La segunda temporada de El Señor de los Anillos: Los anillos de poder se aproxima a su final en Prime Video arrasando en audiencias y convirtiéndose en un éxito para Amazon. La ficción de fantasía, basada en Los Apéndices de J.R.R. Tolkien, nos devuelve a la Segunda Edad, contándonos cómo Sauron embaucó a los herreros Elfos de Eregion para forjar los anillos de poder con los que dominar la Tierra Media. Si bien ya hemos visto cuáles son los poderes y el impacto de los Tres Anillos de los Elfos, la adaptación de J.D. Payne y Patrick McKay también ha dejado claro cómo los Anillos de los Enanos corrompen las mentes de los hijos de las Montañas Nubladas. Pero ¿cuáles son sus poderes y cómo funcionan en Los anillos de poder?
Siete anillos para los Señores Enanos en casas de piedra: ¿Qué poderes tienen y qué rol desempeñan en Los anillos de poder?
No hace falta saber demasiado de la extensa mitología de Tolkien para saber que, de una forma u otra, los anillos de poder juegan un papel crucial en la relación de las diferentes razas de la Tierra Media con Sauron. Como el propio poema del anillo nos indica, sabemos que siete de estos anillos fueron entregados a los Señores Enanos de la Segunda Edad, pero el destino y el poder de estos anillos difieren significativamente de los de los Elfos y los Hombres, debido en parte a la naturaleza misma de los Enanos. Bajo su falsa identidad de Annatar, y sirviendo como emisario de los Valar, Sauron se internó en el territorio elfo de Eregion, hogar de los grandes herreros élficos, y embaucó a Celebrimbor para la forja de estas piezas, que en la serie de Amazon son entregados a Durin III.
Si estudiamos el Legendarium de Tolkien, veremos que los poderes de estas piezas difieren a los vistos en los Grandes Anillos o incluso el Único, pese a que tenemos muy poca información de los mismos. Sí parece que uno de los poderes clave de los anillos de los Señores Enanos era potenciar el deseo de acumulación de riquezas, ya que estos se hicieron cada vez más codiciosos bajo su influencia, lo que a menudo llevó a la creación de enormes tesoros. Curiosamente, pese al mal imbuido en ellos por Sauron, que embrujó los anillos bajo su presencia en Eregion, estas sortijas no podían corromper el corazón de los enanos ni dominarlos completamente, algo que el Señor Oscuro no previó.
"Los enanos son más difíciles de dominar, pues su raza fue creada por Aulë, el Valar de la forja y la roca. Ni la influencia de Sauron, ni el poder de los Anillos podía corromperlos de la misma manera que a los hombres" (Apéndices, El Señor de los Anillos). El propio Tolkien remarca esta idea, que se menciona en El Silmarillion, indicando que los anillos amplificaban la codicia y la obstinación natural de los Enanos, si bien no concedían la inmortalidad ni el poder de invisibilidad, y como a los hombres que recibieron los Nueve, sí incrementaban su resistencia y tenacidad.
En la ficción de Amazon hemos visto cómo estos anillos parecen que ayudan a multiplicar la producción de sus operaciones mineras, cavando en lugares en los que no se habían abierto galerías en Khazad-dûm, así como aumentando la extracción de piedras preciosas, entre ellas el Mithril, el cual se convertirá en el mayor orgullo de los Reinos de los Enanos y su mismísima perdición. Además, Durin III, en uno de los episodios, parece sentirse inspirado por un poder superior para saber dónde picar para encontrar el exterior de las Montañas Nubladas y traer la luz de nuevo a su reino tras haberse perdido esta conexión con el Sol en un derrumbe al comienzo de la segunda temporada, aunque eso significa contradecir sus propias normas de seguridad.
Los Siete Anillos en Los anillos de poder y El Señor de los Anillos y su destino en la Tierra Media
El destino de los Siete Anillos sí está documentado por Tolkien. Sabemos que cuatro de ellos fueron destruidos por dragones que codiciaban los tesoros acumulados por los Enanos, algo habitual, sobre todo teniendo en cuenta que los grandes gusanos del norte se sentían atraídos por el oro y las riquezas. En otras palabras: la naturaleza destructiva y codiciosa de los dragones fue determinante en la desaparición de estos anillos de poder. Los tres anillos restantes fueron recuperados por Sauron, como se menciona en El Señor de los Anillos: "De los Siete Anillos que otorgó a los Señores Enanos, tres recuperó, y los otros fueron devorados por los dragones" (Tolkien, Apéndice A, El Señor de los Anillos).
En relación a los Nueve es interesante observar cómo, a pesar del poder de los anillos de poder forjados por Celebrimbor y Sauron, los Enanos no se convirtieron en siervos del Señor Oscuro ni fueron completamente corrompidos por el mal alojado en estas sortijas. Esto se debe a su resistencia natural y a la fuerte independencia de su raza en comparación a otros Pueblos Libres de la Tierra Media. Sin embargo, es innegable que su aparición condenó a muchos de los grandes señores de la Segunda Edad y significó la ruina de muchas de sus casas.
Uno de los ejemplos más claros del impacto de un anillos sobre los Enanos y su dinastía es el de la Casa de Durin, que aparece en la historia de la Montaña Solitaria -aquella que leímos en El Hobbit-. El Rey Thráin II, padre de Thorin Escudo de Roble, poseía uno de los anillos de los Enanos, pero fue capturado por Sauron, quien le arrebató el anillo y lo dejó morir en cautiverio. Este hecho es importante porque muestra cómo, aunque Sauron no podía controlar completamente a los enanos, sí utilizaba los anillos para debilitarlos de otras formas y crecer en forma y poder tras la caída de Númenor y la Guerra de la Última Alianza. Pese a que estas joyas de gran poder aumentaron la codicia y deseo de riquezas de los Enanos, pero no lograron corromperlos ni someterlos como Sauron esperaba.