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Watchmen 1x02: Artes marciales y equitación comanche - Resumen y análisis

La verdad está oculta bajo las calles de Tulsa; teorías, conspiraciones... Angela Abar se dejará abrazar por una trama que la envuelve sin que ella pueda escapar de sus largos brazos.
Watchmen 1x02: Artes marciales y equitación comanche - Resumen y análisis
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Conspiraciones. Máscaras. Nada es lo que parece. La verdad, como siempre, permanece oculta bajo diferentes capas de mentiras; una verdad que el espectador deberá ir desgranando como buenamente le permitan las herramientas que la directora Nicole Kassell y Damon Lindelof ofrecen. HBO presenta el segundo episodio de Watchmen, cuyo título original es Martial Feats of Comanche Horsemanship. ¿Tenéis vuestro caballo ensillado?

El día que todo empezó

"¿Por qué lucháis contra los alemanes?", se pregunta un comandante del Ejército Alemán, lanzando la pregunta a los soldados negros estadounidenses que marchaban al frente, mientras eran objeto de burlas y mezquindades. Las palabras de este comandante quedan grabadas en un panfleto que hará mella en cierto soldado; un soldado que mandará a su hijo a la huida cuando se produzca la masacre racista de Tulsa en 1921.

Pero esas palabras, esa propaganda bélica que correrá como la pólvora entre las filas, se las acaba llevando el viento una vez que volvemos a la actualidad. Esta ciudad de Oklahoma tiene otras preocupaciones en 2019: el jefe de la policía, Judd Crawford ha muerto. Y el único sospechoso es un anciano de más de 100 años en silla de ruedas llamado Will… que afirma haber sido el asesino. "Eso es imposible", sostiene Angela. "Tal vez soy el Dr. Manhattan", bromea Will.

Así que es el momento de investigar: la detective Angela Abar tiene a Will (Louis Gossett Jr.) encerrado en su "batcueva", también conocida como panadería. El anciano, el niño que sobrevivió en la matanza de Tulsa en 1921, es también el encargado de poner sobre la mesa que hay una conspiración cociéndose en las entrañas de Tulsa. Abar ignora por completo a qué se refiere, pero como buena detective sale a la búsqueda y captura de pruebas; si hay una verdad que se le está ocultando, Abar la va a descubrir. Sister Night entra en acción.

Pero lo primero es bajar el cuerpo de Judd del árbol. En la escena del crimen encontramos a otros dos vigilantes que ya hemos tenido oportunidad de conocer: el enigmático Looking Glass y el indómito Red Scare. Además, los más nostálgicos de la novela gráfica de Alan Moore y Dave Gibbons podrán reconocer un guiño a otro vigilante más: los paparazzis que vemos en esta escena utilizan el mismo artefacto alado que inventó Byron Lewis, más conocido por ser Mothman en la época de los Minutemen.

Sister Night entra en acción, ¿quién está detrás de la muerte de Judd?

La policía no quiere que el acto quede impune, y aunque Looking Glass y Sister Night son más bien afines a seguir otros métodos… La atrocidad de un asesinato conduce a medidas desesperadas e irracionales. Así que Red Scare lidera una redada policial en Nixonville, zona de Tulsa donde se aglomeran los racistas más radicales, partidarios de los tiempos de Nixon. Allí los detenidos se acumulan tras la carga policial… pero Sister Night sabe que no es ahí donde hay que investigar.

Durante su conversación con Will, el anciano pronuncia la siguiente frase en la versión original de este segundo episodio, en referencia a Judd: "He had skeletons in his closet". Esa expresión es lo que en inglés se denomina como un "idiom", una especie de frase hecha que significa que Judd guarda bajo secreto algo de lo que se avergüenza… o algo que no quiere que salga a la luz. La duda nace en la mente de Sister Night… y no es una mujer que esté dispuesta a esperar a que las cosas salgan a la superficie con el paso del tiempo: ya ella se encarga de hacerlo. Después de solicitar una prueba de ADN de Will en el Center for Cultural Heritage de Tulsa, Sister Night se dispondrá a mirar directamente en el armario de Judd. Es gracioso porque, siguiendo el sutil humor que destila la novela gráfica original, aquí Damon Lindelof ha querido crear un momento cómico donde uno no puede más que negar la cabeza al tiempo que exclama: ¡Estos vigilantes!

La recientemente viuda Jane Crawford ha organizado un evento de despedida a Judd, donde familiares y amigos se reúnen en el gran salón de la casa que compartía con el jefe de policía. Fingiendo un desmayo, Angela es trasladada a una habitación donde Jane le pide que encuentre al responsable del asesinato de Judd. Una vez que se encuentra sola, Angela se pone manos a la obra: adiós a la supuesta policía retirada, hola a la detective de armas tomar. Utilizando unas gafas que le permiten diseccionar palmo a palmo el entorno que le rodea - esas gafas recuerdan a las que utilizaba Dan Dreiberg / Búho Nocturno II -, Angela se dispone a mirar en el armario de Judd. Lo que encuentra sirve, como mínimo, para que dejemos escapar un grito de sorpresa: Judd parece que ocultaba un traje del Ku Klux Klan, en un compartimento secreto de su despacho. No era un esqueleto, pero casi. La cuestión que queda por desvelar en este punto de la trama es: ¿Realmente guardaba Judd ese uniforme en su armario o es todo un complot para usarlo como cabeza de turco? Lo que sí resulta llamativo es que, estando la comunidad negra tan integrada en Tulsa, no haya nadie negro en la despedida de Judd que organiza Jane... a excepción de Angela. Casi me atrevo a pensar en la película Déjame Salir de Jordan Peele.

Judd, el jefe de policía de Tulsa, escondía una túnica del Ku Klux Klan en su armario

En estos momentos, Angela Abar se cuestiona si de verdad conoce a Judd, quien ha sido su jefe y su amigo durante los últimos años. Su amistad se remonta al trágico suceso bautizado con el nombre de White Night: la noche de Nochebuena, la Séptima Caballería - nuestros radicales enmascarados con el rostro de Rorschach - organizó un ataque coordinado que desembocó en el asalto armado de 40 casas de policías. Angela Abar recibió un disparo en el vientre, y tuvo que ser ingresada en el hospital; es allí donde Judd Crawford se acerca a ella no como jefe, sino como alguien en quien puede apoyarse para luchar contra los racistas de la organización. Es después de esta noche cuando Angela y Cal acogen en su hogar a Christopher y a sus hermanas, Rosie y Emma, ya que sus padres fueron asesinados durante la White Night.

Si bien Will insiste en que hay una conspiración y toda una trama en las entrañas de Tulsa, Angela Abar sostiene que ha sido el propio Will quien ha puesto en el armario de Judd ese atuendo propio del Ku Klux Klan. Sin embargo, el propio Will se muestra sorprendido, como si no tuviera ni idea de que Judd escondía tal cosa en su propia casa. Antes de que Angela pueda hacer más que detenerle, recibe una llamada: los resultados de las pruebas de ADN en el Center for Cultural Heritage de Tulsa concluyen que Will es el abuelo de Angela. Sin embargo, no hay tiempo para más: Angela ha arrestado a nuestro enigmático Will pese a que él le ha advertido que tiene amigos en "altos lugares" que le rescatarán y protegerán de un modo a otro. La detective hace oídos sordos y ese es su error fatal: cuando ya ha montado a Will en su coche para llevarlo a la comisaría, una especie de nave espacial irrumpe en escena para llevarse el vehículo con un enorme imán.

¿Quién es Justicia Encapuchada?

Aquí es necesario detenernos un momento: existe cierta teoría que esgrime que Will es, en realidad, Justicia Encapuchada, uno de los primeros vigilantes que formó parte de los Minutemen. Podemos ver al personaje protagonizando el programa ficticio de televisión American Hero Story, donde se nos cuenta su historia. Nunca se conoció la identidad de Justicia Encapuchada, y el propio Will tampoco aporta mucha información a Angela sobre sí mismo, más allá de que descubrimos que fue el niño que sobrevivió a la masacre de Tulsa gracias a la prueba de ADN. La indumentaria de Justicia Encapuchada, además, recuerda ligeramente a la propia túnica del Ku Klux Klan sólo que con una soga al cuello. Además, en el capítulo anterior se representaba a Dollar Bill - otro Minutemen y antiguo compañero de Justicia Encapuchada - como un hombre negro en una cartelería de publicidad de un banco.

Teniendo esto en cuenta, la asunción de que los Minutemen eran blancos y caucásicos es algo contra lo que, al parecer, Lindelof querría luchar; parece que el creador de la serie estaría luchando contra la práctica del racial profiling, de ser esta teoría cierta. Así que sólo los próximos episodios dirán si Will es, finalmente, el verdadero Justicia Encapuchada. Además, detalle curioso: Justicia Encapuchada se llamó en sus orígenes Brother Night. ¿Os suena de algo?

El hijo del relojero

De nuevo es el momento de alejarnos de Tulsa. Nos sumergimos en el castillo que, como si se tratara de un idílico paraíso, se encuentra como una isla flotante en medio de la campiña inglesa. Ha pasado un año, pues el Hombre Rubio ahora sopla dos velas en lugar de una: y es el momento de poner en marcha la obra de teatro, la tragedia que ha escrito de su puño y letra. The Watchmaker's Son. La vida de Jon Osterman y su renacimiento como Dr. Manhattan. Mr. Philips y Ms. Crookshanks se encargan de dar vida al propio Jon y a Janey Slater, quien fuera su novia.

The Watchmaker's Son, la obra de teatro que nos presenta el accidente de Jon Osterman

Dejando a un lado la excentricidad de esta escena, lo cierto es que esta representación es una curiosa e interesante manera de mostrar al espectador recién llegado a Watchmen quién era el físico Jon Osterman y cómo se transformó en Dr. Manhattan, al quedar encerrado por accidente en la cámara de campo intrínseco por coger el reloj de Janey. El accidente provocó la muerte de Jon, pero le sirvió para renacer en forma de Dr. Manhattan, un ente capaz de manipular a su merced el tiempo y romper con las reglas físicas establecidas.

Además, aprendemos un poco más de el Hombre Rubio: parece que también es un acérrimo admirador de Alejandro Magno, como lo es Adrian Veidt / Ozymandias. En un momento de la representación, Ms. Crookshanks olvida pronunciar una línea de diálogo, y el Hombre Rubio alza la voz para recordarle qué tiene que decir: "La cerradura es tan impenetrable como el mismísimo Nudo Gordiano". El nudo gordiano es un objeto que forma parte de una leyenda griega: cuando Alejandro Magno conquistó Frigia, le enfrentaron al reto de desatar el intrincado nudo para demostrar que sería capaz de conquistar el Oriente. Según las palabras de Curcio Rufo, Alejandro dijo: "Es lo mismo cortarlo que desatarlo". Así que, sacando su espada del cinto, se dispuso el conquistador a cortar por la mitad el enigma y, así, resolver el entuerto. Básicamente eso fue lo que hizo el propio Ozymandias en los años 80, ante la inminente Tercera Guerra Mundial: cortar por lo sano.

Ozymandias, gran admirador de Alejandro Magno, usó el razonamiento del nudo gordiano para trazar su plan en 1985

También podemos extraer más información del Hombre Rubio en este apartado del segundo episodio: no sólo parece que crecen tomates de sus árboles, lo que denotaría que es ducho en el arte de la manipulación genética - igual que Adrian Veidt - sino que, además, ha sido capaz de clonar a sus sirvientes. Un puñado de Ms. Crookshanks y Mr. Philips asistían a la obra de teatro como especialistas y músicos; el propio cadáver calcinado de Mr. Philips I es retirado por otros dos sirvientes con su mismo aspecto. Y el Hombre Rubio no tiene reparos a la hora de nombrar a cualquiera de ellos como el siguiente Mr. Philips. Queda patente que el señor del castillo se dedica a algo más que a cabalgar y a escribir obras de teatro.

En este punto de la historia, el espectador sigue sin saber cuáles son los planes que el Hombre Rubio ha hilado con tanto esmero a lo largo de estos años. Lo único que nos queda claro es que, como broche final de su obra de teatro, todo acaba de comenzar. Las manecillas del reloj vuelven a sonar.

Referencias y datos interesantes

No podemos terminar el análisis del episodio sin antes echar un pormenorizado vistazo a esos detalles y guiños que, presentes en este segundo episodio, aportan más información sobre el universo Watchmen y sobre la concepción que Damon Lindelof intenta transmitirnos. Periodismo, arte, arquitectura e incluso política tienen hueco esta semana en esta pequeña sección.

Comanche Feats of Horsemanship

El propio título del episodio Comanche Feats of Horsemanship hace referencia al cuadro pintado por George Catlin entre 1834 y 1835. En el mismo, podemos apreciar a un grupo de jinetes comanches enzarzados en una trifulca: da igual si portan enormes lanzas, arcos y flechas y si sus monturas arrasan a toda velocidad por el campo de batalla... Catlin quiso demostrar que estos comanches pelean con la misma bravura sea cuales sean sus circunstancias. Catlin pintó este óleo cuando acompañaba a los Dragones de los Estados Unidos al Territorio Indio, según el Smithsonian.

Keene Act

Cuando Angela Abar acude a visitar a la viuda Jane Crawford, aparece cierto personaje nuevo llamado Joe Keene, senador de Estados Unidos. Este apellido es clave para entender la situación política en la que se encuentran los vigilantes en este mundo alternativo. En la novela gráfica original, los Crimebusters - el grupo de vigilantes que iban a formar Espectro de Seda II, Rorschach, Dr. Manhattan, Ozymandias, el Comediante, Búho Nocturno II y Capitán Metrópolis - nunca llega a ponerse en marcha porque el presidente Nixon aplica la denominada Keene Act en 1977: en resumidas cuentas, consiste en la prohibición de los vigilantes enmascarados, declarándolos ilegales.

En la producción de HBO, no obstante, nos encontramos con que los mismos vigilantes están perfectamente integrados en el cuerpo de la policía. Así que sospechamos que Joe Keene - que tiene pinta de ser un descendiente del Keene de los años 70 - ha tenido algo que ver a la hora de regularizar la presencia de los vigilantes.

Un castillo sobre las nubes

"El mundo es blanco y negro". Cuando Angela tiene que comunicarle a Christopher - o Topher - la muerte de Judd, el niño se encuentra dando forma a un sofisticado castillo utilizando un juego de construcción que flota gracias a la tecnología de este Estados Unidos. El diseño del castillo que está realizando es similar al del castillo Penrhyn en Gales, donde habita el Hombre Rubio.

Pero, no bastando con esto, el propio Dr. Manhattan parece que ha erigido su propio castillo de Penrhyn en la superficie rojiza de Marte, tal y como pudimos apreciar en el primer episodio:

Nada está puesto por casualidad en Watchmen, así que habrá que determinar cuál es la relación existente entre Topher, el Hombre Rubio y Dr. Manhattan, que parecen vinculados a través de este precioso castillo inglés.

New Frontiersman y Nova Express

Al comienzo del episodio, vemos una imagen también muy clásica de la novela gráfica: un quiosquero (Robert Wisdom) que, como cada mañana, espera al reparto de los periódicos del día. Esto nos permite echar un vistazo a una cabecera que los lectores de Watchmen igualmente recordarán con cariño: The New Frontiersman, periódico más bien con inclinaciones al ala derecha de la política y publicación favorita de Rorschach. Esta publicación es famosa, además, porque fue la encargada de publicar en su momento el Diario de Rorschach, en el que a través de sus páginas se desvelaba el plan de Ozymandias, el D.I.E.

En Martial Feats of Comanche Horsemanship, el titular con el que despierta ese día el New Frontiersman a sus lectores es con los científicos investigando las curiosas lluvias de calamares, que se suceden por todo el globo. El quiosquero, de todas formas, se mantiene perspicaz y, como hacía el personaje en la novela gráfica, expresa su opinión: considera que es una maniobra de distracción, un telón para que los lectores del periódico no piensen en otras cuestiones más importantes como la privación de derechos. En ese momento, llega una niña, que se baja de un flamante vehículo para recoger una pila de periódicos de diferentes medios. Es entonces cuando el quiosquero menciona otro periódico: el Nova Express, medio que, además, hace falta señalar que pertenece a Adrian Veidt.

Los amantes de Hiroshima

Parece que Damon Lindelof no ha querido olvidarse siquiera de los graffitis, que decoraban las calles de esa Nueva York inventada por Alan Moore. En uno de los callejones de Tulsa, podemos encontrar la imagen de los amantes: dos siluetas enredadas en un dulce beso, bautizados con el nombre de los Amantes de Hiroshima. En la novela original hacen referencia a Espectro de Seda II y Búho Nocturno II. En determinado momento, Dan Dreiberg sueña que besa a Laurie Juspeczyk justo cuando cae la primera bomba atómica. Lo único que queda tras el impacto son sus esqueletos y, después, sólo el recuerdo.

Bajo la máscara

Nicole Kassell y Damon Lindelof siguen desenmarañando a pequeñas dosis la trama de Watchmen. Este segundo episodio resulta muy satisfactorio a nivel de trama e intriga: resuelve algunas de las cuestiones que quedaron abiertas en el primer episodio, al tiempo que no se olvida de mantener la atención e interés del espectador, poniendo sobre la mesa nuevas incógnitas. Una vez más, Lindelof lleva de la mano tanto a lectores como a los recién llegados al universo de Watchmen, para que la puesta en escena resulte atractiva por igual.

Regina King, mientras tanto, nos sigue mostrando facetas de Angela Abar: la crudeza del trágico final de Judd nos permite conocer más a la detective, que hace alarde de una imponente sangre fría al no disparar su arma contra Will. En un mundo donde llueven calamares, hay un excéntrico que mata a sus sirvientes en un castillo inglés, un ente azulado habita en Marte y los policías van enmascarados... Lindelof parece dejar sobre los hombros de Angela Abar el peso de la humanidad de la serie; deja que la cara de Watchmen sea definitivamente humana con una protagonista que queda, cada vez más, alejada de los estereotipos propios del género de superhéroe que tanto espanta a ciertos sectores del público.

Angela Abar, el lado humano de Watchmen

Sigue siendo pronto para atender a la calidad de la historia de Watchmen. Esperamos que en los próximos capítulos podamos conocer igualmente más sobre personajes como Looking Glass (Tim Blake Nelson), que seguramente haya despertado la curiosidad de la audiencia con sus enigmáticas frases. Estamos en un segundo episodio que sigue asentando bases de un mundo complejo como es el de Watchmen, y Lindelof no parece tener prisa por contarnos todo lo que hay preparado.

Cristina M. Pérez
Colaboradora

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