En una época en la que el mamut lanudo campaba a sus anchas por Siberia, unas lombrices intestinales quedaron atrapadas en el permafost sin remedio. Sin embargo, como si se tratase de la película de Re-Animator o peor aún, La Cosa de John Carpenter, un grupo de científicos ha conseguido devolverlos a la vida.
Estado criptobiótico
Los gusanos Panagrolaimus kolymaensis, también conocidos como nematodos, han desafiado las expectativas científicas al revivir después de haber estado en estado criptobiótico, congelados en el permafrost siberiano durante unos 46.000 años. Este fenómeno fue descubierto por investigadores liderados por Anastasia Shatilovich en 2018, quienes hallaron dos de estos organismos en temperaturas bajo cero dentro del suelo. Inicialmente, se creía que los nematodos podían mantenerse en este estado latente por un máximo de 40 años, pero estudios posteriores han demostrado que pueden hacerlo durante decenas de miles de años.
La investigación, cuyos resultados se han hecho públicos en la revista PLOS Genetics, no solo aporta conocimientos sobre la supervivencia de los nematodos en condiciones extremas, sino que también podría influir en cómo los expertos consideran la posibilidad de revivir otras especies extintas. Estos organismos tienen la capacidad de suspender sus sistemas biológicos cuando se enfrentan a condiciones desfavorables, lo que significa que detienen su movimiento, reproducción y metabolismo.
Más de mil millones de personas con gusanos parásitos
La relevancia de este descubrimiento se magnifica al considerar que más de mil millones de personas en todo el mundo están infectadas con gusanos parásitos, y el hecho de que se han descubierto nematodos vivos en el cerebro humano. Además, el estudio de huevos parasitarios antiguos puede aportar información crítica sobre el pasado biológico de nuestro planeta y ayudar en la preparación ante futuros patógenos emergentes debido al cambio climático.
Durante el análisis de los nematodos congelados, se descubrió que pertenecían a la especie Panagrolaimus kolymaensis, considerada previamente extinta. Los investigadores han logrado reanimar a estos individuos y han encontrado que varios de ellos son viables entre más de 300 muestras de depósitos de permafrost estudiadas.
Este estado de congelación, el animal logra conservarse mediante la desecación y la congelación rápida, una técnica que también ha sido cuestionada por su realismo en escenarios naturales. Sin embargo, este mecanismo de congelación ha permitido a los investigadores aprender sobre las adaptaciones de los organismos a condiciones ambientales extremas.
Clave para resucitar otros animales
Además, los científicos han identificado genes clave que permiten a los nematodos alcanzar y salir del estado criptobiótico. Estos genes también se encuentran en la especie contemporánea Caenorhabditis elegans, que es ampliamente utilizada en laboratorios de todo el mundo. La investigación sugiere que sin un azúcar específico llamado trehalosa, los nematodos no pueden sobrevivir.
Aunque aún no existen aplicaciones prácticas directas del entendimiento profundo de la criptobiosis, los investigadores enfatizan que esto no debe ser un motivo para detener la investigación. Descubrimientos como este destacan que el permafrost siberiano sigue siendo una fuente invaluable de descubrimientos, habiendo revelado virus antiguos, cuerpos momificados y una variedad de criaturas microscópicas a lo largo de los años.
Aunque hay preocupaciones sobre las consecuencias de desenterrar microorganismos antiguos, especialmente durante una pandemia, los estudios se realizan en entornos de laboratorio estériles y controlados para minimizar los riesgos. Este tipo de investigaciones podría incluso abrir la posibilidad de encontrar vida en planetas con condiciones similares a las del permafrost.