Avi Loeb, un astrofísico de Harvard, lleva años en una misión singular: encontrar evidencias de vida extraterrestre. Su proyecto más reciente implica la grabación del cielo entero utilizando una red internacional de telescopios. Esta ambición lo llevó hasta Papúa Nueva Guinea para investigar si un meteorito detectado en 2014 era parte de una nave espacial interestelar. Allí recogió unas extrañas bolas metálicas. A pesar de la crítica académica y mediática, Loeb mantiene su enfoque, defendiendo su independencia y el valor de su búsqueda.
El interés de Loeb por los objetos interestelares ganó atención con el descubrimiento de 'Oumuamua en 2017. Este objeto, con dimensiones y comportamientos inusuales, fue categorizado como interestelar.
El astrónomo, junto a Sean Kirkpatrick, sugirió en un estudio que "Oumuamua podría ser una vela solar de una nave extraterrestre", una hipótesis que despertó tanto interés como escepticismo en la comunidad científica.
Ahora el astrónomo se ha encontrado de bruces con un estudio que contradice sus palabras. El análisis, realizado por Patricio A. Gallardo de la Universidad de Chicago ha aportado una nueva dimensión al debate sobre estas esférulas metálicas halladas por Loeb. Gallardo, tras analizar detalladamente la composición química de estas bolas, las comparó con varios contaminantes terrestres, llegando a la conclusión de que su origen podría ser más mundano de lo propuesto por Loeb.
Según esta investigación, las características químicas de las esférulas, especialmente su contenido en berilio, lantano, uranio y níquel, encajan con las expectativas de cenizas de carbón, un subproducto común de la combustión industrial. Este hallazgo sugiere que podrían ser residuos industriales, es decir, contaminación, más que evidencia de tecnología extraterrestre.
La investigación de Gallardo, aunque aún no revisada por pares, plantea importantes preguntas sobre la metodología y las conclusiones rápidas en la ciencia. Este contrapunto evidencia cómo en la ciencia, especialmente en campos tan fronterizos como la búsqueda de vida extraterrestre, las hipótesis audaces deben ser contrastadas con análisis y sobre todo interpretaciones más convencionales.