Análisis de Chibi-Robo! Zip Lash (Nintendo 3DS)
Es una auténtica lástima ver cómo un personaje con tanto carisma y que empezó tan bien (al menos en lo que a calidad se refiere) ha sido incapaz de encontrar su camino a lo largo de los años. Chibi-Robo! nunca fue un éxito de ventas ni un juego perfecto, pero su primera entrega para Game Cube desprendía un "algo" especial que nunca más se volvió a repetir en sus secuelas, a las que tendríamos que definir casi como spin-offs, ya que poco o nada tienen que ver con el original.
Los constantes cambios de género y lo mal que se ejecutaron los experimentos que se realizaron con la serie, han acabado por dinamitar todo el potencial de este entrañable robot hasta el punto de que ya ni sus propios desarrolladores confían demasiado en él, algo que se nota a lo largo de todo el desarrollo de Chibi-Robo! Zip Lash, la que probablemente vaya a ser su última aventura. Y aunque nos gustaría decir que su despedida ha sido a lo grande, por desgracia no ha sido así.
Plataformas sin alma
Tal y como viene siendo costumbre, esta vez nos encontramos con que la saga se atreve con un nuevo género, aunque para la ocasión se ha apostado sobre un terreno más seguro como es el de los plataformas 2D, en vez de extraños experimentos como el de los juegos de fotografías o cultivo de plantas.
De hecho, Chibi-Robo! Zip Lash es una aventura tremendamente conservadora en su propuesta, hasta el punto de que se olvida de arriesgar para desmarcarse de sus competidores y ofrecer algo mínimamente memorable, y cuando se acuerda de hacer algo nuevo, las ideas y decisiones tomadas no podían haber sido peor.
Pero vayamos por partes. Como decimos, estamos ante un juego de plataformas bidimensional en el que no tendremos más objetivo que el de superar un nivel tras otro esquivando peligros y obstáculos hasta llegar a la meta de cada uno de ellos. Como era de esperar, existen diferentes coleccionables que podremos encontrar si exploramos un poco los escenarios, aunque no están demasiado bien escondidos y dar con ellos es una tarea bastante sencilla, por lo que no os extrañéis si os pasáis la mayoría de fases con todos sus secretos a la primera.
De hecho, esta simpleza también se traduce en el diseño de todas las pantallas, ofreciendo unos retos extremadamente básicos y sin interés alguno, limitándose a repetir una y otra vez las mismas mecánicas y situaciones, por lo que al final lo que tenemos es una aventura genérica, sosa y sin alma que nunca hace nada para intentar mantener nuestro interés como jugadores y animarnos a seguir jugando para descubrir qué es lo que nos espera en el siguiente nivel.
Saltos que no tienen nada de divertido, tipos de plataformas mil veces vistas en otros juegos y que parecen colocadas con un editor, puzles a los que nos cuesta llamar como tal, multitud de pequeñas secuencias de vídeo para casi cualquier cosa que hacemos y que no paran de cortarnos el ritmo (Chibi-Robo celebra prácticamente casi cualquier cosa que hace o encuentra) y, en definitiva, una preocupante falta de ideas y ganas de sorprender al jugador.
Los controles son bastante sencillos, ya que solo podremos saltar, rodar y usar nuestro cable de dos formas diferentes: para realizar ataques rápidos (acción que en el aire también nos puede servir para planear) y para hacer lanzamientos cargados, precisos y capaces de rebotar por las paredes, algo que utilizaremos mucho a la hora de resolver puzles y conseguir coleccionables. Al principio de cada nivel la longitud de nuestro cable será solo de 15 centímetros, aunque recogiendo una serie de orbes podremos ampliar dicha distancia hasta los 25 cm en el caso del ataque rápido y hasta los 300 en el golpe cargado, dándonos de este modo acceso a nuevas áreas y secretos.
De vez en cuando el título busca aportar algo de variedad con una serie de niveles a bordo de diferentes vehículos mientras avanzamos de forma automática, cambiando así la jugabilidad y el desarrollo habitual, aunque estas fases están realmente mal ejecutadas, por lo que al final lo único que consiguen es que queramos que se acaben cuanto antes.
Por suerte, los jefes finales sí que consiguen romper la tónica con bastante más acierto, ofreciéndonos combates muy simples y con unas mecánicas realmente fáciles de aprender, aunque al menos saben hacerse entretenidos y mantenernos atentos a todo lo que ocurre en la pantalla superior de nuestra Nintendo 3DS. Y decimos superior porque la inferior no se utiliza más que para mostrar los coleccionables de cada nivel.
Otra decisión que no hemos terminado de entender ha sido la de incluir una ruleta para seleccionar nivel. Cada vez que lleguemos a un nuevo mundo nos moveremos por sus fases girando una ruleta que decidirá el número de "casillas" que avanzaremos. Por suerte, acertar el número que queremos es muy fácil y podemos comprar paneles con las monedas que recojamos para aumentar todavía más nuestras posibilidades. Una vez completemos todas sus pantallas, podremos seleccionar la fase que queramos sin necesidad de dicha ruleta, por lo que su inclusión se siente completamente innecesaria e inútil.
Tampoco es un juego especialmente largo y podremos superarlo perfectamente entre seis y ocho horas, y los coleccionables y extras desbloqueables no son lo suficientemente atractivos e interesantes como para incitar demasiado a rejugar sus distintos niveles, aunque si nos proponemos conseguir su 100% podemos aumentar su vida útil hasta las 12 horas.
Gráficamente tampoco es ningún portento, aunque el modelado y las animaciones tanto de Chibi-Robo como de los personajes secundarios y los jefes finales nos han gustado bastante, algo que no podemos decir de los escenarios: sosos, genéricos y no demasiado variados. El efecto 3D por su parte cumple con su función sin grandes alardes, pero en ningún momento llega a molestar.
Finalmente, en lo que respecta al sonido, decir que las alegres melodías que acompañan la acción no son ninguna maravilla y difícilmente las recordaréis al terminar de jugar, incluso a pesar de lo mucho que llegan a repetirse dentro de un mismo mundo. Los efectos son meramente funcionales y en vez de doblaje tenemos los habituales sonidos y ruidos de la saga, algo que nos ha parecido un acierto.
Conclusiones
Chibi-Robo! Zip Lash ha resultado ser un juego genérico y del montón. Si bien se deja jugar sin mayores problemas, su pobre diseño de niveles demuestra una falta de ideas e inspiración realmente preocupante, ofreciéndonos una aventura facilona, sin ritmo y carente de cualquier tipo de interés. Es una pena que nos tengamos que despedir de este entrañable personaje con un título tan flojo y cuyo mayor mérito ha sido conseguir que Nintendo se anime a dedicarle una figura amiibo, pero viendo su errática trayectoria, quizás sí que haya llegado el momento de dejar que descanse.