Encontrar civilizaciones extraterrestres o vida fuera de la Tierra podría ser un poco más fácil. Pese a que cada vez más astrofísicos están abiertos a la idea de que seres de otros planetas están ahí emitiendo señales o acercándose a nuestro planeta de diversas maneras, y a que la ciencia ha llegado a contabilizar más de 4000 exoplanetas, algunos de ellos potencialmente habitables, ¿cómo podemos llegar a saber si alguno de ellos está o ha estado habitado por algún tipo de raza inteligente? Según el centro Espacial Goddard de la NASA, existen formas mucho más eficientes que las señales de radio: los biomarcadores producidos por la contaminación atmosférica.
Estudiando el dióxido de nitrógeno y su relación con la posible contaminación
La NASA tiene una idea: buscar civilizaciones extraterrestres en base a su polución. La contaminación atmosférica podría ser un proceso lógico para indagar en la búsqueda de una raza de alienígenas inteligente.
Pero para poder separar ciertos elementos arrojados a la atmósfera que pueden ser el producto de fenómenos naturales o de actividad volcánica, uno de los autores de la investigación, Ravi Kopparapu, nos explica que existe un indicador muy concreto que puede sernos de utilidad en estos menesteres: el dióxido de nitrógeno o NO2.
En estos momentos en la Tierra, como explican en Gizmodo, el 76% de todo el dióxido de nitrógeno presente en la atmósfera de nuestro planeta procede de la combustión ligada a la maquinaria, las fábricas o la quema de combustibles. Sí, hay un factor importante ligado a los procesos naturales más comunes como las tormentas o los volcanes, pero su proporción es mucho menor y anecdótica si hacemos números. Kopparapu cree que la polución es un indicador muy inteligente, ya que puede alertar de la presencia de tecnología en base a componentes o trazas como las de los clorofluorocarbonos (CFC), moléculas que son el resultado de procesos muy específicos de combustión. Pero hay un problema: ni el tipo de refrigerantes ni el tipo de tecnología que consideramos nosotros como muy avanzada puede llegar a existir en otra civilización, con un avance o un desarrollo distinto al nuestro.
Es por eso que el NO2, un indicador más general y común, sí nos puede ayudar a comprender o vislumbrar algún tipo de combustión artificial, ya que hasta dónde sabemos, su existencia nos invitará a pensar que existe algún proceso tecnológico en ese planeta que ha llegado a arrojar una buena cantidad de dióxido de nitrógeno en la atmósfera. Aunque esta tecnología no elimina los falsos positivos y podemos encontrar procesos naturales, se puede comenzar por ahí. En estos momentos, la NASA está desarrollando modelos y escenarios en base a la inteligencia artificial que permitan diferenciar las concentraciones de NO2 de origen artificial, de aquellas provenientes de fuentes naturales. Los próximos años pueden ser fascinantes en este campo.