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12 grandes momentos de Los Simpsons

Repasamos algunos de los mejores gags y secuencias de la emblemática serie de televisión.
12 grandes momentos de Los Simpsons
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Con 29 temporadas a sus espaldas, Los Simpsons siguen labrándose su propio nombre dentro del panorama de ficción. Ya no es que sean únicamente la serie de animación más importante y longeva de la historia de la televisión: son un símbolo vivo. La familia amarilla de Norteamérica son un reflejo de una época, de una cultura y de una sociedad. La obra de Matt Groening puede que haya ido desinflándose hacia una amalgama poco cuidada de referencias pop en sus últimas tandas de episodios, pero siguen teniendo algo. Muestra de ello es la última moda en redes sociales, que no es otra que convertir el famoso gag de Jamones al vapor extraído de 22 cortos sobre Springfield, capítulo de la séptima temporada de la serie- en cualquier cosa bajo la forma de meme. Sí, habéis leído bien: cualquier cosa.

Los Simpsons son una serie mítica que lleva con nosotros más tiempo del que somos capaces de imaginar. La serie de FOX comenzó a emitirse un 17 de diciembre de 1989 en España, arrancando en los canales generalistas de TVE y La 2, pasando a posteriori a Antena 3, hogar televisivo que ha mantenido sus emisiones -y eternas reposiciones- hasta nuestros días. Los Simpsons están en nuestras vidas de muchas maneras. Sus gags son una muletilla constante para las conversaciones de muchos -¿os acordáis del capítulo de Los Simpsons en el que…?-, y una fuente inagotable de risas y recuerdos cargados de nostalgia.

Homer, Marge, Bart, Lisa o Maggie, así como el inmenso plantel de secundarios de lujo de la serie de televisión, nos han regalado momentos, secuencias y gags muy memorable, que con el paso de los años han llegado a causarnos más ternura e incontrolables carcajadas de lo que en su día hicieron. Repasamos algunos de los momentos más míticos e insuperables.

Homer y la tarta

Homer adora los donuts -o rosquillas-. Devora cantidades ingentes de cualquier alimento o plato que se le ponga por delante, llámase bocadillo, chuletas o tartas. Una de las secuencias más míticas de Los Simpsons no tiene más elementos en su gag que Homer, una tarta de frutas del bosque y una cocina. "Tartita, yo sólo voy a ir haciendo así: ñam, ñam, ñam. Y si te muerdo, será solo culpa tuya". Con bastante inteligencia y diplomacia, Homer le declaraba sus intenciones a la tarta que de forma pasiva reposaba en la encimera de la cocina. Se trata de un sketch muy simple, que demostraba cómo se podría reinterpretar un gag que nos habían regalado minutos antes con un Bart y una Lisa que se peleaban de la misma manera en el piso de arriba.

‘Lo mío, pa mí’

Ciudadano Kane tuvo su versión en Los Simpsons con el episodio Ciudadano Burns, en el que el magnate dueño de la central nuclear de Springfield se afanaba por recuperar su osito de peluche perdido, un muñeco extraviado de su infancia. El capítulo tiene momentos delirantes, algunos geniales -como ese cierre en el que un Burns metálico y un Smithers robot con forma de perro intentan rescatar de nuevo a su juguete-, pero la canción de este grupo de bailarines de la corte es único. Un síntoma de megalomanía absoluta.

Juego con mi melocotonero’

¿Qué pasa cuándo nos olvidamos de algo y nos lo echan en cara? Pues que, básicamente, nos ponemos a usarlo, mentarlo o tenerlo más en cuenta que nunca, sonando tan forzado y estúpido que se nos nota a la legua que lo hemos hecho para dejar en ridículo a nuestro interlocutor. En este gag, Lisa le demuestra a su madre que sus luchas y peticiones no son un mero capricho, como aquel melocotonero que pidió en su día y al que no le hace demasiado caso. La secuencia se ha hecho terriblemente polivalente, y se usa tanto para echar en cara cualquier cosa a los ecologistas como para destacar lo rápido que van y vienen las modas hoy en día.

‘Doy el callo por dinero…’

A nadie le gusta trabajar. Pero cuando se trata de escapar del trabajo, casi nadie en este mundo tiene tanta maestría como Homer Simpson. El técnico del sector 7-G supo escaparse de sus obligaciones en la central nuclear de Burns construyendo un estrafalario muñeco que demostraba tener una actitud y una canción en el corazón. Sí, acabó ascendiendo y prosperando, pero la cosa no terminó demasiado bien.

‘Taca y a comer’

Homer tiene un problema con la comida, lo sabemos, y por ello decidió comprarse unas cintas de audio que, mientras dormía, le ayudaban a controlar su apetito. Sin embargo, algo pasó, y en el envío le acabó llegando un pack con el que mejorar su lenguaje. De esta forma, el padre de familia pasaba a hablar como un recién graduado en filología, cogiendo de la nevera sextetos cerveciles o dejando pasmados a los suyos con su correcta terminología. Pero dado que nada es para siempre, Homer pronto deja de usar unas cintas que no le han ayudado nada a perder peso. El resultado es una de las frases más grandes de toda la serie.

Dr. Zaius

"-¡Quítame las manos de encima, sucio simio!", espeta Troy McClure en el escenario. -¡Puede hablar!, contestan los simios sorprendidos ante las capacidades del humano. -¡Y caaantaaar!", contesta. Y es así, con mucho amor por lo que se adapta, cuando se crea un homenaje musical a El planeta de los simios, la obra maestra de la ciencia ficción. El sketch tiene momentos delirantes, muy cuidados, con la aparición estelar del simio albino, el Dr. Zaius, todo un referente cultural que ha acabado convirtiéndose en un meme.

‘Voy a matar a Moe’

¿Qué ocurriría si uno de vuestros mejores amigos os roba la receta del éxito? En el capítulo centrado en el flameado de Moe, un particular cocktail ideado por Homer del cual el dueño del bar más sórdido de Springfield se apropia sin mediar palabra, el técnico de seguridad de la central nuclear acaba un poco por los suelos. Homer siente que le han traicionado, y que el nuevo rumbo del local le pertenece. Agotado y lleno de ira, decide fugarse de la cárcel y emprender ‘el asesinato’ de Moe montado en el carrito de la librería que gestiona el bueno de Hans Toppo. Un sketch digno de los Monty Python que durante la etapa de Mou en el Real Madrid, fue uno de los memes más repetidos en las discusiones futbolísticas.

‘Hola, señor Thompson’

Homer es un poco cerril. Un poco obtuso. Le cuesta coger mucho los conceptos, y la verdad, a veces es una tarea estéril explicarle algo. En este episodio, un homenaje cinematográfico a El cabo del miedo, la familia Simpson debe mudarse de Springfield hacia otro nuevo pueblo tras la amenaza del actor secundario Bob, obteniendo nuevas identidades y trabajos. Mediante el programa de protección de testigos, el FBI decide entrenarlos para que sepan quiénes serán todos y cada uno de ellos en sus nuevas vidas. Si bien Bart, Lisa o Marge captan la idea, al pobre de Homer le supone un mundo.

Homer y los Canteros

No hay nada que le guste más a un norteamericano que una secta, una logia o un club exclusivo. Si a eso le sumamos la atracción inherente por cosas tan kitch en nuestros días como la masonería, tenemos como resultado uno de los mejores capítulos de la historia de la serie. En el undécimo episodio de la novena temporada de Los Simpsons, Homer ingresa en un elitista y oculto club: el de los Canteros. La logia de los Canteros es una ácida crítica a lo absurdo de este tipo de comunidades, las profecías religiosas y los derechos de admisión. Si bien tiene secuencias de caer desternillados desde el sofá, el número musical brilla con luz propia. ‘¿Quién retrasa los avances de la NASA?’

‘Os traigo el amor…’

Ay, los años noventa. En aquella época, asistimos al boom de las series de televisión. Vivimos el nacimiento de Twin Peaks y el éxito de la serie Expediente X, que nos invitaba a creer en fenómenos paranormales, misterios sin resolver y alienígenas. En su octava temporada, Los Simpsons se permitían el lujo de invitar a sus dos estrellas principales, David Duchovny y Gillian Anderson, a un capítulo que nos metía de lleno en una historia con supuestas abducciones, extraterrestres, fenómenos extraños y masas enfurecidas y confusas en los bosques de Springfield. Una joya que nos traía amor y paz, y que al final, como en un capítulo de Scooby Doo, tenía un giro de guion que lo esclarecía todo.

¡No conquistas nada con una ensalada!

Se trata de uno de los gags más recurrentes de la historia de Los Simpsons. Lisa, vegetariana irredenta y de convicciones morales sólidas, intenta explicarles a los suyos que deben ofrecer una alternativa saludable en forma de ensalada a los que asistan a la tremebunda barbacoa que van a celebrar en su casa, y a la que medio pueblo está invitado. Poco más que decir, el chiste se cuenta prácticamente solo, y qué demonios, ¡no existe canción más pegadiza!

Hazlo por ella

Sí, Los Simpsons es una serie de humor, y como tal, muchas de sus tramas están auspiciadas y aderezadas con gags y situaciones de mucha risa. Pero la serie de FOX sabe cómo tocar la fibra sensible de cualquiera, y cuando se pone realista, posible y dramática, consigue que el más pintado se derrumbe ante su enternecedora propuesta. En este episodio, Homer nos narra el nacimiento de Maggie, y de cómo la llegada de la pequeña de la familia, trastoca sus planes de futuro y sueños, devolviéndolo de nuevo a la centra nuclear que tanto odiaba. ‘No lo olvide: está usted aquí para siempre'. Y no lo olvidó: lo hizo por ella.

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