Con Metro: Last Light, la saga Metro llevó esta secuela a todas las plataformas del momento. Aunque han avanzado tanto que ahora tenemos incluso un juego de realidad virtual con un particular periférico y hay planes de lanzar Metro 4, algo que nunca ha cambiado es lo opresivo del entorno. Cada esquina es un riesgo y cada criatura puede implicar gastar valiosa munición. Así que encontrarse con una broma en forma de easter egg está tan fuera de lugar que es llamativo.
Metro, inspirado en los libros de Dmitry Glukhovsky, nos presenta un mundo en el que la guerra nuclear finalmente llegó. En Rusia, muchos consiguieron sobrevivir ocultos en los túneles del metro y ahora viven bajo tierra mientras evitan los horrores del nuevo mundo. Mutantes, caníbales, esclavistas, sectas... y temibles cajas.
Una caja a veces puede ser solamente una caja. Pero siempre ocultará alguna sorpresa
Con el planteamiento del mundo que os hemos comentado, es lógico entender que lootear es importante. Buscar suministros médicos, herramientas con las que improvisar algo útil y valiosas balas. La munición es extremadamente escasa y se usa tanto para armas de grado militar como de moneda para hacer tratos. Así que cuando ves una caja tienes que abrirla, nunca se sabe qué podría haber dentro.
@vandalonline Cuando los desarrolladores de METRO LAST LIGHT se rieron de nosotros 😎😭 #metrolastlight #easteregg #sabiasquevideojuegos #gamingentiktok #curiosidadesdevideojuegos #secretosdevideojuegos #metro #sabiasque #videojuegos🎮 #gaming #vandal ♬ Russian folk music! Fun Cossack Songs - ISAo
El caso es que Deep Silver decidió que nuestras ansias por conseguir botín tenían que encontrarse con algún obstáculo y en un punto concreto escondió una caja trampa. ¿Bombas? ¿Mímicos? Quién sabe, podría ser un barco. Lo cierto es que esa caja escondía... otra caja. Que a su vez contenía otra caja que escondía otra caja más pequeña. Y así hasta dar con nuestra recompensa, un botín legendario del que presumir y del que se cuentan historias en los túneles: dos balas.
Solamente podemos imaginarnos a quien quiera que fuera la persona responsable de poner esa multicaja en su mesa de trabajo, sonriendo. Riéndose por lo bajini pensando en el jugador desesperado por encontrar munición. A veces las bromas más simples son las mejores.