El gran apagón que este lunes 28 de abril dejó sin suministro eléctrico a amplias zonas de España y parte de Europa ha tenido consecuencias inmediatas en el transporte y los servicios urbanos, pero también ha planteado una duda doméstica esencial: ¿Qué hacer con los alimentos que se guardan en la nevera o el congelador cuando la electricidad se interrumpe durante horas?
Hay un riesgo real en comer alimentos que hayan alcanzado cierta temperatura ambiente
Más allá de la incomodidad, el riesgo real es la proliferación de bacterias si los productos perecederos superan ciertos umbrales de temperatura. Según la Agencia de Seguridad Alimentaria de Estados Unidos (FDA), los alimentos almacenados en el frigorífico comienzan a deteriorarse si pasan más de cuatro horas a temperaturas superiores a los 4 °C. Durante ese periodo, productos como la carne cruda, los huevos, la leche, las salsas, los mariscos o los quesos blandos pueden perder su seguridad microbiológica.
En caso de duda, la recomendación es clara: no consumir aquello cuya temperatura no se haya podido controlar con certeza. Más vale prevenir que enfrentarse a una intoxicación alimentaria. Los expertos de la web FoodSafety.gov, fuente de referencia en materia de conservación de alimentos, disponen de una tabla detallada que indica qué productos deben desecharse tras un corte de electricidad prolongado.
Por ejemplo, si las frutas frescas ya han sido peladas o cortadas, también deberían descartarse tras varias horas sin refrigeración, debido a su mayor vulnerabilidad a la contaminación. Las recomendaciones incluyen además evitar abrir las puertas de la nevera o el congelador durante el apagón, para conservar el frío el mayor tiempo posible.
Qué hacer con las cosas del congelador
El congelador, por su parte, ofrece un margen algo mayor. Si está completamente lleno, puede mantener los alimentos a una temperatura segura durante unas 48 horas; si está medio lleno, ese tiempo se reduce a 24 horas, según datos del Departamento de Agricultura de EE. UU. La lógica es sencilla: cuanta más masa helada contenga el congelador, más tiempo mantendrá las bajas temperaturas. Los alimentos que se descongelen parcialmente y aún contengan cristales de hielo podrían ser seguros, pero si están completamente descongelados, deben cocinarse inmediatamente o desecharse.
Los organismos de salud pública insisten en la importancia de no arriesgar con productos que hayan perdido la cadena de frío. A falta de termómetros específicos en muchos hogares, el mejor consejo sigue siendo el más antiguo: ante la duda, tirar. Lo que se pierde en comida puede evitarse en problemas de salud mucho más serios.
