Hay pósters de películas que son auténticas obras de arte. Aunque estamos acostumbrados a los esperados tráilers de próximas películas, conviene no olvidar los pósters y carteles promocionales. Vas al cine y ves el póster de alguna película que no conocías y quizás al final quieras ver. Pero luego están los pósters de películas en ciertas zonas de África, especialmente en Ghana. ¿No entendéis de qué va el asunto? Bueno, pronto lo haréis, si es que nunca os habéis cruzado con uno de estos pósters, que son parte de las leyendas de internet.
Los terribles pósters de películas de Ghana. ¿Por qué eran así?
Sobre estas líneas tenéis el póster de Misión Imposible y, sinceramente, es uno de los mejores. Al menos, desde luego, es uno de los que menos se aleja de la idea de la película, porque otros son... perturbadores. No como el póster de una peli de terror moderna, sino como el que podéis ver a continuación y que servía para promocionar Señora Doubtfire, una de las comedias más importantes de los 90 y protagonizada por el inolvidable Robin Williams.
Si nos atenemos al terrible cartel promocional, Robin Williams (que, por algún motivo, sujeta la punta del zapato de su alter ego), mientras está disfrazado de mujer, parece que también se dedica a apuñalar a la gente en el ojo con una escoba con una floritura digna de ballet, algo de lo que evidentemente no va la película. Luego está el de Space Jam, en el que Michael Jordan lo mismo juega al baloncesto que se lía a tiros con los invasores en una película para toda la familia.
Pero ¿cuál es el origen real de estos horrores? Bueno, el motivo es bastante sorprendente y hasta comprensible. Por un lado hay que aclarar que son pósters para videoclubs y no los propios estrenos. Ahora hay que ponerse en situación. Estamos en los años 80. En las grandes ciudades hay cines pero no en zonas de menor importancia y los pueblos. Esto, lógicamente, es igual en Ghana, de donde vienen estos carteles. En esos pueblos triunfan los videoclubs. Como explicaba Brian Chonkin (coleccionista y propietario durante más de una década del videoclub Odd Obsession, cuyo nombre se puede ver en muchos de los pósters) en una entrevista a Timeout él mismo encargó varios para su videoclub a alguno de los artistas originales de estos carteles. En la época de la que hablamos, estos videoclubs eran itinerantes: un coche o furgoneta, reproductores de VHS, un generador y a correr.
Como podéis ver con esta imagen del cartel de The Office, también se llegaron a emitir series, porque el público, lógicamente, quería verlas. El problema está en que imprimir los carteles originales era muy caro en la zona. Así, lo que se hacía era contratar artistas para pintarlos a mano. ¿El segundo inconveniente? Que muchas veces no habían visto la película. Una idea general, un poco de imaginación, y el resto es historia. Historia terrorífica. En serio, si creéis que Nicolas Cage no puede ser más exagerado que en Renfield, mirad la siguiente imagen.
Ojo, porque nos hemos centrado en pelis de Hollywood que llegaban al cine africano, pero lógicamente tienen producciones propias. Lo que se denomina Nollywood tiene algunas cintas realmente terribles con carteles igual de terribles en este estilo. Predominan las cintas de lo que parecen historias de terror e híbridos humano-animal, en concreto hay una gran proliferación de serpientes y buitres, por algún motivo.
Ojo porque no todo son carteles dibujados. También hay grandes fotomontajes que van desde imitaciones de The Avengers hasta Ija Oba, donde podemos ver lo que claramente es Obama en una cinta que... es imposible adivinar de qué puede ir por el póster, la verdad.
Aunque el cine de Nollywood sigue existiendo (y los pósters se siguen creando), parece ser que ahora optan por fotomontajes, lejos de los dibujos que tantas veces han corrido por internet. Es evidente que, con el progreso, ahora seguramente es más barato imprimir que pagar a un dibujante. Más aún cuando, al final, hay coleccionistas de estos carteles y se pagan de cientos a miles de euros por algunos. Después de todo, forman ya parte de la historia del cine a nivel internacional, incluso si para algunos no son más que una mera curiosidad.
Una buena promoción salva o hunde cualquier película, serie o videojuego. El éxito arrollador de Barbie, por ejemplo, ha contado con una promoción genial. Sin embargo, vas y estrenas una película inspirada en una famosa atracción y se hunde porque, directamente, la gente no sabía siquiera que se había estrenado. Pero lo que está claro es que estos pósters no dejan claro de qué va la cinta y puede que algún espectador entrase y se encontrase con algo... diferente de lo que el cartel prometía.
