En el stand de Ubisoft, tras conseguir un pase VIP, pudimos acceder a una demostración privada de Brothers in Arms; no se nos dejó jugar al juego, como ocurre con varios títulos, pero en la demostración pudimos comprobar en qué medida el salto a la nueva generación afecta a la alabada experiencia de juego de Brothers in Arms.
El motor gráfico, como por otra parte es de esperar, muestra unos mundos tremendamente detallados, destacando efectos como el motion blur, la iluminación o la reflexión en los cristales; también el humo, especialmente el de los cigarrillos, generado en tiempo real usando tecnología de simulación de fluidos. En cuanto al juego en sí, en general tanto los personajes de nuestro escuadrón como los enemigos se muestran mucho más vivos. No solo están ahí para apoyarnos o para que les ataquemos, sino que nuestros compañeros cometerán errores y tomarán la iniciativa, y los enemigos estarán haciendo algo cuando les ataquemos. Una de los ejemplos que vimos en la demo fue el fuego de una artillería. Cuatro alemanes colaboraban para preparar la carga, transportarla, introducirla en la pieza y dispararla, para luego ver como el cartucho vacío caía del cañón y, con física realista y cierta aleatoriedad, caía al suelo. Tras una orden a nuestros compañeros, estos acababan rápidamente con los alemanes.
También pudimos ver cómo otros escuadrones de soldados aliados progresaban paralelamente a nosotros por el escenario, entrando también en combate con los alemanes, lo que a veces puede entorpecer una aproximación sigilosa, por ejemplo. El juego cuenta con novedades jugables, como más órdenes para nuestros compañeros y la posibilidad de acostarse y arrastrarse –pedida durante meses por los usuarios-. Llegará a finales de este año, y por el momento no se ha confirmado un modo online.