremos con momentos y tramos sencillos -saltar de un tejado a otro, sin reparar demasiado en si lo hacemos rápido o de una forma más pausada-, pero en un segundo, nos podemos ver corriendo hacia un más que evidente callejón sin salida... ¡Significando eso una caída al vacío prácticamente segura! Esto nos llevará a una espiral de frustración evidente, con los consabidos enfados y las sempiternas maldiciones inherentes. No es culpa del control, y tampoco del sistema de juego. Es algo más relacionado con el diseño de los niveles, que de otra cosa. Es quizás el problema más grave de toda la app, y la que puede conseguir, casi sin remisión alguna, a que nos enfrentemos a una más que probable desinstalación inmediata.
A nivel técnico, Blood Roofs es muy impresionante. Corre a unos sólidos 60fps en el iPhone 5, iPhone 4S y las últimas generaciones de iPad, mostrándonos un más que decente anti-alias al mismo tiempo, y unas increíbles texturas en alta definición. Blood Roofs es una app increíble, con algunos efectos pocas veces vistos en la plataforma de Apple. Destacar a su vez, el diseño de los monstruos y criaturas, a medio camino entre el imaginario de Lovecraft y el aspecto de algunos de los demonios y vampiros vistos en sagas como Castlevania o God of War. Blood Roofs es compatible con Game Center y está en perfecto inglés.
Conclusiones finales
Blood Roofs intenta buscar el citado punto de innovación y a la vez, demostrar cierta estabilidad y status quo con los juegos similares en la App Store. La pena, es que más allá de las intenciones, y de ciertos aspectos brillantes -aspecto gráfico, diseño-, la app no da mucho de sí. Tiene una jugabilidad muy justa, y una dificultad un tanto elevada. El desarrollo de los niveles es muy aleatorio, con desajustes evidentes, ya que habrá momentos en los que nos creeremos inmunes, y otros, en los que acabaremos cayendo al vacío. Y además, teniendo en cuenta los checkpoints del título, esto puede ser bastante frustrante. Así, lo que podía ser un título de referencia, acaba convirtiéndose en una app del montón.