A pesar de que varios países están buscando competir con Arabia Saudita en la construcción de rascacielos imponentes —como Brasil con la torre residencial más alta del mundo—, en Medio Oriente se están desarrollando proyectos que, una vez completados, serán difíciles de superar. Uno de estos es la Torre Jeddah, que, tras años de estancamiento, ha reanudado sus obras con la intención de convertirse en el rascacielos más alto del mundo. Además, están surgiendo otras propuestas futuristas, como el ambicioso proyecto de The Line.
La Torre Jeddah, que aspira a superar el Burj Khalifa con más de 1.000 metros de altura, tuvo un retraso considerable desde 2018 debido a la purga anticorrupción en Arabia Saudita, que paralizó el desarrollo. Sin embargo, en 2023 las obras se retomaron oficialmente, con un enfoque renovado para concluir este colosal edificio. Este rascacielos no solo será una maravilla arquitectónica, sino también el eje de un nuevo distrito económico en la ciudad.
Diseño innovador y desafíos de construcción
Diseñada por Adrian Smith, el mismo arquitecto del Burj Khalifa, la Torre Jeddah contará con una estructura cónica, lo que le proporcionará mayor estabilidad y permitirá gestionar mejor los fuertes vientos a gran altura. Además, se espera que sea una ciudad vertical, con un hotel de lujo, apartamentos, oficinas y comercios. El diseño también incluirá innovaciones para el ahorro de energía, aprovechando la presión del aire del desierto para enfriar el edificio.
A pesar de que el proyecto ha tenido contratiempos significativos, como la detención de varias figuras clave durante la purga saudita, el gobierno ahora parece decidido a llevarlo a término. Se estima que el coste del rascacielos ha aumentado a 1.900 millones de dólares, con gran parte de la inversión ya realizada. Las expectativas están puestas en que este coloso esté finalizado para 2028, una década después de la fecha inicialmente planeada.
El éxito de la Torre Jeddah también dependerá del desarrollo de su entorno, Jeddah Economic City, un megaproyecto de 20.000 millones de dólares. Si todo va según lo previsto, la torre no será solo un edificio aislado en medio del desierto, sino el corazón de una nueva ciudad. Sin embargo, aún quedan dudas sobre cómo evolucionarán otros proyectos de la región, como The Line, cuyo avance también ha sido más lento de lo esperado y cuya finalización está prevista para 2030.