Ray Fisher recibe el apoyo de Jason Momoa en su lucha contra DC y Warner

Ray Fisher sigue envuelto en su particular lucha contra Warner Media, DC Films y Joss Whedon por los abusos del director durante el rodaje de Liga de la justicia tras la marcha de Zack Snyder del proyecto. Fisher, que fue muy duro en sus declaraciones, confirmó que el cineasta trató muy mal a los actores y actrices, cometiendo tropelías de todo tipo en los sets y explotando a los trabajadores involucrados. Ante la gravedad de las acusaciones, de las que el intérprete de Cyborg alegó tener pruebas, WarnerMedia decidió abrir una auditoría e investigación independiente para clarificar el asunto. Sin embargo, Fisher habría sido acusado de entorpecerla, no aportar pruebas y complicarlo todo. El actor dice que es falso, que están desacreditándolo, y Jason Momoa, Aquaman en el cine, ha acudido en su apoyo.

Fisher contra todos: un caso que se complica por momentos

El actor que dio vida Cyborg en la gran pantalla parece que está sumido en un cruce de declaraciones perpetuo. Tras criticar abiertamente a Whedon, y acusarlo de abusador -un hecho que se ha repetido en boca de otros actores y actrices de producciones diferentes-, Fisher decidió contratar a un investigador privado y apuntar con el dedo a los productores de DC Jon Berg y Geoff Johns, quienes supuestamente no hicieron hecho nada para evitar estos comportamientos durante el rodaje de Liga de la justicia.

Según el actor, fueron cómplices, alentaron a ellos y miraron para otro lado cuando la cosa se complicó en exceso. El pasado fin de semana, Warner anunció que Fisher no había cooperado con el investigador contratado por la empresa, entorpeciendo los trabajos. El actor, ni corto ni perezoso, aprovechó las críticas para realizar una nueva acusación hacia Walter Hamada, presidente de DC Films.

"Gracias por el apoyo y por intuir que todo es un intento desesperado de Warner para desacreditarme y continuar protegiendo a aquellos que están en el poder. Me reuní con el investigador vía Zoom el 26 de agosto. Debajo tenéis un email que le mandé a mi equipo y al sindicato Sag Aftra inmediatamente después", explicaba Fisher en una serie de tuits. “Acabo de terminar la conversación con el investigador. He tenido que dejarlo antes de que entráramos en detalles. Definitivamente ha sido puesto en el caso por Warner Bros. Pictures y no por Warner Media. Notificaría sus descubrimientos directa y únicamente a Warner Bros", matizaba el intérprete. Este es un punto interesante: es la productora cinematográfica y no el ente empresarial global el que parece haber contratado al investigador, sesgando lo que debería ser un trabajo independiente.

"Es más. Tenía a otra persona en línea de la que no me había hablado. Le dije que necesitaba tener un representante en la misma conversación para mayor seguridad", confesaba Fisher en tuiter, cuestionando la objetividad de la investigación. Mientras sus compañeros de reparto hacían mutis por el foro, Jason Momoa ha decidido apoyar públicamente al actor. A través de una historia de Instagram, la estrella ha comentado que Fisher está haciendo lo correcto para esclarecer el asunto. ¿A dónde nos lleva todo esto? A que parece que la investigación de Warner está en tela de juicio. Whedon tiene un largo historial de rumores y filtraciones que parecen cuestionar su forma de trabajar, pero no será este caso el que arroje más luz. Los intereses corporativos están por encima en esta ocasión, y las acusaciones de Fisher, de no tener pruebas sólidas, pueden caer en saco roto.