Análisis de Brothers in Arms: Hell's Highway (PS3, PC, Xbox 360)

No resulta fácil abrirse hueco en un mercado tan competitivo como es el de la acción en primera persona con juegos basados en un conflicto como es la Segunda Guerra Mundial. Gearbox y Ubisoft lo lograron con creces gracias a Brothers in Arms y su secuela, dos títulos que dejaron a un lado la tónica predominante de enfrentar al usuario en solitario –aunque podían acompañarnos, claro, otros personajes- contra centenares de enemigos, para ahondar en el combate por escuadras. Una decisión para nada baladí ya que sin duda, lograron crear una experiencia de juego muy distinta a la que estábamos acostumbrados.

No por nada, aparte de controlar al sargento Baker como en cualquier otro juego de acción, también debíamos comandar a un grupo de soldados divididos en varias escuadras que teníamos que combinar sabiamente para frenar las acometidas enemigas, o para asaltar satisfactoriamente sus posiciones. Ahora, tras varios retrasos, por fin podemos disfrutar de la tercera entrega de esta serie, muy conservadora en su planteamiento jugable, aunque con la misma emotividad de siempre para plasmar los sentimientos de un grupo de soldados en la guerra.

Un equipo no tan sólido

Fiel reflejo de las miserias propias de un conflicto bélico como la Segunda Guerra Mundial, el argumento de este nuevo episodio nos transporta a Holanda en septiembre de 1944. De nuevo al frente del sargento Baker, varias escuadras de combatientes lucharán a nuestro lado en este sangriento y negro episodio histórico para los aliados. No en vano, en Hell’s Highway viviremos en todo su esplendor la operación Market Garden, una operación orquestada por Montgomery con la que se pretendía trasladar el frente de batalla desde Holanda hasta la mismísima Alemania, pero que finalmente terminó en un estrepitoso fracaso de las fuerzas aliadas que perdieron a más de quince mil hombres en tan solo ocho días.

Con este punto de partida, dará inicio esta nueva campaña protagonizada por el mismo grupo de soldados vistos en anteriores entregas de la serie. De nuevo, controlaremos en primera persona al sargento Baker que contará con el apoyo de hasta tres escuadras de soldados distintas a la vez. Con ellas, deberemos anular al enemigo usando diversas estrategias que a fin de cuentas, se basarán en el aprovechamiento de los elementos del entorno para lograr una buena cobertura, mientras nosotros y el equipo de asalto tratamos de flanquear a los rivales que, por supuesto, también aprovecharán el entorno para protegerse de nuestro fuego. Por lo tanto, el juego resulta idéntico a lo visto con anterioridad, salvo por determinados matices.

Por un lado, la acción se ha simplificado bastante con respecto al original, no resultando tan vital la colaboración con nuestras tropas salvo en determinados tramos de la operación en los que los enemigos nos atacarán en masa desde todos los frentes. El problema, sin embargo, es que este tipo de situaciones resultan demasiado escasas en comparación con lo visto en anteriores entregas de la serie, donde de verdad sentíamos que nosotros, en solitario, no podíamos hacer nada frente a un enemigo mejor posicionado y con más efectivos. De este modo, bastará con buscar una buena posición desde la que guarecernos del fuego enemigo, para desde allí disparar con paciencia a todos los contrarios. En la mayoría de casos, no tendremos problemas para terminar con su vida.

Lógicamente, esto no significa que debamos dejar al margen a nuestros aliados, ya que su ayuda resultará vital en muchos casos. Así, por ejemplo, podemos ordenar a nuestro equipo con MGs que neutralicen a un enemigo disparando sin descanso sobre su posición (fuego de supresión), mientras nosotros y otra escuadra nos ocupamos de otros soldados rivales sin tanta presión sobre nuestra cabeza. Igualmente, con la inclusión de una escuadra equipada con bazookas, podemos derribar algunas posiciones de cobertura más débiles como los sacos de arena, cajas de madera, o mobiliario urbano, abatiendo a los pobres nazis que se encuentran tras estos obstáculos, o cargarnos de un plumazo los nidos de ametralladora que de otro modo nos pondrían las cosas realmente difíciles –resulta espectacular ver cómo estallan estas posiciones situadas sobre los edificios de Eindhoven-.

Por otro lado, aunque en la mayoría de casos siempre iremos acompañados de una o dos escuadras –al final de la aventura tres-, habrá determinados tramos de la partida que los recorreremos en solitario, como en cualquier otro juego de acción. Por supuesto, la necesidad de cubrirnos constantemente no desaparece, aunque sí se pierde parte del realismo y la estrategia que atesoraban las anteriores entregas de la saga. Igualmente, se ha eliminado la posibilidad de dirigir a los tanques junto a nuestras escuadras, aunque estos blindados sí protagonizarán alguna que otra misión en Hell’s Highway. En concreto, serán tres las misiones en las que controlaremos directamente a un tanque, algo que aunque resulta bastante divertido –fulminaremos a decenas de enemigos con una facilidad pasmosa-, choca bastante con el planteamiento jugable con el que Gearbox creó Brothers in Arms.

Pero pese a esto, de nuevo debemos resaltar que el juego sigue siendo tan real como siempre. Esto significa que no podemos salir y correr por el escenario como si fuéramos un superhéroe, ya que estas historias siempre terminan mal en el juego, ni tampoco pensar que contaremos con un arsenal increíble que nos va a permitir salir de todas las situaciones de peligro posibles. En Hell’s Highway, únicamente podremos llevar dos armas de fuego y la pistola, pudiendo eso sí intercambiarlas por las de los enemigos. Algo que ha sido resuelto de una forma muy efectiva ya que al final combinaremos nuestros escasos recursos eficientemente sabiendo aprovechar al máximo las virtudes de estas armas.

Un conflicto entre hermanos

Comentado todo esto, hay que resaltar que este nuevo trabajo de Gearbox sigue siendo tan intenso y emotivo como siempre. De nuevo, nos veremos envueltos en situaciones críticas que nos pondrán al límite obligándonos a usar a conciencia a nuestras tropas, que no dudarán en llamarnos la atención si hacemos algo mal, o festejar la caída de un enemigo. Al respecto, entre batalla y batalla se nos irán presentando una serie de secuencias cinemáticas fantásticamente bien realizadas que continuarán ahondando en las relaciones personales de estos soldados que sin quererlo, se han visto involucrados en un conflicto bélico de unas proporciones mayores a las previstas inicialmente. El problema, sin embargo, es que la historia no calará tan hondo en los usuarios que no disfrutaran de las anteriores entregas de la serie.

Decimos esto porque la historia y todas las vivencias que marcarán las relaciones de estos soldados estarán muy ligadas a Brothers in Arms y su secuela, por lo que todo aquel que no los disfrutara –o no recuerde con exactitud todo lo que pasó en los mismos-, se sentirá muy perdido cuando constantemente se haga referencia a sucesos acaecidos con anterioridad. Algo que no ha sido resuelto de forma correcta por Gearbox, que no han sabido contextualizar adecuadamente toda esta trama en Hell’s Highway. Sí, al inicio de la partida se nos resumirán algunos de los acontecimientos más importantes vistos con anterioridad, pero no se ofrecen los suficientes detalles como para que los usuarios sepan exactamente por qué pasan determinadas cosas.

Otro aspecto que echa por tierra parte del atractivo del juego lo encontramos en la inteligencia artificial de nuestros aliados y enemigos. En nuestro caso, las tropas reaccionarán bien al entorno y buscarán cobijo siempre que el enemigo les ataque, respondiendo de forma eficiente al fuego enemigo. El problema, sin embargo, radica en que en muchos casos, cuando les indicamos a nuestras escuadras que se dirijan a un lugar, éstas lo harán usando el camino más peligroso posible, exponiéndose irremediablemente al fuego cruzado. Por lo tanto, no será nada raro perder a varios de nuestros efectivos con situaciones tan tontas como estas. Y decimos que son tontas porque en la mayoría de casos, hay varias rutas alternativas mucho más seguras que la que suelen tomar.

En lo que respecta a nuestros enemigos, estos también presentarán comportamientos bastante buenos, aunque también otros de lo más cuestionables. Por un lado, destaca su capacidad para reaccionar a nuestras estrategias retrocediendo si ven que nos acercamos a su posición o han perdido la cobertura, resultando algo más complicado flanquearles. Aunque esto no siempre ocurre así, ya que en muchos casos, los enemigos se quedarán quietos sin saber muy bien qué hacer, lo que convertirá algunas escaramuzas en un "tiro al pato" de lo más cruel. Tampoco los enemigos serán tan agresivos como en el título original, por ejemplo, quedándose estáticos en sus posiciones a expensas de ver qué hacemos, sin ni siquiera usar las granadas para intentar terminar con nuestra vida.

Por todo esto, unido a la citada simplicidad de la acción, el juego puede decepcionar a los aficionados al original y su secuela, que se encontrarán en este Hell’s Highway con un gran título de acción, pero no tan bueno como podría haber sido. Y esto pese a contar de nuevo con una interfaz de usuario genial gracias a la cual, en cuestión de segundos, podremos dirigir a nuestras escuadras por el entorno sin ningún problema, favoreciéndose así el empleo de las mismas. El problemas es que al dotarlas de tan poco peso efectivo en el desarrollo de la acción, la experiencia de juego no resulta tan plena.

Bajo una lluvia de fuego

A nivel técnico, Hell’s Highway se trata de un muy buen título que cuenta con un apartado gráfico fantástico en determinados aspectos, que se complementa a la perfección con el soberbio trabajo realizado a nivel sonoro. Al respecto, hay que remarcar que esta nueva obra de Gearbox cuenta con una ambientación de lujo que no tiene nada que envidiar a grandes superproducciones de Hollywood como Salvar al Soldado Ryan o la serie Hermanos de Sangre, de la que toma muchas de sus virtudes narrativas. Así, nos encontraremos con un muy buen modelado en los personajes, con unos rostros bien definidos y expresivos para los protagonistas, que lograrán conmovernos en más de una ocasión. Algo que se debe también al magnífico trabajo llevado a cabo por Ubisoft a la hora de localizar el juego a nuestro idioma, usando para ello las voces de los mismos actores de doblaje de las anteriores entregas de la serie.

Otro aspecto realmente cuidado es el diseño de los escenarios y su amplitud. Recorrer por ejemplo una ciudad como Eindhoven mientras es bombardeada por los alemanes, o adentrarnos en un oscuro hospital desolado por el conflicto bélico resulta francamente espectacular. En este sentido, cuando destacamos la amplitud de los escenarios nos referimos a lo bien hilvanados que están todos los niveles que componen cada uno de estos entornos, ya que se irán abriendo nuevas zonas de batalla conforme cumplamos los objetivos. Sin embargo, como decimos, a fin de cuentas, siempre estaremos siguiendo el camino preestablecido por los desarrolladores, algo que podría haberse disimulado de otra forma ya que en algunos casos, la acción puede caer en el tedio por estar haciendo siempre lo mismo.

Tampoco podemos olvidarnos del motor de físicas del juego, que si bien iba a ser uno de sus puntos fuertes al incluir elementos del entorno susceptibles de ser derribados, como algunas de las citadas posiciones de cobertura, al final estamos ante un título que se queda a medio camino. Sí, podemos destrozar una valla y dejar al enemigo al descubierto. Sí, también podemos romper los bancos de una iglesia y coger desprevenidos a los enemigos. Pero no podemos tumbar una simple silla, o derribar otro tipo de elementos susceptibles de romperse con facilidad, porque los desarrolladores no estimaron oportuno dotarlos de tal característica. Algo que desluce mucho el apartado técnico de Hell’s Highway precisamente por hacerlo todo demasiado artificial.

Y es una pena porque ver saltar por los aires una barricada formada por sacos de arena, con los enemigos tras de sí –con desmembramientos incluidos-, resulta francamente espectacular. Sobre todo porque en muchos casos, la acción se ralentizará para mostrarnos con más detalle estas secuencias. Lo mismo ocurrirá, por ejemplo, cuando peguemos un tiro en la cabeza a un enemigo. En estos casos, los efectos de partículas brillarán con luz propia.

También las texturas se muestran muy irregulares. Por un lado, habrá momentos en los que las mismas tardarán en cargar más de lo debido, dejando determinados entornos o algunas secuencias muy deslucidas. También, se combinarán texturas de gran calidad con otras no tan detalladas, ofreciendo un resultado pobre que choca con la espectacularidad de otros escenarios o situaciones. Por otro lado, en alguna ocasión sufriremos alguna que otra ralentización o pequeños tirones, aunque tampoco será lo habitual.

Ante esta faceta tan irregular, es todo un consuelo que el juego cuente con un gran apartado sonoro. Primero, por su banda sonora, que acompañará a la perfección a toda la acción. Pero también, como destacábamos con anterioridad, resulta digno de mención el doblaje al castellano; así como el sonido empleado para representar las explosiones, el rugir de los carros de combate, o las diversas armas de fuego –muy bien recreadas a nivel sonoro-.

Un viaje descorazonador

Como los protagonistas de la acción, los usuarios se sentirán algo decepcionados ante este nuevo Brothers in Arms por todo lo comentado anteriormente. Estamos ante un gran juego de acción táctica, con misiones espectaculares que nos harán disfrutar de lo lindo, y un trabajo de documentación fantástico que ha permitido a Gearbox recrear el conflicto de una forma realista y espectacular. Sin embargo, Hell’s Highway ha sido simplificado más de la cuenta, algo que decepcionará a los fieles seguidores de las anteriores entregas de la saga; lo que no significa que no les vaya a gustar, ya que el juego mantiene el tipo.

Lo hace también a nivel técnico, aunque con demasiados altibajos, sobre todo en su apartado gráfico y la inteligencia artificial, y en el desarrollo de la acción, gracias sobre todo a un núcleo central en la trama de Hell’s Highway que nos hará vivir situaciones increíbles. El problema, sin embargo, es que también habrá varias misiones algo aburridas, y otras que no casarán nada bien con el planteamiento jugable de Brothers in Arms. Hablamos, clara está, de las misiones protagonizadas por el tanque o por nosotros mismos en solitario. La última misión del juego también resulta algo decepcionante por la forma en la que concluye, ya que es anti climática en comparación con todo lo vivido anteriormente. Esto por no hablar del apartado multijugador del juego, que decepcionad enormemente.

Aún así, pese a que claramente el juego decepciona, no podemos obviar todas las virtudes que atesora, y que le diferencian de otros muchos juegos de acción ambientados en la Segunda Guerra Mundial. Por ello, sigue siendo una compra de lo más recomendable para los apasionados a la acción que quieran vivir en primera persona, y de una forma muy emotiva, un conflicto de tal envergadura. Podría haber sido mucho mejor, pero Hell’s Highway cumple una de sus máximas premisas. Hacernos vivir la guerra como muy pocos títulos consiguen.