El remake en clave de live action de Disney para Mulan está siendo un éxito en plataformas digitales o de streaming, pero se podría encontrar con un duro boicot en regiones asiáticas en las cuales se estrenará en cine. La película de gran presupuesto, pensada para triunfar en China, se estaría encontrando con resistencia por parte de activistas a favor de la democracia. El cada vez más ruidoso movimiento #BoycottMulan pretende boicotear la película en lugares como Hong Kong, Taiwán y Tailandia a raíz de las polémicas declaraciones de la actriz Liu Yifei, apoyando a la brutalidad policial de Hong Kong durante las protestas vistas en la antigua colonia británica. Como explican en The Hollywood Reporter es un nuevo capítulo en las tensiones vistas entre los diferentes entes asiáticos.
Un boicot que busca terminar con la presencia y la censura de China
Disney no esperaba una resistencia tan activa en Asia. Liderados por voces destacadas como el líder activista de Hong Kong, Joshua Wong, el boicot a Mulán va ganando adeptos y seguidores en redes sociales conforme pasan las horas. "Debido a que Disney se inclina ante Pekín, y porque Liu Yifei apoya abierta y orgullosamente la brutalidad policial en Hong Kong, insto a todos los que creen en los derechos humanos a apoyar el #BoycottMulan", escribió el viernes en Twitter.
Según Wong, Liu, protagonista del film, ha traicionado los valores de Hollywood, ya que en teoría se debe defender siempre la libertad. No obstante, Liu, una estadounidense de origen chino, posteó en el servicio de redes sociales chino Weibo una controvertida imagen con la siguiente leyenda. "Apoyo a la policía de Hong Kong, ahora me podéis criticar". En inglés, agregó: "Qué vergüenza para Hong Kong".
Para muchos, que la actriz defendiese de forma abierta los abusos policiales en la zona significa que, por una parte, Disney apoyaba a Pekín como régimen político y que la actriz se alineaba con la versión oficial y la represión del partido comunista chino en la zona. Liu intentó poner paz más adelante en una entrevista con The Hollywood Reporter ."Creo que obviamente es una situación muy complicada, y no soy una experta en estos temas. Realmente espero que esto se resuelva pronto... Creo que es una situación muy delicada", matizaba tras ser duramente criticada en redes sociales y medios asiáticos fuera de la órbita del partido comunista chino. Debido a la importancia de la taquilla en Asia, colectivos a favor de los derechos civiles y activistas en favor de la democracia han buscado en Mulán un objetivo al que atacar. Por una parte, ejemplifica el poder e influjo de China y por otra, los intereses comerciales de una empresa que se doblega ante la línea política de Pekín.
Las comunidades de activistas de Tailandia y Taiwán, que recientemente han buscado un terreno común bajo el hashtag #MilkTeaAlliance, una referencia a la bebida dulce que es popular en el sur de China y el sudeste asiático, han decidido apoyar a Hong Kong en su combate. No es algo nuevo, y como os comentábamos en Vandal, se trata de otra muestra más de las tensiones que se ven entre China y Taiwán y que se traducen en guerras comerciales, políticas o en terrenos como las telecomunicaciones. Además, en las últimas semanas, Tailandia se ha visto sacudida por una serie protestas callejeras promulgadas por miles de jóvenes piden reformas de la monarquía del país. En Seúl, Corea del Sur, se realizó otra protesta a pequeña escala contra Mulan, argumentando que la película y su estrella habían llegado a simbolizar el apoyo a la violencia política y no la supuesta rebeldía contra el orden establecido que se narraba en el film.
La polémica ha sacudido a Mulán desde antes de su estreno. La censura china modificó parte del argumento, y ciertas partes se han modificado por motivos artísticos y argumentales, causando controversias en los seguidores de la cinta de animación original. Mulan, cuyo presupuesto se estima en 200 millones de dólares, se lanzó exclusivamente a través de Disney+ en los EE. UU. y en países como España previo abono de una cantidad extra, saltándose su distribución en cines. Pese a que está diseñada y pensada para triunfar en el mercado chino, algunos analistas creen que las ganancias serán tibias. A pesar de su procedencia y elenco chinos, la película se rodó en inglés y luego se dobló al mandarín, lo que podría resultar incómodo para los espectadores locales, que tampoco están demasiado por la labor de ver un blockbuster de género histórico -que pasó de moda en la taquilla-.
No obstante, es un mercado complicado. Cineastas como Tarantino han tenido sus más y sus menos con la censura en la zona, y hace unos meses veíamos como el mismísimo Tom Cruise borraba de su chaqueta en Top Gun 2 banderas como la de Japón o Taiwán para no levantar urticarias en la taquilla de China ni acabar con la carrera comercial de la película antes de su estreno en 2021.