En 1947, en pleno auge de la Guerra Fría, un grupo de científicos de la Universidad de Chicago, parte del famoso Proyecto Manhattan, creó el Reloj del Juicio Final. Una metáfora catastrófica que durante 44 años marcó el pulso atómico de la humanidad. A pesar de los esfuerzos por desmilitarizar la energía nuclear, este campo nunca deja de ser un terreno de competencia.
Hoy, en un escenario geopolítico renovado, China está demostrando con hechos lo que ya se intuía: su papel como gigante global. Mientras su influencia científica y tecnológica, y su poderío militar se expande, un nuevo complejo de investigación de fusión láser en Mianyang ha salido a la luz. Este centro no solo pone de manifiesto el liderazgo chino en innovación, sino que supera al homólogo estadounidense en California por un 50%.
El vertiginoso progreso nuclear de China levanta alarmas en todo el planeta
El avance en la fusión láser tiene implicaciones profundas, tanto para el futuro de la energía como para el balance militar global. Pero, ¿qué significa realmente este paso para el futuro de la humanidad? Bueno, la fusión láser, o fusión por confinamiento inercial, busca replicar el proceso que ocurre en el corazón del Sol: fusionar núcleos de hidrógeno para liberar enormes cantidades de energía.
Mediante potentes haces láser, se comprime una cápsula de combustible a temperaturas extremas, iniciando una reacción de fusión. Si se consigue dominar esta técnica, se abriría un abanico de posibilidades: desde una fuente de energía limpia hasta nuevos materiales y hasta tratamientos médicos como la lucha contra el cáncer.
Pero como cualquier tecnología, hay otro lado en esta ecuación. La misma tecnología que podría generar energía limpia tiene aplicaciones en el desarrollo de armamento nuclear. La fusión láser permite simular explosiones nucleares en laboratorio, sin necesidad de realizar pruebas de campo, lo que resulta fundamental para el desarrollo y mantenimiento de armas nucleares. Este avance podría alterar profundamente el equilibrio de fuerzas militares a nivel mundial, que está cada vez más inclinada hacia el lado asiático.
Según un análisis de Reuters, las instalaciones de Mianyang contarán con potentes láseres y cámaras de objetivos para realizar la fusión de isótopos de hidrógeno. El experto Decker Eveleth, de CNA Corp, advierte que este centro tiene tanto un potencial energético como armamentístico. "La capacidad de desarrollar armas nucleares más avanzadas es una preocupación clave para la comunidad internacional", señala.
La Instalación Nacional de Ignición en California es famosa por su capacidad para concentrar 192 láseres en un objetivo diminuto, desencadenando reacciones de fusión. Sin embargo, el centro de Mianyang, que es un 50% más grande, podría superar estas capacidades, ofreciendo a China una ventaja estratégica en la investigación de la fusión láser. Un paso que podría impulsar el desarrollo sostenible, pero también intensificar las tensiones militares a nivel global.















