El cineasta Christopher Nolan, reconocido por sus narrativas complejas y espectaculares visuales, ha regalado al cine algunas de las secuencias más memorables de los últimos tiempos. Sin embargo, cuando se le pidió que eligiera su escena favorita durante el Festival de Cine de Tribeca, segín recoge la revista Far Out, el director sorprendió al señalar la secuencia de apertura de El caballero oscuro: La leyenda renace. Esta elección destacó no por ser una de sus películas más complejas en términos narrativos, sino por la impecable ejecución técnica de un momento cargado de acción y tensión.
La escena, en la que el villano Bane —interpretado por Tom Hardy— secuestra un avión en pleno vuelo, es una demostración de la maestría técnica de Nolan. “Fue el resultado de meses de planificación y ensayos meticulosos, incluyendo saltos en paracaídas y técnicas de ‘windwalking’. Todo se logró con métodos tradicionales, y el uso de efectos visuales fue mínimo”, explicó el cineasta. Para él, esta combinación de técnicas clásicas y resultados modernos es un ejemplo perfecto del poder del cine práctico.
Nolan tiene su propia manera de dirigir
Su método, profundamente intuitivo, evita el uso de guiones estructurados y en cambio se basa en diagramas y conceptos inspirados en la obra de artistas como Escher. Esta metodología le permite entretejer historias complejas que logran ser tanto espontáneas como profundamente calculadas, un balance que define su obra.
Christopher Nolan says the scene he’s most proud of in his entire filmography is the opening plane sequence in The Dark Knight Rises (2012)
— cinesthetic. (@TheCinesthetic) November 13, 2024
“Edito rápidamente, intentando capturar ese rayo en una botella. Es un proceso que pienso como algo instintivo, más impresionista que técnico”, comentó. Esto, sumado a su capacidad para “sentir” más que “pensar” durante la creación, ha cimentado su reputación como uno de los narradores visuales más destacados del cine contemporáneo. Aunque Nolan expresó su orgullo por la escena mencionada, su filmografía posterior —incluyendo los éxitos visuales y narrativos de Dunkerke, Tenet y Oppenheimer— nos hace preguntarnos si alguna de estas obras más recientes podría destronar a su elección.