El martes por la tarde, un camión que transportaba macacos rhesus volcó en la I-59, al norte de Heidelberg (Misisipi), en Estados Unidos. Varias jaulas se rompieron y algunos animales escaparon. Según el Departamento del Sheriff del condado de Jasper, casi todos los monos fueron localizados y sacrificados poco después, pero uno ha escapado. La procedencia inicial apuntaba al National Biomedical Research Center de Tulane (Nueva Orleans), aunque la propia universidad precisó que ni eran suyos ni estaban infectados, pese a que el primer comunicado policial alertó de “agresividad” y de posibles patógenos. La causa del siniestro no se ha determinado aún.
El pulso informativo se tensó por una discrepancia clave: mientras el sheriff advirtió a la población de que los animales “portaban COVID, hepatitis C y herpes” y debían evitarse sin EPI, Tulane desmintió que tuviesen exposición a agentes infecciosos y anunció el envío de un equipo de especialistas para apoyar a las autoridades. La universidad subrayó además que esos primates pertenecían a “otra entidad”.
Riesgos y protocolos sanitarios
Conviene poner el riesgo en su sitio. Los macacos pueden ser reservorio del virus del herpes B (Macacine alphaherpesvirus 1), una zoonosis rara pero grave que se transmite por mordeduras, arañazos o contacto de fluidos con mucosas o piel lesionada. Los CDC advierten que cualquier exposición a macacos debe tratarse con primeros auxilios inmediatos y evaluación médica; no obstante, los casos en humanos son extraordinariamente infrecuentes fuera de entornos de laboratorio. En suma: ante un incidente así, la prudencia está justificada, pero no equivale a confirmar que “estos” animales porten patógenos específicos.
En el terreno de los hechos, las primeras crónicas coinciden en que no está claro cuántos animales viajaban exactamente ni quién era el propietario final del envío. Las imágenes del arcén muestran cajas dañadas con la leyenda “live animals” y varios ejemplares moviéndose entre la hierba. El operativo lo coordinaron el sheriff, Wildlife and Fisheries de Misisipi y una empresa de “disposición de animales”. La zona del choque se sitúa a unos 160 kilómetros de Jackson. Estos datos han sido confirmados por AP y medios locales que citaron el post original del sheriff en Facebook.
Precedentes y gestión del transporte
El episodio llega con precedentes que ayudan a entender los protocolos. En 2022, un accidente de tráfico en Pensilvania con macacos de laboratorio desató otra búsqueda contrarreloj y derivó en seguimiento médico para personas expuestas a fluidos o heces en el lugar del siniestro. Aquel caso reabrió el debate sobre rutas y criterios de transporte de primates usados en investigación. La lección entonces —y ahora— fue la misma: información transparente, cadena de custodia clara y mensajes públicos que eviten sobredimensionar el riesgo, sin rebajar las precauciones.















