El grupo de jóvenes que nacieron entre finales de la década de los 90 y comienzos de la de los 2000, está creando nuevos desafíos y debates en el ambiente laboral. A pesar de que muchos aún se encuentran en la fase de integración total al mercado de trabajo, aquellos que ya han progresado en ese camino se encuentran con dificultades para obtener la confianza de sus empleadores. En este contexto, surge un dato esclarecedor: según un sondeo efectuado por Generation Lab, la mayoría de estos jóvenes, de la denominada generación Z, argumenta que el secreto para aumentar la productividad laboral se encuentra en implementar una semana laboral de cuatro días. Un 81% de los participantes en la encuesta, de un grupo de 1.033 jóvenes, sostiene que esta acción resultaría sumamente ventajosa para las empresas donde laboran.
Esta visión no es un concepto independiente. Estudios recientes, como los realizados en España con empresas que han implementado un horario laboral de cuatro días, apoyan esta perspectiva. Las experiencias de estas compañías señalan que los trabajadores bajo este sistema no solo gozan de un mayor reposo, sino también de una mayor creatividad, mejoran su equilibrio entre la vida laboral y personal y, en general, demuestran un mayor compromiso con su trabajo. Además, se ha observado una tendencia ascendente en la productividad, lo que sugiere que la reducción de los días laborales puede maximizar la utilización del tiempo de manera más eficiente.
Un cambio de enfoque en el equilibrio laboral
La discusión acerca del trabajo remoto, que ganó popularidad durante la pandemia, parece estar decayendo, mientras que la propuesta de una semana de trabajo de cuatro días adquiere acuerdo entre trabajadores y empresarios.
No obstante, el sondeo también muestra que únicamente el 40% de los jóvenes opta por laborar desde casa en lugar de trabajar en oficina, lo que sugiere que el problema principal podría no radicar en el sitio de trabajo, sino en el balance entre la vida personal y laboral. Algunos líderes sugieren soluciones intermedias, tales como laborar cuatro días en la oficina y dejar el viernes para el trabajo a distancia o más adaptable.
A escala mundial, el World Economic Forum ha llevado a cabo ensayos con 360.000 empleados donde se registró una notable disminución de los niveles de estrés y fatiga, así como un incremento en la satisfacción y felicidad general de los trabajadores cuando se estableció una semana de trabajo más breve. Estos hallazgos cuentan con el respaldo de la ciencia y las comisiones de salud, reforzando así la noción de que la semana de cuatro días puede ser más que una mera tendencia temporal.
Incluso corporaciones de gran envergadura como Microsoft han puesto en marcha esta propuesta. A pesar de la reconocida dependencia laboral que caracteriza a muchos trabajadores japoneses, Microsoft registró un aumento del 40% en la productividad debido a la implementación de una semana laboral de cuatro días. Este ensayo demuestra que, si se aplica correctamente, esta modalidad podría simbolizar el futuro laboral en varias zonas del planeta.