Hay pocas dudas al respecto. El talento de Francis Ford Coppola, que pronto estrenará su polémica Megalópolis, es incuestionable. El realizador es reconocido no solo por su forma de rodar sino también por su testarudez, una cualidad que, en el caso de El Padrino, resultó ser una bendición disfrazada debido a las enormes tensiones que se vivieron en aquel proyecto que, a la postre, cambiaría a toda una industria en su totalidad. Esta obstinación fue clave para que la película no solo llegara a la pantalla grande, sino que se consagrara como una de las mejores de la historia del cine como hemos visto en Vandal Random. Lo curioso de este enrarecido clima es que una de las secuencias más importantes de toda la cinta, casi no llegó a rodarse. El director de Drácula la filmó en secreto y bajo amenazas.
Francis Ford Coppola filmó en secreto y bajo amenazas del estudio una de las mejores secuencias de 'El Padrino'
El rodaje de El Padrino estuvo plagado de tensiones y enfrentamientos entre Coppola y los ejecutivos de Paramount, tanto es así que incluso se ha filmado una serie al respecto, The Offer, que podéis disfrutar en SkyShowtime. Pues bien, el productor Robert Evans y el director tenían visiones opuestas sobre casi todo, desde las elecciones del reparto hasta el desarrollo de ciertas escenas cruciales para la trama. Uno de los conflictos más notorios fue sobre la inclusión de Marlon Brando y Al Pacino, actores que Coppola defendió fervientemente frente a la resistencia del estudio. La historia le daría la razón al director.
Pues bien, una de las muchas batallas que Coppola libró fue sobre la escena de la muerte de Vito Corleone en el huerto, mientras jugaba con su nieto. Paramount consideraba esta escena "innecesaria" y prefería saltar directamente al funeral para simplificar la narrativa y ofrecer un mayor impacto en el espectador.
Aunque Coppola parecía ceder a las presiones del estudio, y decidió firmar una suerte de tregua en pos de que el metraje no se ralentizara, en realidad tramaba cómo filmar la escena en secreto.
El set de la secuencia inicial de la boda fue transformado por Coppola para convertirlo en el huerto, algo que hizo rápido y sin levantar sospechas, y así logró filmar la escena deseada. Un representante del estudio se percató de sus intenciones y se apresuró a informar a Evans y a la junta directiva, indicando que, literalmente, el cineasta se había declarado en rebeldía desoyendo los consejos del equipo. Sin embargo, Coppola, decidido y astuto, ya había filmado la muerte de Vito Corleone tal como la había imaginado. Fue rápido y directo. Luego, en la sala de montaje, Paramount se dio cuenta de cómo había vuelto a clavarlo: el realizador había conseguido dar a la película un final emotivo, realista y conmovedor, valiéndose del talento de Brando y de una estampa -la de un abuelo jugando con su nieto en un huerto- que se quedó grabada en la memoria de todos los espectadores.
La producción de El Padrino fue, en esencia, una guerra de poderes. Cada día de rodaje era un campo de batalla donde Coppola, junto a Marlon Brando, Al Pacino y el resto del reparto, luchaba por mantener su visión intacta. Las tensiones eran palpables y las disputas frecuentes, pero fue precisamente esta intensidad y compromiso lo que permitió que la película se convirtiera en una obra maestra del cine. Un filme fruto de sus circunstancias. Veremos si nueva película tiene suerte cuando se estrene en España.