Análisis de Pac-Man & Galaga Dimensions (Nintendo 3DS)

En la industria del videojuego no son demasiadas las compañías que pueden presumir de un catálogo con décadas a su espalda, y Namco es una de las pioneras del negocio, así que entra en ese selecto grupo de auténticas veteranas. Les debemos muchas series de prestigio, y han creado iconos del sector como Pac-Man, por el que sentimos especial cariño en Vandal Online.

Las compañías con esta historia a sus espaldas se ven a veces en la tesitura de rescatar sus clásicos. Ahí están los recopilatorios y reediciones de sagas como Mario, Sonic, Space Invaders o, como ahora nos ocupa, este Pac-Man & Galaga Dimensions, que trae las clásicos a Nintendo 3DS.

La base de la que se parte es buena: dos sagas clásicas y muy queridas que se ofrecen en su forma original y en nuevas visiones pensadas para la portátil de imagen tridimensional. Luego, por desgracia, el resultado no acaba de cuajar.

En total nos encontramos con seis juegos, partiendo de las versiones más clásicas de Pac-Man y de Galaga, a las que hay que añadir dos revisiones más. De esas dos revisiones, en cada caso, una no es original pues ya las pudimos probar en distribución digital para Xbox 360 y PlayStation 3 y la otra es la que se ha concebido específicamente para la ocasión.

Debemos centrarnos, por tanto, en lo completamente nuevo que es quizás lo peor resuelto de todo el paquete de contenidos. En el caso de Pac-Man Tilt nos encontramos con un título que se concentra en la detección de movimientos y, para ello, desactiva toda opción de usar la imagen tridimensional. Esto tiene sentido en la medida en que el efecto solo funciona mientras la pantalla se mantiene en una posición relativa constante para con nuestros ojos, pero es cierto que siendo una versión del título concebida para aprovechar la portátil quizás hubiera tenido sentido apostar preferentemente por las 3D. Por otro lado, la revisión de Galaga, subtitulada 3D Impact, sí que va en esa línea.

Entendemos, por tanto, que aprovechando la dualidad del recopilatorio se decidió sacarle jugo a la detección de movimientos en Pac-Man y a la imagen 3D en Galaga, pero quizás no tendría que haber sido excluyente.

El problema principal de Pac-Man Tilt, con todo, no está en que no permita usar la imagen 3D (y que no aproveche la potencia adicional disponible para ofrecer mejores gráficos), sino en que resulta soso y poco atractivo. El movimiento que debemos hacer para mover a Pac-Man por las paredes es muy forzado, quizás incluso incómodo. El diseño de los niveles, por su parte, resulta poco inspirado en la medida en que no parece concebido precisamente para aprovechar este factor de su control, como si la concepción de las fases y la de las mecánicas de juego hubiesen ido por caminos paralelos.

En el caso de Galaga 3D Impact pasamos a la acción en primera persona sobre raíles con ambientación espacial. Se trata de un cambio muy marcado con respecto al original, sí, pero tiene sentido como proceso de volver a concebir un clásico como lo era el matamarcianos original. El problema, una vez más, es que resulta poco inspirado. Hay que avanzar por niveles diseñados con poco interés hasta que machacamos al jefe final. Vamos recogiendo mejoras, pero no son muy atractivas ni espectaculares, así que resulta poco profundo jugablemente y poco intenso como arcade.

Por otro lado, los juegos originarios de la distribución digital de Xbox Live Arcade y PlayStation Network son divertidos. Se trata de Pac-Man Championship Edition y de Galaga Legions, dos títulos que resultaron magníficas revisiones de los originales, manteniendo el sabor retro al tiempo que potenciaban sus virtudes clásicas. Son el punto fuerte del recopilatorio, sin duda alguna, pero no podemos obviar que llevan años disponibles y resultan más económicos en las consolas domésticas citadas que en Nintendo 3DS.

Finalmente, los juegos originales son exactamente eso: conversiones directas y sin alteraciones de los Pac-Man y Galaga originales. Siguen siendo divertidos, y funcionan de maravilla a la hora de engancharnos a la pantalla. Claro que si nos interesan, quizás sería mejor opción ofrecerlos en descarga digital a un precio conveniente. Y es que hay que tener en cuenta que los dos puntos de venta del título (esto es, los originales y las revisiones originarias de las consolas domésticas de alta definición) no son exclusivos, y los que sí lo son empobrecen el resultado global.

Como anécdota, el título incluye un vídeo en plan animación con Pac-Man como protagonista que parece destinado a ofrecer cierto contexto e historia al personaje, un concepto revisionista que no ha funcionado muy bien, aunque puede resultar curioso para los seguidores del personaje. Es una de esas cosas que ves una vez, y si llegas hasta el final del vídeo seguramente no volverás a reproducirlo jamás.

En el aspecto técnico, los juegos originales son lo que son, y no se les puede ni debe pedir más. Las versiones extraídas de la distribución digital de Xbox 360 y PlayStation 3 cumplen muy bien en su paso a la menor pantalla de la portátil y con la incorporación del 3D. Sin embargo, los títulos creados para la ocasión, que deberían a priori ser las grandes estrellas resultan mediocres. De la misma manera, las melodías de los clásicos y las conversiones de Pac-Man Championship Edition y Galaga Legions son pegadizas y atractivas, muy rítmicas, pero en el caso de los nuevos nos encontramos con composiciones mucho menos acertadas.

Conclusiones

De seis juegos, solo dos son originales, concebidos específicamente para Nintendo 3DS, y resultan ser lo más flojo de Pac-Man & Galaga Dimensions. El resto del paquete está bien, claro, pero sus dos puntos fuertes los podemos conseguir a un precio muy interesante en distribución digital para las consolas domésticas de Sony y Microsoft, y es algo que los consumidores deberían tener en cuenta. El hecho de que cuente con tablas de puntuación en línea puede potenciar la rejugabilidad, pero un buen multijugador (local o en línea) le habría sentado mucho mejor. Resulta, por tanto, un recopilatorio decepcionante para dos grandes clásicos que podrá satisfacer únicamente a los más acérrimos seguidores o grandes nostálgicos de las mismas.