China ha dado un nuevo impulso estratégico a su apuesta por las energías renovables con un proyecto de enorme calado: la construcción del primer gasoducto interprovincial dedicado al transporte de hidrógeno verde. El país asiático, decidido a acelerar su transición energética, inicia así una infraestructura pionera que marcará un antes y un después en la gestión de este recurso.
La megaconstrucción china de 400 km que redefine la energía y transporta 100.000 toneladas de hidrógeno verde al año
La iniciativa, liderada por la estatal Sinopec, contempla el trazado de cerca de 400 kilómetros de tuberías destinadas a trasladar unas 100.000 toneladas anuales de hidrógeno verde desde Ulanqab -en la región de Mongolia Interior- hasta Pekín. Las autoridades chinas ya han dado luz verde al comienzo de las obras, un gesto que revela la importancia estratégica del proyecto. En un escenario todavía más ambicioso, este corredor energético podría llegar a quintuplicar su capacidad y transportar hasta 500.000 toneladas al año, según informó Hydrogen Fuel News.
Estamos, por tanto, ante la primera infraestructura de estas características en China, un país que quiere reforzar su liderazgo mundial en tecnologías limpias y cimentar una red de producción y distribución de energía verde capaz de sostener su enorme demanda interna. Este gasoducto funciona además como hoja de ruta: un indicio claro de que China avanza hacia un modelo energético menos dependiente de los combustibles fósiles.
El proyecto no llega solo. Se suma a una amplia cartera de iniciativas de electrólisis repartidas por todo el país, entre ellas la planta de Qingdao, uno de los proyectos más innovadores por su capacidad para generar hidrógeno verde utilizando agua marina. Cada avance constituye un paso más hacia una transición energética que China pretende abordar con amplitud, rapidez y, sobre todo, con escala industrial.
El hidrógeno verde, producido mediante electrólisis al dividir moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno empleando electricidad renovable, se perfila como un recurso clave para descarbonizar sectores industriales intensivos y reducir la dependencia global de las energías fósiles. Limpio, versátil y cada vez más competitivo, el hidrógeno se está convirtiendo en uno de los pilares de la transformación energética del gigante asiático.















