Robert Kirkman estableció una máxima en sus cómics de The Walking Dead: cualquier personaje podía morir. El autor, que reveló detalles de una trama descartada con Shane como villano, ha explicado que las muertes de los héroes y protagonistas de su historia postapocalíptica con zombis llegan sin avisar, siendo momentos que generan un punto de inflexión a la par que se convierten en hechos icónicos dentro de la trama principal. Ahora, mientras la serie de televisión finaliza y llegan toneladas de spinoff, Kirkman recuerda la muerte más traumática y la que más impacto le generó mientras escribía las viñetas del cómic que lo cambió todo.
La muerte que traumatizó a Kirkman y que cambió The Walking Dead para él
"Pobre Axel", explica el autor en Cutting Room Floor, ofreciendo nuevos comentarios y aproximaciones al cómic original que se publicó en 2008 y que ahora está siendo reeditado bajo una nueva apariencia, completamente a color. "Es una muerte tan casual, tan perdida en el caos. Aún lo sigo echando de menos.
Realmente amaba a ese personaje", prosigue Kirkman. Axel llegó a The Walking Dead o Los muertos vivientes como uno de los personajes del correccional Meriwether, la prisión en la que los héroes se refugian y que sería asaltada por el Gobernador a posteriori.
Axel tenía sobre sus espaldas varias sentencias por robo a mano armada, y se encontraba cumpliéndolas cuando el Apocalipsis y los caminantes hicieron su irrupción. Axel se posicionó junto a Rick Grimes cuando otros presidiarios, Thomas, Dexter y Andrew se tornaron violentos e intentaron dar un golpe de estado dentro de la prisión, reclamándola para ellos. "Para mi todo este arco se convirtió en uno de los más importantes del cómic durante mucho tiempo", explica. "Pasó de todo en apenas unos números, y mirándolo con perspectiva, quizás fue el que nos llevó al número 100 y a la día de que todo podía pasar en esta historia", continúa, haciendo alusión a la entrada de Negan y la muerte de Glenn.
El escritor habla de que en la serie The Walking Dead de AMC, aunque el personaje de Lew Temple sufría un destino similar, sus creadores querían convertirlo en un asesino en serie oculto, secuestrando y asesinando a Beth (Emily Kinney) en secreto, para revelar en un episodio posterior que es un asesino en serie. Los planes cambiaron gracias a la presión de Andrew Lincoln, que también intentó que no falleciera en la producción televisiva. El intérprete del personaje asimiló su destino, y como confesó hace unos años, decidió dejar el pabellón bien alto y ajustarse a lo que habían dictaminado los cómics originales.