Si Xenoblade Chronicles en Wii puso patas arriba el género de los JRPG, demostrando que estos juegos podían evolucionar y ser mucho más ambiciosos sin perder su esencia, su continuación para Wii U no se ha contentado con ser más de lo mismo, y ha vuelto a sorprender con una propuesta sustancialmente distinta. Un juego donde la exploración cobra un papel protagonista, en uno de los mundos abiertos más grandes y fascinantes que hemos visto nunca en un videojuego.

Un juego de rol que se esconde sus mejores cartas incluso cuando hemos jugado decenas de horas, y que es muy exigente y no te facilita nada las cosas, dándote una libertad y con una parquedad de explicaciones a la que hoy en día no estamos habituados. Con un apartado audiovisual delicioso y toneladas de contenidos en su interior, estamos ante uno de los juegos más especiales de 2015, y un imprescindible en el catálogo de Wii U si te gustan los JRPG.