El apagón nacional que ha sufrido España, y que desde el Gobierno consideraban imposible, ha sido uno de esos eventos que hacen historia y también preguntas. ¿Qué significa el cero energético? ¿Qué ha pasado con las energías renovables y por qué muchos las señalan como posibles culpables?
Mientras parece descartarse el ciberataque, y muchos se abrazan a la radio en plena era de internet, mientras buena parte del país se quedaba a oscuras, algunos supermercados y marquesinas seguían iluminados como si nada.¿Baterías secretas? ¿Magia? No exactamente. La gran cuestión que muchos se están haciendo ahora es: ¿tener placas solares en casa nos salva de un apagón así? La respuesta corta: no siempre.
Tener placas solares parece la solución ideal para un apagón masivo pero no funcionan exactamente como imaginas
Una instalación solar doméstica típica funciona así: los paneles captan la luz del sol y la transforman en corriente continua (CC). Esa energía viaja a un inversor que la convierte en corriente alterna (CA), lista para alimentar tus electrodomésticos.

En España, la mayoría de estas instalaciones están conectadas a la red eléctrica, lo que se llama sistema on-grid. Así puedes usar la energía solar durante el día, enviar el excedente a la red para compensaciones, y tirar de electricidad convencional cuando no hay sol. Perfecto, claro, hasta que llega el apagón.
Aunque tengas placas solares, si estás conectado a la red y esta se apaga, tus paneles también se desconectan. ¿Por qué? Por seguridad. Según normas europeas como la VDE 0126-1-1, el inversor apaga todo automáticamente en cuanto detecta que la red ha caído. Esto evita que miles de viviendas devuelvan electricidad a una red muerta y pongan en peligro a los técnicos que están intentando arreglarla.
Solo las instalaciones con baterías (de litio o plomo) y un inversor híbrido capaz de funcionar en modo isla pueden alimentar una casa y nuestros electrodomésticos durante un apagón. Y aún así, no hablamos de magia: necesitas un sistema que se separe de la red, un relé que aísle los circuitos esenciales (como el frigorífico o internet) y una inversión nada trivial. ¿El dato real? Apenas un 33% de las viviendas con paneles en España tiene baterías. La mayoría, por tanto, se quedó sin luz igual que el resto.
España tiene sol de sobra, pero la autosuficiencia energética real sigue siendo una promesa parcial. Puedes cubrir entre el 60% y el 80% del consumo anual de una casa media con paneles, pero el coste de las baterías (de 4000 a 9000 euros) y su autonomía limitada frenan el sueño de independizarse del todo de la red. Incluso en pleno siglo XXI, la energía solar tiene letra pequeña.