El litoral español, con sus 8.000 kilómetros de playas y acantilados, se encuentra ante una amenaza inminente: la subida del nivel del mar. Según el informe "Crisis a toda costa 2024" publicado recientemente por Greenpeace, en el escenario actual de aumento del nivel del mar y contaminación, se prevé que para 2030 se produzcan impactos muy graves en 194 puntos de nuestra geografía costera, donde las inundaciones podrían transformar de manera irreversible el paisaje que conocemos. Ciudades icónicas como Barcelona, Vigo y A Coruña, y destinos turísticos como la playa de Zahara de los Atunes en Cádiz, la playa de Matalascañas en Huelva o Santa Pola en Alicante, entre otros, se verán seriamente afectados por la subida del nivel del mar, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y el turismo masivo, poniendo en riesgo el medio ambiente, la economía local y el patrimonio cultural.
Impacto del calentamiento global en el litoral español
La NASA y otras entidades científicas, como el IPCC, llevan tiempo alertando sobre el impacto del calentamiento global en el aumento del nivel del mar. En los últimos diez años, éste ha crecido de manera inusual, impulsado por el deshielo de las zonas árticas y el calentamiento de los océanos.
En el informe, la organización ecologista resalta las severas condiciones que está experimentando el Mediterráneo debido al aumento de las temperaturas marinas. Aunque el calentamiento de los océanos es un fenómeno global, el Mare Nostrum ha demostrado ser especialmente vulnerable a estas variaciones. Las temperaturas récord que ha registrado están provocando una expansión térmica del agua, haciendo que las moléculas se muevan a una velocidad mayor y ocupen más espacio, lo que incrementa el volumen total del mar. Además de este fenómeno, la subsidencia, un proceso de hundimiento gradual del suelo causado por factores tanto naturales como humanos, está intensificando la problemática. En el Mediterráneo, la subsidencia es la responsable de que el nivel del mar suba casi tres veces más rápido que en las zonas costeras estables.
Creciente riesgo de inundaciones en España
El ritmo al que aumenta el nivel del mar en España se ha duplicado en los últimos 20 años. Mientras que entre 1946 y 2019 el nivel del mar subía a razón de 1,6 mm anuales, desde 2019 esta tasa ha aumentado a 2,8 mm por año, casi el doble. Este acelerado ascenso está teniendo un impacto significativo en numerosas playas y zonas costeras del país.
De acuerdo con la regla de Bruun, formulada en 1962 por el geólogo danés Per Bruun, se establece que por cada metro de incremento en el nivel del mar, la línea costera se retrasa entre 50 y 100 metros, dependiendo de la pendiente de la playa y de la configuración del litoral. En España hay varias regiones bajas y zonas costeras particularmente vulnerables a inundaciones debido a esta elevación del nivel del mar.
Como hemos observado, la costa andaluza cuenta con más de 40 puntos afectados por la subida del nivel del mar en solo seis años. Asimismo, el 64,8% de las playas de la costa valenciana han reducido su extensión debido a la sobreurbanización y las barreras artificiales en la última década, además de experimentar un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos. En Cataluña, la situación es igualmente preocupante, con tramos costeros en grave deterioro. Actualmente, el 15% de la superficie urbanizada en la región se encuentra en zonas inundables (marítimas o fluviales), lo que incrementa significativamente el riesgo durante la época de lluvias torrenciales.
La amenaza para el norte de España y las Islas Canarias
El norte de España tampoco escapa a la erosión y la subida del nivel del mar. Zonas costeras como Zumaia, San Vicente de la Barquera, Suances, la desembocadura del Sella, Ría de Arousa y 56 puntos más del litoral Cantábrico y Galicia están bajo alto riesgo de inundación.
En el caso de las Islas Canarias se estima que la subida media del nivel del mar oscile entre los 27 y 75 cms en escenarios de bajas y de altas emisiones respectivamente para finales de siglo, lo que supondría una pérdida de la superficie de las playas de entorno al 48% en un escenario de bajas emisiones, pero de casi el doble, con una pérdida del 8% de la superficie de las playas, en un escenario de altas emisiones.
La creciente presión sobre nuestras costas, exacerbada por el calentamiento global y el deshielo polar, representa una amenaza urgente y creciente para el litoral español. El acelerado aumento del nivel del mar y fenómenos como la subsidencia intensifican la erosión costera, haciendo necesaria una acción inmediata y coordinada para preservar nuestro patrimonio natural y el bienestar de las comunidades. Es crucial adoptar medidas decisivas y estratégicas para adaptar nuestras infraestructuras y políticas costeras. Sólo una respuesta robusta y bien planificada, basada en la ciencia y en una visión a largo plazo, podrá mitigar los efectos del cambio climático en nuestras costas.