Hace unas semanas os hablamos de una perdida edición de la obra de Tolkien El Señor de los Anillos filmada en la Unión Soviética y que se adaptó en el lejano 1991, toda una rareza que os invitamos a ver, y que nos ofrecía algunos pasajes muy fieles a los escritos del profesor. Aunque con limitados medios, su encanto como obra de teatro era innegable, y respondía a una reunión de talento pocas veces vista en la televisión del extinto bloque soviético. Ahora, como nos explican en Collider, sus protagonistas han hablado, relatando cómo fue aquella experiencia, de qué manera sortearon la censura del gobierno y cómo se convirtieron en leyendas años después de la emisión original.
El Señor de los Anillos durante el colapso de la Unión Soviética
La película para televisión se emitió en Leningrado TV en 1991, muy pocos meses antes del colapso oficial de la Unión Soviética, siendo uno de los últimos grandes productos en salir de la televisión local antes de que el país entrara en un proceso de reforma y apertura internacional. La adaptación fue estrenada bajo la forma de una serie de dos partes y dos horas de duración, recibiendo el nombre de Khraniteli (Los protectores) y cubriendo los eventos de La comunidad del anillo.
Cuando se descubrió esta versión, que se creía perdida y extraviada -¡como el Anillo Único!-, pronto saltó a YouTube, convirtiéndose en un fenómeno viral con más de 2 millones y medio de visualizaciones en apenas unas semanas. Pero, ¿quién la hizo? ¿Cómo fue trabajar en ella? El célebre medio estadounidense Variety ha podido encontrar a los miembros originales del casting, así como a algunos de sus creativos, y los ha entrevistado.
"Mis amigos empezaron a llamarme con muchos cumplidos y alabanzas, pero en un primer momento ni siquiera recordaba de qué estaban hablando. Hice muchas películas en ese momento que nunca llegaron a ver la luz por las circunstancias políticas. Quiero decir, fue un momento muy, muy difícil en el que nos encontrábamos cuando estábamos haciendo la película; la gente estaba más centrada en los cambios de gobierno que en cualquier otro programa o serie", explica Georgiy Shtil, un actor ruso de 89 años que interpretó a Bilbo Bolsón en la película y que admite estar emocionado con que se haya recibiendo tan bien esta adaptación. "Casi no teníamos presupuesto, ni vestuario y casi nada de tiempo. Me sorprendió gratamente que pudiéramos hacer tanto con tan poco" dice Shtil, que ha vuelto a ver la película al completo. "Extraño bastante a todos mis compañeros", afirma el intérprete. Shtil y sus colegas se conocían del panorama teatral de San Petersburgo, donde trabajaban para algunos de los teatros más reconocidos del país. Sin ir más lejos, muchos de ellos continúan actuando allí, a pesar de su avanzada edad.
Sergey Shelgunov, quien interpretó a Merry, habla sobre cómo usaron todo lo que pudieron encontrar de forma gratuita para ambientar su adaptación de la Tierra Media. “Usamos todo lo que había en los decorados, platós y almacenes de aquella televisión, pillamos todo lo que podíamos y nos ofrecían todo lo que tenían ese momento. Los fondos, los accesorios de plástico baratos, las pelucas y el maquillaje. Todo", aclara. Shelgunov estima que la producción de la película solo duró alrededor de una semana, por lo que el equipo no solo no tenía dinero, sino que tampoco tenía el tiempo suficiente. Afirma que mucha de la naturalidad que vemos en las secuencias de su adaptación a Tolkien, como los bloqueos, las reacciones espontáneas y los más que evidentes fallos de montaje o coherencia, se deben a la falta de ensayos adecuados y a las pocas posibilidades que tenían de volver a rodar muchas de las secuencias. Naturalmente, con un presupuesto tan reducido, los actores tenían que mantener sus trabajos originales, muchos de ellos casi a jornada completa y en los teatros de San Petersburgo.
Por si fuera poco, y por añadir algún que otro contratiempo a una producción ya de por sí complicada, debido a la censura soviética sobre las novelas de J.R.R. Tolkien, el equipo solo tenía acceso a una versión traducida y abreviada de La comunidad del anillo para trabajar. Por lo tanto, no tenían ni idea de cómo debería ser Gollum o de qué papel jugaban algunos de los personajes de la epopeya de fantasía. "Con Gollum nos comimos la cabeza. La directora decidió que debería verse extraño, por lo que montamos un disfraz muy particular", explica Shelgunov. "Nuestra versión no tiene los mejores efectos especiales, pero tiene bailarinas profesionales y muchas canciones y poemas. Las nuevas películas no tienen eso", remataba Shtil.