Análisis de Asphalt Overdrive (Android, iPhone)
Asphalt es, sin ningún género de dudas, una de las sagas de conducción más descargadas y jugadas en las plataformas digitales de Apple y Google. No hay juego de Gameloft que cope las listas de éxito y recaudación en su lanzamiento en sus primeros días como lo hace Asphalt, cuyas influencias arcade en su control han conseguido que más de uno mire con otros ojos jugar a determinados juegos de coches desde la pantalla del móvil. Pese a que en los últimos tiempos bien podríamos decir que Asphalt había apostado por la conducción más desenfrenada -Airborne, la última entrega oficial nos empujaba a saltar y realizar las más absurdas acrobacias-, ahora se desmarca más todavía de las raíces fundacionales y jugables de la saga ofreciéndonos un mediocre spin-off todavía más arcade basado en la temática ochentera más recalcitrante.
Un runner sobre ruedas
Antes que nada, hay que dejar claro que Asphalt Overdrive no se controla -ni se disfruta- como un título de conducción clásica. No, ni siquiera se juega como un desenfadado videojuego de coches arcade. Asphalt Overdrive apuesta por una mecánica más cercana al runner, con niveles prefijados, rutas férreamente dibujadas y opciones muy limitadas a la hora de realizar acrobacias. Aquellos que hayan probado Crazy Taxi: City Rush o algún juego similar, sabrán perfectamente a lo que nos referimos.
Para empezar, esto quiere decir que no tenemos un control real sobre nuestro vehículo, más allá que el de girar hacia una determinada dirección para esquivar un obstáculo, saltar o usar el nitro para evitar a la policía -que nos asediará en más de una ocasión-. Es decir, el estilo de conducción de Asphalt Overdrive está muy automatizado y guiado hacia gestos táctiles -tocar la pantalla en el momento oportuno, y poco más-, premiando más nuestros reflejos que otra cosa. De esta manera, y ya sea manejando un Ford Mustang GT, un Lamborghini o un Ferrari, en Asphalt Overdrive correremos contra el reloj y contra la policía, intentando recorrer la máxima distancia posible sin estrellarnos por el camino o consiguiendo la más alta puntuación tras saltar y realizar la acrobacia de turno.
Free-to-play diseñado para partidas esporádicas
Asphalt Overdrive está divido en misiones -tenemos siete tipos diferentes-, con unos objetivos claros, y que una vez lo consigamos, desbloquearán a su vez nuevos retos con los que continuar avanzando. De esta manera, escaparemos de la policía, derrotaremos a otros pilotos en carreras callejeras, realizaremos acrobacias imposibles y recorreremos distancias marcadas en el menor tiempo posible. La duración de estas misiones no suelen superar el par de minutos en el peor de los casos, con lo que en un pequeño lapsus de tiempo, habremos superado media docena de ellas y habremos acumulado una suficiente cantidad de billetes y estrellas como para desbloquear nuevos bólidos, zonas de la ciudad o poderes especiales -como el omnipresente nitro-. Pero nos encontraremos con el problema de la estamina, un recurso energético que nos frenará el avance.
Está claro que Gameloft ha buscado convertir al juego en una herramienta eficaz para matar el aburrimiento en los trayectos cortos en autobús, metro o coche, intentando convertirse en una app ideal para partidas esporádicas. Asphalt Overdrive es un juego free-to-play, y como tal, ofrece una tonelada de mejoras, paquetes y packs de experiencia que nos facilitarán -y mucho- el desarrollo, invitando a que cada jugador personalice su contacto y desarrollo en el juego.
La pregunta es: ¿es un juego diseñado para que pagar se convierta en una obligación? Sí, y no. Por una parte, podemos invertir mucho tiempo para conseguir avanzar, consiguiendo llegar muy lejos sin tener que desembolsar ni un céntimo. Por otra parte, dado que el juego también incorpora una suerte de sistema de clanes y competiciones online, pagar puede llegar a ser un requisito indispensable para ser competitivos. Dicho sistema online tiene su propio sistema de clanes, en el que podemos formar equipos con otros jugadores, alcanzar objetivos semanales, desbloquear nuevas ligas… Cada poco tiempo se cambian los objetivos, que suelen ser variados, y de recompensa dispar.
La estética de Asphalt Overdrive es, de lejos, su mayor atractivo. El juego se afana por llevarnos a una suerte de década de los ochenta alternativa, abogando por usar ciertos elementos estéticos y artísticos inherentes a la época -colores vivos, ropas anchas y puestas de sol saturadas-, y coqueteando al mismo tiempo con tipografías sacadas directamente de algunos de los más recientes hitos del panorama cinematográfico, como "Drive".
Su apartado gráfico y su diseño sonoro son muy buenos, con modelados, espectaculares texturas en alta definición y potentes melodías y efectos de partículas, pero poco más. Nosotros hemos probado para el análisis la app en un iPhone 5S, un iPad 2 y un iPad con pantalla retina -3º generación- y no hemos encontrado problemas de rendimiento, si bien el iPad 2 parece prescindir de ciertos efectos de iluminación complejos en la carrocería de los vehículos -derivados de su falta de potencia o quizás poca resolución en pantalla-. La app está traducida al castellano y goza de soporte para Game Center.
Conclusiones finales
Puede que su estética sea irreprochable, y que sus gráficos entren por los ojos, pero Asphalt acaba siendo un entretenimiento esporádico, casi de usar y tirar, a menos que deseemos jugar con clanes y de manera asidua a través de internet, en cuyo caso, requiere de tiempo y paciencia y quizás de alguna compra in-app. En cualquier caso, sus automatismos en el control y el abuso de pay-walls -o muros de pago- en su desarrollo, lastran demasiado la experiencia de juego, haciendo que pasemos de la app a los pocos días. Gameloft debería pensárselo dos veces a la hora de realizar tamaños experimentos con una saga que, hasta la fecha, había sido francamente notable.