Hasbro vuelve a sacar brillo a la nostalgia con el Streets of Mos Eisley Playset, un guiño descarado a esa época en la que los fans de Star Wars éramos felices con tres paredes de plástico, un par de cajas y la imaginación como única herramienta narrativa. Y lo decimos con cariño: porque este playset tiene ese encanto viejo-nuevo que solo la Vintage Collection puede provocar, el mismo que te hace sonreír incluso cuando sabes que la pieza es más pequeña de lo que tu infancia recuerda.
Star Wars destapa la nostalgia clásica con un diorama de Mos Eisley hecho para coleccionistas exigentes
La estética es sobresaliente. El diseño parece salido directamente del almacén de utilería de Una nueva esperanza: texturas arenosas, paneles quemados por el doble sol de Tatooine y un acabado que da gusto ver. El Jawa incluido -adorablemente malicioso- vuelve a demostrar que Hasbro, cuando quiere, es capaz de facturar figuras 3,75″ de una calidad que rozan lo premium. Los 11 accesorios cumplen: no te van a cambiar la vida, pero sí completan la estampa con dignidad. Barriles, cajas, un poste, una cámara, suciedad ficticia lo justo para montar tu micro-caos espacial.
¿El problema? Que es demasiado micro. Mos Eisley, la ciudad donde “no encontrarás escoria más vil”, aquí parece un callejón estrecho donde caben tres stormtroopers y poco más. La escala, aunque fiel a la línea Vintage, es una limitación constante: el playset funciona más como pieza de escaparate que como escenario de aventuras. Un coleccionista exigente notará enseguida que falta terreno, posibilidades y amplitud y, a la postre, vida.
Para aportar un poco de contexto, debemos decir que Vintage Collection, además, juega aquí su papel más reconocible: esa mezcla única de homenaje a Kenner y modernización silenciosa que Hasbro lleva puliendo más de una década. Es una línea que vive de la escala clásica de 3,75 pulgadas, sí, pero también de una filosofía muy concreta: recrear el mito en formato manejable. Sus figuras suelen presumir de articulación sólida, esculpido fino y embalajes que despiertan recuerdos incluso en quienes nunca tuvieron los originales.
Pero también es una colección que obliga a negociar constantemente con sus limitaciones: escenarios pequeños, sets que funcionan mejor en compañía y precios que se mueven entre la nostalgia y la premiumización. Streets of Mos Eisley es, en esencia, un resumen perfecto de lo que significa la gama para lo bueno y lo malo: es una pieza compacta, detallista, evocadora y, por momentos, tan minimalista como entrañable, pero también limitada.
Aun así, hay mérito. Hasbro ha logrado que este pedazo de decorado, pese a su tamaño, transmita ambiente. Es perfecto para dioramas reducidos, estanterías bien curadas y coleccionistas que saben combinar piezas con cabeza. Sumado a que está claramente pensado para encajar con futuros (y pasados) módulos, el set tiene algo de “puzle expandible” que muchos fans agradecerán y otros criticarán como una forma elegante de obligarnos a comprar lo siguiente.
Pero hay que reconocerlo: este Mos Eisley reducido tiene chispa. No pretende ser la cantina completa, sino un rinconcito vibrante donde posar a tus figuras favoritas. Es un homenaje funcional, divertido y lo suficientemente detallado como para justificar su compra si eres amante de la escala clásica. Pequeño, sí. Pero también entrañable. Y en el coleccionismo actual, eso ya es ganar puntos.















