El Congreso de los Diputados ha dado un paso clave para endurecer las restricciones sobre el consumo de alcohol al volante en España. La Cámara Baja ha tomado en consideración una proposición de ley del PSOE que busca reducir la tasa máxima de alcohol en sangre a 0,2 g/l y prohibir la difusión de los controles de alcoholemia en redes sociales. La propuesta ha contado con un amplio respaldo parlamentario, con la única oposición de Vox y la abstención del PP.
El límite actual es de 0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire espirado
De aprobarse, España se alinearía con algunos de los países europeos con normativas más estrictas en materia de seguridad vial. Actualmente, el límite de alcoholemia en España es de 0,5 g/l en sangre y 0,25 mg/l en aire espirado para conductores en general, mientras que para noveles y profesionales se reduce a 0,3 g/l y 0,15 mg/l, respectivamente. La nueva medida propone unificar estos valores y endurecer las sanciones.
Con la reducción a 0,2 g/l en sangre, el margen de tolerancia será prácticamente nulo: una sola cerveza podría ser suficiente para dar positivo en un control de tráfico. El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ha respaldado la necesidad de esta reforma con datos preocupantes: un 33% de los conductores fallecidos en accidentes de tráfico tenían alcohol en sangre, mientras que el 29% de los peatones muertos también habían consumido alcohol o drogas.
Prohibido avisar de controles en X (Twitter)
Además, en 2023 se registraron más de 50.000 condenas penales por conducir bajo los efectos del alcohol. Con estos números, el endurecimiento de la normativa se justifica como una medida para salvar vidas. Otro de los puntos clave de la propuesta es la prohibición de compartir en redes sociales la ubicación de los controles de alcoholemia.

La Dirección General de Tráfico (DGT) lleva tiempo denunciando que esta práctica facilita la impunidad de conductores irresponsables. La medida busca evitar que los móviles sean utilizados como herramientas para eludir sanciones, reforzando así la efectividad de los controles policiales en carretera. A pesar del avance legislativo, la nueva normativa aún debe superar el proceso parlamentario antes de su aprobación definitiva.
De materializarse, España endurecería significativamente su política de seguridad vial, acercándose a modelos como el de Suecia, donde la tolerancia al alcohol al volante es casi nula.