La frugalidad orgullosa emerge como un fenómeno que redefine las prioridades de la generación Z y los millennials en China, marcando una ruptura con los valores de opulencia que caracterizaron a generaciones anteriores. En el contexto de una crisis laboral que dificulta el acceso al empleo, los jóvenes han transformado la austeridad en un desafío colectivo. Este movimiento, ampliamente compartido en Xiaohongshu —la popular plataforma con más de 300 millones de usuarios, de los cuales la mitad pertenece a la generación Z—, consiste en mostrar cómo subsistir con un presupuesto mínimo, generando una narrativa que celebra el ahorro y la autosuficiencia.
De la opulencia al ahorro creativo
En Xiaohongshu, las publicaciones de platos elaborados con menos de 70 dólares al mes se han convertido en virales. Fotografías detalladas muestran sopas, arroces fritos y recetas ingeniosas que aprovechan al máximo los ingredientes básicos. Este cambio hacia una cultura del ahorro no solo es una respuesta económica, sino también una declaración de principios en un entorno digital anteriormente dominado por el lujo y el consumo desmedido. En lugar de presumir bolsos de diseño o superdeportivos, ahora los "likes" se ganan con la creatividad y la moderación.
Más allá de lo económico: habilidades y metas
Los participantes del movimiento destacan que este giro hacia la frugalidad va más allá de una necesidad económica. Ingenieros, estudiantes recién graduados y trabajadores en paro encuentran en este desafío una oportunidad para desarrollar habilidades como la cocina, y para reducir su dependencia de los servicios de comida a domicilio. Algunos incluso afirman haber logrado ahorrar lo suficiente para plantearse metas ambiciosas, como adquirir una vivienda o mudarse a ciudades con mejores perspectivas laborales, todo ello gastando menos de 20 yuanes al día, unos 2,60 euros.
Una nueva relación con el bienestar
La frugalidad orgullosa no solo redefine la relación de los jóvenes chinos con el dinero, sino también con su salud y bienestar. Al sustituir los pedidos por comida casera, muchos han notado beneficios en su dieta, eliminando alimentos ultraprocesados y volviendo a lo esencial. Este cambio ha permitido que se hable no solo de economía, sino también de sostenibilidad personal y ambiental, promoviendo hábitos que van en contra del derroche.
Un modelo de resiliencia para el futuro
Este fenómeno subraya cómo las generaciones jóvenes en China están encontrando maneras innovadoras de enfrentar las adversidades económicas y transformar una situación precaria en una experiencia enriquecedora. En lugar de sucumbir a la frustración, están creando una tendencia que no solo refleja su resiliencia, sino que podría sentar las bases de un estilo de vida más consciente y sostenible, con lecciones que resuenan mucho más allá de las fronteras del gigante asiático.