Marc Benioff, CEO de Salesforce, ha desatado un intenso debate en Silicon Valley tras anunciar públicamente que la compañía ha decidido frenar la contratación de nuevos ingenieros de software.
Durante una intervención en el World Economic Forum, el directivo sentenció: “Somos la última generación que solo gestiona personas”, una afirmación que no solo marca una ruptura con el modelo tradicional de liderazgo empresarial, sino que anticipa un nuevo paradigma en el que los líderes deberán convivir con agentes digitales como parte integral de sus equipos.
Habrá que coordinar IAs y algoritmos en vez de a humanos
En lugar de supervisar exclusivamente empleados humanos, los directivos del futuro tendrán que aprender a coordinar algoritmos, modelos de lenguaje y sistemas autónomos que ya están asumiendo funciones clave dentro de las organizaciones. Esta declaración cobra aún más sentido si se tiene en cuenta el agresivo impulso de Salesforce por consolidarse como una referencia en la inteligencia artificial aplicada a la gestión empresarial. La firma ha invertido masivamente en su suite de herramientas impulsadas por IA, entre ellas la plataforma “Agentforce”, diseñada para automatizar procesos como el soporte al cliente, la segmentación de audiencias o la generación de contenidos publicitarios.
Según datos de la propia compañía, casi la mitad de las empresas del índice Fortune 100 ya utilizan sus soluciones de IA y Data Cloud, lo que ha contribuido a que Salesforce cerrara el primer trimestre de 2025 con unos ingresos superiores a los 10.000 millones de dólares, un incremento del 8% interanual.
Pero Salesforce no está sola en esta transformación. En Google, más del 25% del nuevo código ya es generado por inteligencia artificial, tal y como ha confirmado su CEO, Sundar Pichai. Meta, por su parte, ha comenzado a integrar agentes conversacionales autónomos en sus plataformas sociales, y Amazon utiliza modelos predictivos para afinar sus decisiones logísticas y comerciales.

Ya no es ciencia ficción
Lo que antes parecía ciencia ficción —organizaciones gestionadas en parte por entidades no humanas— se está convirtiendo rápidamente en una realidad operativa. En este nuevo ecosistema, las empresas que no adopten tecnologías de automatización corren el riesgo de perder competitividad, mientras que aquellas que lo hagan deberán enfrentarse a desafíos técnicos, éticos y humanos sin precedentes.
No obstante, el entusiasmo con el que muchos líderes tecnológicos están abrazando la inteligencia artificial no está exento de advertencias. Harry Law, investigador de IA en la Universidad de Cambridge, ha señalado en recientes publicaciones que la proliferación de modelos generativos en entornos corporativos puede derivar en serios problemas si no se establece una supervisión rigurosa. Desde sesgos algorítmicos hasta brechas de seguridad o pérdidas de contexto, la dependencia excesiva de estos sistemas podría minar la fiabilidad del software empresarial. Además, Law subraya que muchos de estos modelos no son tan interpretables como se necesita para tomar decisiones estratégicas con garantías.