Es una de las películas más esperadas del 2025. Hablamos de Avatar: Fuego y ceniza, la tercera entrega de la ambiciosa saga de ciencia ficción creada por James Cameron de la que hace unos días tuvimos nuevos detalles sobre sus villanos y protagonistas. Las dos primeras entregas, Avatar (2009) y Avatar: El sentido del agua (2022), dos fenómenos comerciales del Séptimo Arte, encuentran en la primera y tercera posición del ranking histórico de taquilla, consolidando el universo de Pandora como un fenómeno cultural y comercial sin precedentes. Ahora, tras criticar los fallos de una gran saga de aventuras y ciencia ficción, Cameron explica que huirá de algunos clichés de Hollywood más habituales.
James Cameron quiere huir de los clichés de Hollywood con su Avatar 3 y tiene claro cómo abordará uno de los temas más delicados de la historia
En esta nueva entrega, Cameron retoma los eventos de Avatar: El sentido del agua, que concluyó con un impacto emocional profundo: la muerte de Neteyam (Jamie Flatters), uno de los hijos de Jake Sully (Sam Worthington) y Neytiri (Zoe Saldaña), durante la confrontación final contra la Administración de Desarrollo de Recursos (RDA). Este suceso, como el propio director de Titanic ha explicado en otras ocasiones, marca a la familia Sully en conjunto, que se ve obligada a enfrentar un proceso de duelo mientras continúan su lucha por la supervivencia y la defensa de Pandora.
La decisión de explorar el duelo de manera realista representa una declaración de intenciones por parte de Cameron, quien busca alejarse de los cliches tradicionales de Hollywood. En el cine comercial, la pérdida de un personaje suele utilizarse como un catalizador para historias de venganza, al estilo de John Wick, o simplemente se minimiza, permitiendo que los protagonistas sigan adelante sin mayor repercusión emocional. El realizador aboga por ofrecer una perspectiva más auténtica y matizada sobre el dolor en su tercera entrega.
En una entrevista reciente con la revista Empire, Cameron reflexionó sobre el tratamiento del duelo en el cine y cómo su experiencia personal ha influido en su visión para esta nueva entrega de Avatar. "Creo que lo que el Hollywood comercial no hace bien es lidiar con el dolor del modo en que los humanos realmente lo hacen. Los personajes mueren y, en la siguiente película, todos vuelven a ser felices", comenta el director.
"He perdido a mucha gente, amigos y familiares, en los últimos seis u ocho años, y no funciona así. Tampoco te enfurece tanto como para convertirte en un ejército de un solo hombre y matar a todos esos cabrones, que es otro cliché de Hollywood. Te hace sentir un poco deprimido y jodido", indica el cineasta, que piensa que hay que buscar un equilibrio en un film muy oscuro. "No digo que nuestra película sea depresiva y jodida, sino que creo que lidiamos con esa parte de la vida con bastante honestidad”, concluía el realizador de Terminator. El legado comercial de Avatar proporciona a Cameron la libertad creativa para abordar temas emocionales complejos -algo poco habitual en el blockbuster- sin comprometer su visión artística. Con más de 2900 millones de dólares recaudados por la primera entrega y más de 2300 millones por la segunda, la saga se ha convertido en un referente del cine de gran presupuesto, demostrando que las historias pueden ser épicas y al mismo tiempo emocionalmente creíbles.
El estreno de Avatar: Fuego y ceniza, programado para el 19 de diciembre de 2025,