Análisis de Inazuma Eleven Go: Luz y Sombra (Nintendo 3DS)
Con el arranque del mundial, Nintendo ha decidido que es una buena fecha para traernos la cuarta entrega de Inazuma Eleven, la primera desarrollada en exclusiva para Nintendo 3DS, una oportunidad que desde Level-5 han decidido aprovechar para renovar la saga por completo en muchos de sus aspectos a la vez que se han preocupado de mantener intactas las bases de su curiosa y exitosa mezcla de rol con fútbol. ¿El resultado? No tenéis más que seguir leyendo para descubrirlo.
Mi amigo el fútbol
Como ya os adelantamos en nuestra primera toma de contacto con el juego, esta vez su argumento toma un nuevo punto de partida, situándonos diez años después de los hechos que ya pudimos disfrutar en el tercer título de la serie. Esto trae consigo todo un relevo generacional, o lo que es lo mismo, una nueva generación de jugadores y protagonistas dispuestos a llevar al equipo del Instituto Raimon a lo más alto del fútbol.
Sin embargo, en estos diez años el fútbol se ha pervertido y convertido en una herramienta política, lo que ha acabado provocando la aparición del Sector Quinto, una organización encargada de regular el fútbol y amañar los resultados de los partidos para tenerlo todo bajo control. El problema es que tienen tanto poder que ningún jugador se ve capaz de llevarle la contraria, por lo que la situación para todo aquel que quiere jugar al "auténtico fútbol" es cuanto menos desoladora.
Pero claro, como no podía ser de otra forma, nosotros seremos los encargados de luchar contra esta malvada organización a base de jugar partidos contradiciendo sus órdenes y enfrentándonos a temibles equipos que siempre parecen tener las de ganar. Con este punto de partida tenemos una historia simple, predecible y absurda e hilarante por momentos destinada al público más joven, pero que sin embargo consigue hacerse muy entretenida, ya que se hace muy ligera y está bastante bien llevada a cabo, gracias a una narrativa muy cuidada en la cual también hay lugar para enseñar diversos valores morales, como la importancia del trabajo en equipo, la amistad, el no renunciar a nuestros sueños, etcétera.
En cuanto a los nuevos protagonistas, el papel principal ahora recae sobre Arion, un joven obsesionado con el fútbol, siempre optimista, dedicado, algo inocente, capaz de contagiar su entusiasmo a todo el que le rodea y que jamás se rinde por muy desesperada que sea la situación. Cuando hemos comentado que está obsesionado con el fútbol no lo hemos dicho por decir, ya que se pasa prácticamente todo el juego hablando de este deporte como si fuera una persona y un ser vivo, algo que llega a hacerse un tanto cargante en más de una ocasión y que nos ha hecho echar de menos en más de una ocasión a Mark Evans como protagonista.
Eso sí, el antiguo y legendario capitán del Raimon también está en el juego y goza de un papel bastante importante, lo que compensa en cierta medida lo cansino que puede llegar a hacerse Arion. De hecho, uno de los grandes atractivos del título lo encontraremos en descubrir qué es lo que ha sido de muchos de los personajes de la trilogía original en estos diez años, ya que salen bastantes de ellos.
En lo que respecta al resto de nuevas caras, nos hemos encontrado un poco de todo, pero hay varios personajes que nos han resultado muy interesantes. Como siempre, todos ellos tienen personalidades muy marcadas y más allá de la pasión que comparten por el fútbol, hay bastantes dramas personales que los hacen algo más creíbles y cercanos, lo cual resulta muy de agradecer, ya que los dota de cierta profundidad.
Hacia lo más alto
A nivel jugable, si ya habéis jugado a alguna de las entregas anteriores de la saga, os sentiréis como en casa, ya que la fórmula se mantiene prácticamente intacta. Esto es, una aventura de rol tradicional en la cual los "combates" se resuelven a base de jugar partidos de fútbol y pachangas. Como siempre, tendremos una gigantesca cantidad de jugadores que podremos fichar y entrenar para crear nuestro equipo definitivo.
Todos ellos tienen sus propias características especiales, como supertécnicas de todo tipo (unos movimientos especiales a cada cual más exagerado y fantástico con los que aumentar nuestras probabilidades de meter gol, defender, regatear, hacer una parada, etcétera), afinidades elementales que les darán ventajas y desventajas en los duelos contra otros personajes, posiciones predilectas, estadísticas y un largo etcétera que hacen del juego una experiencia muchísimo más profunda de lo que podría parecer en un principio.
Sumarle la posibilidad de equiparles con diversos objetos, de realizar entrenamientos especiales y de poder comprar y obtener manuales para que aprendan ciertas supertécnicas, y podréis haceros una idea de la de horas que tendréis por delante si lo que pretendéis es crear el equipo definitivo.
Los partidos vuelven a seguir la misma mecánica de todos los juegos de la saga: stylus en mano tendremos que ir dando órdenes a nuestros jugadores, trazando las rutas que queramos que recorran y escogiendo entre diversas opciones, pudiendo incluso pausar la acción para introducir comandos con más calma y precisión.
Como era de esperar, las supertécnicas y las supertácticas (similares a las primeras, pero en las que interviene todo el equipo para hacer una jugada especial en vez de un único jugador) volverán a ser el pan nuestro de cada día, por lo que darles un buen uso será fundamental para hacernos con la victoria, aunque claro, estas consumen energía, por lo que a menos que tengamos una gran reserva de objetos para reponer las fuerzas de nuestros jugadores, serán limitadas.
Cuando nos topemos con otro jugador, ya sea defendiendo o atacando, podremos usar una supertécnica (en el caso de que tengamos una que nos sirva para la acción que buscamos realizar) o entre dos opciones básicas, como por ejemplo, bloquear o hacer un barrido si intentamos robar el balón. Tras esto habrá un duelo que se resolverá de forma automática en una breve escena y el partido continuará. Para aumentar nuestras posibilidades de ganar estos duelos, lo ideal será que tengamos otros jugadores de nuestro equipo cerca, ya que esto incrementará el valor de nuestros personajes, aunque tener una cifra más alta que el rival no siempre nos asegurará el éxito.
Una de las grandes novedades de esta entrega la encontramos en la presencia de los Espíritus Guerreros, unos seres que vienen a ser algo así como la materialización física del poder futbolístico de los personajes (sí, así como suena), a los cuales podremos invocar para obtener habilidades únicas y potenciar nuestras estadísticas enormemente mientras nos dure la invocación.
Además de resultar enormemente vistosos y espectaculares, los Espíritus Guerreros añaden un nuevo toque de profundidad a la fórmula, ya que si los usamos con cabeza podemos acabar desarrollando estrategias con las cuales darle la vuelta a un resultado que de otra forma nos sería imposible de remontar, por lo que nos ha parecido un añadido de lo más bienvenido. Eso sí, solo podremos tener tres invocaciones activas a la vez.
Con todo esto tenemos unos partidos que pueden gustar más o menos, pero que en su versión de fútbol 11 nos han parecido de lo más entretenidos y divertidos, algo que no se puede decir de las pachangas de cinco jugadores. Para superarlas, tenemos que meter el primer gol, robar el balón o evitar que nos lo roben, según el objetivo que nos marquen, algo que a la larga acaba por hacerse enormemente repetitivo y aburrido, ya que la dificultad en estos enfrentamientos no existe y nos bastará con repetir una y otra vez la misma estrategia para salir victoriosos de ellos. Lo malo es que nos tocará jugar una gran cantidad de pachangas si queremos fichar a muchos de los jugadores del juego, algo con lo que los seguidores de la saga ya están habituados a lidiar, pero que se podría haber aprovechado la ocasión para hacerlas más divertidas.
Por otro lado, en los partidos más importantes de la historia principal a veces nos tocará cumplir determinadas misiones, como realizar un determinado número de pases o llevar a un jugador con el balón a un sitio concreto, lo que activará unas secuencias de vídeo que nos permitirán continuar con el partido siguiendo el guion que el juego ha marcado. Cuando aparezcan estas misiones el tiempo se detendrá, así que podremos cumplirlas con calma y sin presiones.
Entre otras características a destacar, tenemos que mencionar las cadenas de partidos, las cuales nos permitirán participar en una serie de partidos contra los equipos que vayamos derrotando en el modo historia (aunque esta vez serán mucho más poderosos) mientras vamos avanzando por un tablero y consiguiendo diversas recompensas. Además, si conseguimos golear, recibiremos premios todavía más jugosos e interesantes.
También nos ha gustado mucho que en la segunda mitad del título se introduzcan estadios con características especiales y a cada cual más alocada, como uno que parece una pista de patinaje sobre hielo u otro que genera tornados cada cierto tiempo, los cuales ayudan a aportar variedad y nos harán redefinir ligeramente nuestras estrategias para adaptarnos a ellos.
En lo que respecta a su duración, decir que esta es enormemente variable, ya que dependerá mucho de lo que nos queramos entretener con las pachangas, fichando jugadores, entrenando personajes, etcétera, aunque si lo que buscamos es ir directamente a la historia principal esta nos durará alrededor de 20 horas, una cifra más que respetable. No es un juego especialmente difícil, de hecho tiene una dificultad más bien baja, por lo que hemos echado de menos algo más de reto para darle más emoción a ciertos partidos que hemos acabado goleando incluso con un nivel de equipo muy por debajo del recomendado.
Un agradable avance técnico
Como hemos mencionado al principio de este análisis, Inazuma Eleven GO es la primera entrega de la saga desarrollada en exclusiva para Nintendo 3DS, algo que ha traído consigo un salto gráfico más que considerable, con unos personajes que lucen geniales y muy cercanos a lo visto en cualquier anime. De hecho, ahora en el mapa de exploración ya son totalmente poligonales, por lo que se abandonan por completo los sprites habituales de las tres entregas anteriores.
Tal y como era de esperar, el juego donde más se luce es en los momentos en los que usamos supertécnicas, Espíritus Guerreros, y supertácticas, ofreciéndonos un despliegue técnico repleto de efectos de todo tipo y de lo más espectaculares, aunque tampoco podemos pasar por alto las secuencias de vídeo generadas por el propio motor gráfico del título, las cuales se ven genial. Los escenarios también merecen una mención, ya que están repletos de detalles que les dan mucha vida y los hacen fácilmente reconocibles.
Tampoco faltan a la cita las tradicionales secuencias de vídeo en forma de anime, las cuales nos han sorprendido no por su calidad (que como siempre, es excelente), sino por la cantidad de ellas que hay, muchas más que en ninguna otra entrega, por lo que no pasará demasiado tiempo entre una y otra, algo que hace mucho más disfrutable el seguimiento de la historia. Además, se les ha aplicado un efecto tridimensional que consigue que se vean especialmente bien con el 3D de la consola activado (el cual también es bastante resultón en lo que es el juego en sí).
Finalmente, en lo que respecta al sonido, decir que la banda sonora cuenta con temas de mucha calidad y que ambientan perfectamente todo lo que vemos en pantalla, aunque a la larga acaban repitiéndose un poco y nos hubiera gustado un repertorio de canciones algo más amplio. Por otro lado, el juego vuelve a estar fantásticamente doblado al español, aunque hay ciertas voces que nos han chirriado un poco (especialmente las de ciertos rivales que no pegan ni con cola) y otras que se repiten en varios personajes, que por mucho que se esfuercen en camuflarlo, se nos ha hecho bastante notorio.
Conclusiones
Como ya hemos dicho, Inazuma Eleven GO sigue fielmente los pasos de sus predecesores, pero gracias a su nuevo punto de partida (perfecto para la introducción de nuevos jugadores a la saga, por cierto), a su renovada plantilla de personajes, a novedades tan interesantes como los Espíritus Guerreros y a su renovado apartado gráfico, Level-5 ha conseguido volver a aportar algo de frescura a una serie que empezaba a mostrar síntomas de agotamiento en su fórmula.
Si fuiste seguidor de las aventuras de Mark Evans, ya sabrás lo que vas a encontrarte y probablemente no necesites que nadie te convenza de que volvemos a estar ante un buen juego, mientras que si nunca tuviste la oportunidad de descubrir por qué esta saga levanta tantas pasiones entre los más jóvenes (y entre alguno que otro no tan joven), esta es una genial oportunidad para iniciarse en el fútbol más fantástico y alocado de los últimos años.