Desde su lanzamiento hace dos semanas, las Apple Vision Pro han generado un torbellino de expectativas y críticas en el ámbito de la tecnología. Incluso han protagonizado todo tipo de escenas distópicas de personas con el visor en el gimnasio, cogiendo el metro, teniendo citas románticas e incluso conduciendo un patinete por la calle. Ahora el wow inicial ha desaparecido y algunas tiendas registran hasta ocho devoluciones al día.
Demasiado pesadas para un uso prolongado
A pesar de su diseño estético y las promesas de una inmersión sin precedentes en la realidad mixta, usuarios y expertos han expresado su descontento, principalmente debido al peso, lo que las hace incómodas para un uso prolongado. Según reportes de The Verge o Bloomberg, algunos propietarios no han tardado en devolver las gafas antes de que concluya el plazo de devolución de 14 días ofrecido por Apple, aunque no hay datos oficiales ya que la compañía no suele facilitarlos.
Las quejas se centran en la fatiga y molestias ocasionadas por el uso prolongado, debido al peso mencionado, lo que pone en tela de juicio la viabilidad de las Vision Pro para actividades cotidianas como ver películas o trabajar durante varias horas seguidas.
El diseño de las Vision Pro, aunque visualmente atractivo, parece haber sacrificado la comodidad y portabilidad en aras de la calidad de los materiales y la innovación. La carcasa de aluminio y la óptica de cristal, sumados a una batería externa, contribuyen a un peso considerable que dificulta el uso extendido del aparato. La reacción del mercado hacia las Vision Pro ha sido mixta, con críticas que van desde la comparación desfavorable por parte de Mark Zuckerberg, CEO de Meta, hasta análisis que cuestionan la orientación del producto hacia el consumidor promedio, ya que el precio de las gafas es de 3.500 dólares.
Caras y difíciles de compartir
También hay usuarios que se quejan mencionando lo mucho que aíslan las gafas de las personas que están alrededor, a pesar de las cámaras y la inmersión en tiempo real. Mientras que otros señalan que después de usarlas unos días, las ventanas flotantes no nos tan eficientes como tener varios monitores. Expertos sugieren que para mejorar la experiencia de usuario, Apple debería considerar el uso de materiales más ligeros como la fibra de vidrio o el Kevlar, y ajustar la distribución de peso del dispositivo. Otro de los problemas es la necesidad de tener que calibrar las gafas cada vez que se van a compartir con otra persona, aunque en este caso Apple solo necesitaría una actualización de software para solucionarlo y no un rediseño completo del dispositivo.