Análisis de Mario Smash Football (GameCube)
Mario es sin duda el personaje más popular de la historia del videojuego y, aparte de los juegos de la saga Super Mario propiamente dichos, una porción de su grandeza se la debe a los numerosos spin-offs, o derivados, que el fontanero de Nintendo ha protagonizado. Aparte de los más famosos Mario Party o Mario Kart, Mario se ha aficionado a varios deportes, los primeros el tenis y el golf, ya desde hace muchos años. Recientemente Nintendo ha decidido que su mascota debería probar otros juegos y, tras Super Mario Béisbol, llega Mario Smash Football, la primera, y esperemos que no la última, incursión del fontanero en el deporte rey.
La llegada de un juego de estas características, fútbol arcade, es especialmente bienvenida dada la ausencia de un juego de este tipo de referencia. NBA tiene NBA Street, pero intentos como Red Car Soccer o Urban Freestyle Soccer han resultado decepciones, mientras que FIFA Street, sin duda el mejor hasta la fecha, se quedó el pasado mes de marzo a un paso de resultar verdaderamente memorable.
Ligeramente superior es Mario Smash Football, aunque termina siendo un juego notable, no sobresaliente, y solventa el no contar con grandes figuras ni con regates inimaginables con la misma característica que hace de Mario Kart un juego extraordinario: los items y lo imprevisible del escenario.
Mario Smash Football cuenta con todos esos remates imposibles, pases medidos y porteros extremadamente habilidosos de los juegos de fútbol arcade, pero también con numerosos items que, al estilo del juego de kart, pueden cambiar repentinamente el curso de una jugada. También cuenta con un escenario donde de repente ocurren cosas, sin que haya nada que las "active", como una repentina aparición de Bowser echando fuego que haga que se genere una gran cantidad de caos.
Los equipos están compuestos por cuatro jugadores y un portero. Uno de los cinco es el "capitán", es decir, uno de los personajes de la saga Mario que están en el juego. Son los clásicos: Mario, Luigi, Daisy, Peach, Wario, Waluigi, Yoshi y Donkey Kong, más uno secreto, mientras que los "gregarios" del equipo pueden ser o bien Toads, Hermanos Martillo, Birdos o Koopas. El juego no nos dice exactamente cuáles son los pros y contras de cada capitán –los encuadra en cuatro estilos: creativo, agresivo y equilibrado-, ni nos da una pista de cómo juegan los gregarios. Nosotros controlaremos a todo el equipo, siendo la diferencia entre los capitanes y el resto del equipo que éstos tiran más fuerte y son capaces de hacer un "supertrallazo", tiro del que hablaremos más adelante.
Los partidos transcurren, decíamos, de forma caótica. Tenemos las funciones habituales: tiro, pase, pase algo (pulsando el botón L), turbo (pulsando el R), regate y uso de item. Los items los iremos obteniendo a lo largo del partido, y podremos usarlos tanto si estamos con el balón o sin él. Estos comprenden caparazones (teledirigidos o normales, triples o gigantes), mondas de plátano, bombas y turbos, dentro de la línea de Mario Kart, aunque como es de esperar, con menos variedad. Los items son especialmente útiles, ya que pueden salvar más de una jugada de gol. Si no tenemos a ningún jugador cerca para impedir que el rival tire, siempre podremos enviarle un caparazón teledirigido para enseñarle quién es quien manda.
Los pases y los tiros no son demasiado variados. Tenemos el pase raso y el pase alto, que son prácticamente teledirigidos, aunque el juego penaliza, sabiamente, el hecho de enlazarlos constantemente sin ton ni son, ya que muchas veces no llegarán al no estar el jugador bien colocado para ello. En cuanto a los tiros, serán más potentes dependiendo del tiempo que hayamos pulsado el botón (volviéndose de fuego), pudiendo controlar su efecto moviendo el cursor mientras cargamos, al estilo de FIFA Street. Controlar el efecto es prácticamente imprescindible para marcar, ya que de lo contrario el habilidoso portero lagarto rival lo detendrá sin contemplaciones. Es importante centrar y pasar adecuadamente. Si hacemos un centro especialmente bueno o apropiado, el balón se desplazará rodeado de un halo verde, y el remate de nuestro jugador será de fuego, y difícil de parar.
Luego tenemos el regate y las cargas, que usan el mismo botón dependiendo de si estamos defendiendo o atacando. El regate es algo meramente testimonial y no dejamos tirado al defensor al usarlo, como en NBA Street o FIFA Street, sino que es más bien un esquive ante una posible entrada. Por esta razón se trata de un movimiento genérico que no podremos modificar, aunque sí orientar usando el stick C, al estilo del Freestyle de los FIFA serios. Las cargas por su parte nos permiten derribar a un jugador rival, aunque harán que nuestros adversarios obtengan más items. Las cargas pueden ser un tanto innecesarias porque con la entrada normal ya podemos quitar el balón siempre, pero aparentemente habrá que usarlas, ya que hay un contador de todas las cargas que hemos hecho a lo largo del juego.
Para finalizar, contamos con el "Supertrallazo", un super tiro que hará nuestro personaje capitán si mantenemos el botón de tiro pulsado el suficiente tiempo, y que incluye dos medidores que tendremos que parar en el momento adecuado, al estilo de los juegos de golf. Si lo hacemos correctamente, el disparo será imparable y, además, al estilo de los Gamebreaker de NBA Street, contará doble. Vendrá acompañado, lo hagamos bien o mal, de una secuencia cinemática que parece como de episodio de Campeones.
El juego resulta, por lo tanto, muy sencillo de controlar y manejar, aunque lamentablemente no cuenta con una jugabilidad demasiada profunda. La ausencia de un sistema de regates hace que el juego se centre mucho en los pases, que son muy genéricos y no tienen ninguna complicación, por lo que el devenir del juego es un no parar de pases y tiros, cambios de posesión, uso de items, eventualmente interrumpido por la irrupción de Bowser –o una de sus mascotas- en el escenario. Es muy bueno a nivel jugable, pero le falta algo que haga que sea tan adictivo que no importe la repetición continua de los elementos.
A nivel de modos de juego, Mario Smash Football resulta bastante completo, contando con Pachanga (amistoso), Copas (liguillas), SuperCopas (se activarán tras las copas) y partidos normales. El problema de estos modos para un solo jugador (aunque podrán jugarse en cooperativo con cuantos queramos) es la acusada repetición de elementos en todos ellos, aunque algo muy a su favor es la posibilidad de configurar todos las características del partido: uso de objetos, irrupción de bowser, nivel de dificultad y tiempo; esto hace que se pueda jugar una copa rápidamente, con partidos de dos minutos. También podemos crear una competición a nuestro antojo en el modo copas especiales.
A nivel gráfico Mario Smash Football no destaca por su apartado técnico, aunque tiene cinemáticas de gran calidad, tanto para la celebración de los goles como para los tiros especiales. Cuenta con el típico estilo gráfico Nintendo, mostrando a sus personajes bien animados y modelados, con escenarios bastante variados aunque sin una gran cantidad de detalles. Especialmente espectaculares son las apariciones de Bowser sembrando el caos. Un apartado notable, que cumple con su función sin hacer ningún alarde. En cuanto al sonido, cuenta con FX genéricos y música a veces pegadiza aunque no memorable, inferior a la media en lo que a juegos de Nintendo se refiere, con las típicas voces que tantas veces hemos oído.
Mario Smash Football constituye un buen comienzo de la saga, que esperamos, y por alguna extraña razón intuimos, que continuará en Revolution. Tiene virtudes como lo divertido que resulta, especialmente a varios jugadores, pero algunos fallos jugables –se acaba haciendo monótono- y cierta limitación en las opciones, sin grandes diferencias entre los jugadores y entre los compañeros de equipo –que no se indican claramente-. Algún modo de juego más intrincado que los que tiene no le habría venido nada mal tampoco. Aún así estamos ante un juego muy divertido y muy recomendable a aquellos que quieran sacarle partido a la capacidad multijugador de la consola.