El Senado de Texas ha aprobado un nuevo y polémico proyecto de ley que podría cambiar radicalmente la forma en que miles de personas participan en los sorteos de la Lotería estatal. La iniciativa legislativa SB28 propone castigar con hasta un año de prisión y multas de hasta 4.000 dólares a quienes utilicen servicios de mensajería —plataformas que compran boletos en nombre de terceros— para participar en los juegos de azar del Estado.
Una medida que busca frenar lo que considera una práctica ilegal que elude el control directo de la Lotería de Texas. Estos servicios de mensajería, como Jackpocket o TheLotter, se han popularizado en los últimos años, especialmente entre usuarios jóvenes y residentes en zonas rurales que no tienen acceso fácil a puntos de venta físicos.
La Lotería de Texas, bajo control
El sistema consiste en que el jugador realiza un pedido a través de una app o página web, el intermediario compra el boleto, lo fotografía y lo envía digitalmente al usuario. A cambio, se cobra una tarifa de gestión. Esta intermediación, ahora bajo el foco de la legislación, se consideraría ilegal si la propuesta se convierte en ley.
La legislación SB28 establece penas severas no solo para los proveedores de estos servicios, sino también para los jugadores que los utilicen. Según el texto legal, estará prohibido realizar pedidos de boletos por teléfono o mediante apps, así como aceptar encargos o compensaciones por comprar boletos para terceros.
Juego digital y castigo legal
También se considerará delito facilitar o mediar en este tipo de transacciones, incluso si no media una ganancia económica directa. El endurecimiento normativo llega después de dos casos mediáticos que han puesto en jaque la credibilidad del sistema de lotería estatal. Uno de ellos involucra un premio de $83,5 millones que está retenido porque fue adquirido a través de Jackpocket, y cuyo estatus legal está siendo debatido.
En otro, un grupo ganó $95 millones tras presentar todas las combinaciones posibles, lo que ha desatado dudas sobre la regulación y los vacíos del sistema actual. Para las autoridades texanas, estos casos han servido como justificación para reforzar el control.
Tras su aprobación en el Senado, el proyecto de ley ha sido remitido a la Cámara de Representantes. Si allí también obtiene luz verde, solo quedará pendiente la firma del gobernador Greg Abbott para convertirse en ley. En tal caso, la normativa entraría en vigor el 1 de septiembre de 2025, marcando un antes y un después en la forma de participar en la lotería en Texas y avivando el debate nacional sobre la digitalización del juego y su legalidad.















